Toyota ve un escenario económico optimista

Formados en el largo plazo de la mirada japonesa, en Toyota apuestan a una recuperación durante el segundo semestre.

¿Ve un cambio en el clima de negocios? ¿Cuánto impacta en Toyota Argentina?

Armamos un proyecto exportador que hace que nuestro esquema de sustentabilidad no dependa de algún hito puntual económico o político. Al ser fuerte regionalmente y tener término de intercambio con la región, hacemos independiente el proyecto de lo que pueden ser tipos de cambio o la posición de un mercado. Un ejemplo claro es que hoy Brasil está pasando por una situación muy difícil, con una caída del mercado fortísima y nosotros las unidades que Brasil no nos compró las hemos distribuido en el resto de los países de Latinoamérica.

Sí podemos ver, en el caso de un proyecto exportador como el nuestro, que las medidas que se han tomado son beneficiosas para lo que queremos hacer. Si le sacás el impuesto a las exportaciones, es algo que va camino a lo que queremos. Si hablás con el resto de los países de proyectos de integración, es algo que está indudablemente conectado con lo que hacemos. Si empezás a revisar cuál es el contenido impositivo de la cadena de valor, para ver cómo podés bajar para lograr competitividad a la hora de exportar, es algo que indudablemente está alineado con lo que hacemos.

¿Cómo está el termómetro de optimismo/pesimismo de Toyota en relación con la evolución de la economía argentina en 2016?

Alcanza con ver nuestra planta para advertir que estamos muy optimistas. Hay una afluencia de actividad, de negocios. En nuestro sector, viendo lo que ocurre con los proveedores y sus planes, indudablemente hay un canal de inversiones que van a llegar. Este año prevemos una inflación del 28%, con un segundo semestre con índices más bajos.

¿Ve un escenario de pujas sectoriales en Argentina que compliquen la economía?

No creo. Esas discusiones las vamos a tener en un proceso de crecimiento, entonces no creo que lleguemos a una tensión en ese aspecto. Obviamente, tiene que funcionar la economía. En términos sociales sí veo asimetrías. El gran desafío es cómo vamos a generar la empleabilidad suficiente para incorporar a la gente al circuito laboral. No veo allí una solución de un día para el otro. Hay un gap grande y la necesidad de ajustar se da en ese contexto complejo.

Desde una perspectiva de política nacional, ¿son optimistas, pesimistas, cómo ven el hecho de un gobierno sin mayorías parlamentarias?

Hay que entender la filosofía japonesa del largo plazo. El japonés no es capaz de evaluar coyunturas de corto plazo. Sólo mira el largo plazo. Si hubiésemos analizado lo que ocurrió en Argentina desde una mirada de corto plazo, no estaríamos acá. En 1997 arrancamos con 600 personas fabricando 10.000 unidades, ahora estamos con 5.000 personas fabricando 140.000 vehículos. Ese largo plazo cubre cualquier duda que hayas tenido. Hay que hacer proyectos sustentables que resistan la coyuntura latinoamericana. Este año, el 1ro de enero, le pusimos la orden a todos nuestros proveedores y les dijimos “vamos a fabricar 100.000 unidades”. Ningún proveedor de Toyota está intranquilo, entonces, con relación a lo que vamos a hacer. Y eso hace que sea más competitivo.

En los rankings de competitividad del costo de la industria Argentina está muy mal, Brasil peor. El costo laboral unitario está a 1,87 dólares. ¿Cómo se mejora esa productividad laboral sin bajar los salarios?

Para llegar a los mercados de exportación hemos tenido que mejorar mucho ese factor. Nosotros competimos contra Tailandia, que también quiere vender en Latinoamérica. Trabajamos mucho en la estructura de costos de la empresa y hoy la única ventaja que tenemos contra Tailandia es lo que vale de menos el flete. Hoy la única ineficiencia que me puedo permitir tiene que ser equivalente a lo menos que me sale el flete para llegar a destinos latinoamericanos. Igualmente, hay mucho para trabajar y es algo que el Gobierno tiene que entender y hacer: cuánto tiene de contenido impositivo un vehículo que exportamos. Cuando vemos que pagamos la tasa de seguridad e higiene, o ingresos brutos en tres o cuatro estadíos de mi cadena de producción, por un vehículo que exporto; ¿es correcto eso, para algo que voy a exportar? Lo mismo pasa con la infraestructura: nosotros tenemos 5.000 personas en la planta y las traemos en micro, cuando podríamos tener trenes. En salarios recibimos una ayuda muy fuerte del sindicato buscando índices de ausentismo en niveles internacionales. En Toyota, cuando realizamos una inversión, tenemos que pensar que el empleado no es nunca una variable de ajuste.

 

Clarín

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