El Triángulo de las Bermudas, parte II

Por Julio Turcumán / ‘Hay que pegarle al avispero para que salten las abejas’, dijo un minero entrado en años esta semana tras leer la columna de opinión publicada hace exactamente siete días en este diario. El impacto que tuvo el haber dado a conocer los números de las regalías mineras fue mayor al buscado, por supuesto, pero una milésima parte de lo que ha ocurrido. Tras esa publicación vinieron muchos más datos, algunos en pleno proceso de chequeo y otros que debieron ser descartados por falsos, como es común en una redacción. En este contexto, alguien sopló: ‘¿Y los fideicomisos?’. Y no es mal razonamiento.

Los fideicomisos fueron un buen invento del gobierno de Gioja, porque se tradujeron en plata para obras por fuera de lo que las empresas dejan en impuestos, tasas municipales o regalías. En el caso de Iglesia se ejecutaron 32 millones de pesos en aproximadamente 2 años, están en ejecución otros 16 millones de pesos y hay proyectadas obras por 20 millones de pesos más. Es decir, sobre los 444 millones de pesos en regalías, la administración de Mauro Marinero contó con ese otro ‘extra’ para conducir los destinos de los iglesianos. Las explicaciones de Mauro y Marcelo Marinero, podrían quedar en el salón de la fama del anecdotario periodístico mundial.

La columna del domingo pasado provocó dos claras reacciones: la primera fue que los abogados Diego Seguí y Marcelo Arancibia usaron los datos de esa nota para presentar una denuncia penal contra el exintendente Mauro Marinero y el exgobernador y hoy diputado nacional José Luis Gioja. El fiscal que intervino solicitó archivar la presentación, lo que suena hasta lógico. ¿Por qué? No hay pruebas, simple y sencillamente. Y la segunda reacción fue la respuesta Mauro Marinero en Radio La Cumbre, de Iglesia, quien dijo que el presupuesto municipal del año pasado fue de 146 millones de pesos y que como hubo una inflación del 30 por ciento o más, debió contar con 200 millones de pesos para cumplir con todo lo presupuestado. ‘En 2015 un kilo de carne, y esto se los digo a las amas de casa que tienen que ir todos los días a la carnicería, el primero de enero de 2015, o diciembre de 2014, un kilo de puchero o de blanda, costaba 70 pesos. Y a mediados del año pasado costaba $120 o $130. Había subido más del cincuenta por ciento y, así, todo. Una bolsa de cemento que en ese tiempo costaba estimativamente 80 u 85 pesos, en junio de 2015 esa bolsa de cemento estaba en el orden, puesta en Iglesia, de los 130, 140 o150 pesos’, dijo Mauro. Que las cuentas del puchero de Marinero y la inflación no le cierren al lector no es lo importante, lo importante es que este hombre pide $200 millones para conducir un municipio de 9 mil habitantes. 9 mil que en la práctica son 7 mil, porque hay 2 mil que no viven en Iglesia, porque son empleados de Veladero.

Y en realidad los Marinero no son lo importante, lo importante son los iglesianos. Iglesia recibió esos más de 444 millones de pesos en regalías en 10 años, pero no fue el único regalo, ya que también recibieron el suculento +Fondo fiduciario de insfraestructura proyecto Pascua-Lama+. ¿Qué es eso? la pavimentación de la ruta 430 ($21.742.219); la construcción del Centro de Procesamiento de Residuos ($10.850.840), obras ya terminadas. O las que están en ejecución, como la ruta Nacional 150 tramo rotonda San Roque: intersección rutas nacionales 40 y 150 (Jáchal) – intersección rutas nacionales 149 y 150, Las Flores, Iglesia ($7.496.650); la renovación de la red distribuidora de agua potable ruta nacional 149, en Las Flores ($4.011.759); la renovación de la red distribuidora de agua potable ruta nacional 149, en Villa Iglesia ($5.066.333); que en su conjunto, ejecutado y en ejecución, suman la friolera de $49.167.801. Y hay proyectados unos $20.369.347 en cinco iniciativas más, tres relacionadas a la provisión de agua y dos a electrificar zonas.

No sería mala idea investigar los kilómetros de cordón-cuneta que se hicieron o si los adoquines colocados en Las Flores y la Villa Iglesia se adquirieron al mismo proveedor, porque con esa plata es muy probable que se hubiera podido armar una bloquera municipal como hicieron alguna vez Cristian Andino en San Martín o Juan Carlos Gioja en Rawson. Se hubieran bajado costos y se hubiera dado mano de obra. Para colmo parece que tendrán que levantar los adoquines porque van a pavimentar. En definitiva, si Dios quiere, todo va a cambiar dentro de poco, porque el tiempo del +todo pasa+ se terminó. Veremos.

 

Diario de Cuyo

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