El cobre y la mayoría de los metales industriales cayeron el viernes, presionados por la fortaleza del dólar, la debilidad de los precios del petróleo y preocupaciones sobre la economía de Europa, después de que las exportaciones alemanas se hundieran.
El cobre y la mayoría de los metales industriales cayeron el viernes, presionado por la fortaleza del dólar, la debilidad de los precios del petróleo y preocupaciones sobre la economía de Europa, después de que las exportaciones alemanas se hundieran.
El zinc tocó sus mínimos en más de una semana.
El índice dólar subió ante comentarios de autoridades de la Reserva Federal. Un alza de la moneda estadounidense encarece los precios de las materias primas para los inversores fuera de Estados Unidos.
Las exportaciones alemanas cayeron, registrando su baja más profunda en casi un año, después que esta semana se informó que los pedidos industriales resultaron más débiles de lo esperado.
Tras una lectura de la industria manufacturera en China que superó las expectativas el mes pasado, los mercados estarán observando una mejoría sostenida en las cifras de producción industrial la próxima semana.
Petróleo afectó
También pesó sobre los metales básicos la fuerte baja en los precios del petróleo.
El cobre en la Bolsa de Metales de Londres (LME) bajó 0.7%, a 4,633 dólares por tonelada, tras llegar el miércoles a su punto más alto en dos semanas a 4,688.50 dólares.
Mientras, el zinc en la LME cerró con una baja del 1%, a 2,291 dólares por tonelada, su menor nivel desde el 30 de agosto. El metal perdió 3% en la semana, su mayor baja semanal desde mediados de junio.
El zinc ha acumulado las mayores ganancias en la LME en lo que va del año, con un avance del 42%, después de que cierres de minas y suspensión en las producciones generaron preocupaciones en el mercado, que no pasó a mayores.
Entre otros metales, el aluminio bajó 0.8%, a 1,578 dólares por tonelada; el estaño perdió 1.4%, a 19,300 dólares por tonelada; mientras que el plomo retrocedió 1.2%, a 1,902 dólares por tonelada.
El Economista.com
