Rodrigo Izurieta (foto), presidente de la Cámara de Minería del Ecuador, comenta sobre la situación y posibilidades futuras de esta actividad económica.
¿Cuál es el estado actual de la minería en Ecuador?
Estamos saliendo de un momento complicado y emprendiendo por buen camino, con optimismo en lo que el futuro promete. La minería tiene un enorme potencial para ser un gran dinamizador de la economía, para ofrecer decenas de miles de puestos de trabajo de buena calidad y bien remunerados, para ser un sector que contribuya a la transferencia de tecnología y, también, para aportar a la construcción de infraestructura.
El despegue de la minería en el país, ¿acaso no demoró mucho?
Con el mandato minero de 2008 se creó una restricción muy fuerte a la minería. La industria sufrió sobrerregulación y una carga tributaria demasiado elevada. Esto ocasionó que muchas empresas internacionales que operaban, o querían operar, en Ecuador decidan retirarse o dirigirse hacia otros destinos de inversión. En 2013, sin embargo, el Gobierno Nacional se dio cuenta de que no transitábamos por un buen camino y que había que reformar el marco regulatorio. Contrató entonces una empresa consultora internacional de mucho prestigio para que indague cómo Ecuador podría ser internacionalmente competitivo y atraer inversiones al sector minero. La consultora le presentó varias recomendaciones que sí se implementaron. Entre estas se encontraba la creación de un Ministerio de Minería, institución que ha realizado un excelente trabajo en estos años. Hace pocos meses se abrió nuevamente el catastro minero y esto suscitó interés en muchas empresas internacionales. Vivimos un momento interesante en la minería ecuatoriana y estamos, cautelosamente, optimistas.
¿No existen empresarios nacionales que puedan invertir en emprendimientos mineros?
En minería se pueden hallar proyectos pequeños, medianos y grandes. Para los emprendimientos grandes se requieren inversiones de miles de millones de dólares. Una empresa nacional difícilmente puede levantar ese dinero. De hecho, para tener capacidad financiera para proyectos grandes, las empresas internacionales recolectan fondos de miles de inversionistas. Lo anterior, obviamente, no significa que no haya empresas ecuatorianas que desarrollan proyectos pequeños que requieren inversiones de 10 millones, 20 millones o 30 millones de dólares.
Entonces, en Ecuador, ¿existe espacio para todo tipo de minería?
Para quien no debería existir espacio es para la minería ilegal porque genera múltiples perjuicios a la sociedad. El daño ambiental es importante porque la minería ilegal suele usar mercurio en sus operaciones. También aquella causa problemas de inseguridad laboral para sus trabajadores y no los afilia a la seguridad social. Tampoco paga impuestos. La minería formal no actúa de esa forma porque opera con estándares internacionales. (I)
Diario El Telégrafo
