Se reunió por primera vez durante la actual gestión el Consejo Provincial. Debaten sobre desarrollo urbano y la protección de zonas productivas, como los glaciares.
El Plan de Ordenamiento Territorial parece una especie de leyenda mendocina, pero con mucha menos popularidad de la que goza el Futre, por ejemplo. Sin embargo, muy de vez en cuando alguna noticia hace recordar el tema y desde varias oficinas gubernamentales sus responsables aseguran que existe el plan y que pronto será tangible.
Desde 2009 hasta la fecha hubo varios avances y retrocesos en el proceso que debería ser útil para definir qué puede hacerse en el territorio mendocino, hacia dónde y cómo desarrollarlo.
Este martes se reunieron por primera vez durante la actual gestión de Gobierno, el Consejo Provincial de Ordenamiento Territorial y las nuevas autoridades, presididas por el secretario de Ambiente, Humberto Mingorance, quien entre otras cosas dijo: «En cortísimo plazo vamos hacer la presentación de lo que para este Gobierno es el Plan de Ordenamiento Territorial, que no es otra cosa que la readecuación de todo lo que se hizo durante el gobierno anterior, que no fue bueno según lo que observó la audiencia pública o lo que recomendó la Universidad Nacional de Cuyo. De todos modos, muchos de los aportes que hicieron organizaciones y varios organismos, más todo el recorrido que hemos hecho por los municipios, están incluidos en el plan».
El funcionario explicó que la propuesta del Gobierno para el POT tendrá como eje básico el equilibrio territorial, es decir, tanto en la faz productiva como en la urbana, para que ninguna se mezcle y terminen siendo deficitarias o improductivas. En este mismo sentido, el despliegue de nodos o puntos de desarrollo en determinados lugares del mapa mendocino, donde actualmente no hay nada en absoluto, es otra de las estrategias elegidas.
«Hay barrios muy lejos, hay inseguridad o faltan los servicios o directamente no hay servicios, y este crecimiento se va comiendo buena parte de las zonas productivas o lo que está pasando en el piedemonte o lo que está pasando en zonas no irrigadas, donde falta la visión estratégica del Estado para estos lugares donde también se puede producir. Esto se trata de tener estrategias de desarrollo desde lo urbano hasta los glaciares», explicó Mingorance.
Además, serán unificadas en gestiones integradas las cuencas hídricas, en el sentido de que hasta ahora, el Instituto Nacional del Agua sólo trabaja sobre los recursos subterráneos e Irrigación, sobre los superficiales. Esto permitirá tener una visión más completa del agua disponible en cada sector de la provincia, como factor estructurante del cualquier tipo de actividad.
Los glaciares
Otra de las claves del plan está relacionada con incluir el inventario de glaciares de modo tal de dejar bien claro, hacia dónde no podrá realizarse ningún tipo de explotación. En estos días serán sumados dos áreas de glaciares del Sur mendocino, que ya estaban relevadas pero faltaba su incorporación final al conteo que lleva el Gobierno nacional. Luego este mapeo será incorporado en el Plan, algo que anteriormente no había sido considerado de esta manera.
En el fondo, lo que Mingorance explicitó es la posición del Gobierno de Mendoza sobre una posible exploración minera en la montaña mendocina, al menos durante los años que dure la gestión de Alfredo Cornejo.
El secretario explicó: «Desde el Gobierno de Mendoza estamos manteniendo un equilibrio con el tema de la minería. El gobernador ya ha definido que no va a modificar la 7.722 por diversos factores que tienen que ver con lo macro del contexto internacional, de cómo se está moviendo la minería en el mundo. Básicamente entendemos que no vamos a tener inversores serios en los próximos años por cómo se está moviendo la minería en el mundo. Por eso, no tiene sentido tocar la 7.722 y hay un montón de factores importantes como son las energías alternativas o renovables y por eso se está impulsando obras como Portezuelo del Viento».
Diario Uno
