La intención del gobernador Alfredo Cornejo es presentar su plan minero, acordado con las empresas y el Gobierno nacional, y darle luz verde inmediatamente a Hierro Indio, un proyecto que no choca con la ley provincial antiminera –la 7.722, que prohíbe la megaminería a cielo abierto–. El ejemplo serviría para ir muy de a poco destrabando nuevo proyecto, incluso el polémico San Jorge, de extracción de oro y cobre, hoy frenado.
Al mismo tiempo, imperiosamente necesita Cornejo proveerse de recursos, teniendo en cuenta que desde la Nación cada vez le llegan menos fondos. Así, los brasileños de Vale, están esperando que el Gobierno provincial les apruebe el achicamiento a un tercio del proyecto original de Potasio Río Colorado, lo que podría traducirse en inversiones de por lo menos 1.000 millones de dólares, además de la puesta en marcha de la mina en tiempos relativamente cortos.
El plan se sustancia en un comienzo en la elaboración y presentación de una “política minera sustentable”, que se basará en las 52 mesas de diálogo que durante el año le dieron vida al Espacio de Diálogo Minero. Allí, empresas y especialistas plantearon sus posturas. También lo hicieron en un principio las organizaciones ambientalistas, pero a poco de iniciar el debate, dieron un portazo denunciando que era inútil el intercambio de ideas porque el Gobierno tenía decidido avalar las posturas de las mineras.
El momento llegó, y la estrategia de Cornejo está a punto de ser revelada. Las necesidades financieras han sido importantes a la hora de definir qué camino seguir, como también las promesas de inversión, que serían muchas más si no fuera por la ley antiminera, que desde un primer momento el gobernador dijo que no iba a intentar modificar.
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