Bolivia: inversión anual en minería llegó a US$ 327 millones en promedio

En 2015 la inversión alcanzó los $us 367,6 millones de dólares. En comparación, Perú programó $us 8.000 millones por año y Colombia $us 11.000 millones.

Entre 2006 y 2015, el promedio anual de inversión privada y pública de recursos destinados para la explotación minera en el país alcanzó los  327,9 millones de dólares, de acuerdo con  datos estadísticos del Dossier de Minería y Metalurgia 1980-2015.

En 2015 se ejecutaron  367,6 millones de dólares y el nivel más alto llegó a 519,6 millones de dólares  en 2008.  (ver gráfica)

En el periodo de análisis, la inversión anual de las empresas mineras privadas que operan en Bolivia  alcanzó en promedio 239,3 millones de dólares.

El año récord de la inversión privada fue en 2008 con 477,8 millones de dólares,  porque la empresa San Cristóbal invirtió más dinero para  su mega proyecto.

A diferencia de la privada, la inversión pública subió de 60,3 millones de dólares, en 2011, hasta alcanzar 187,6 millones de dólares, en 2015, según el documento.

En comparación, por ejemplo, en el caso de Perú el promedio anual oscila alrededor de los 8.000 millones; en Chile cerca los 3.000 millones de dólares y en Colombia superó los 11.000 millones de acuerdo con sus programas de inversión hasta 2015.

El análisis del sector

El exministro de Minería  Dionisio Garzón  y  el expresidente de Comibol  Héctor Córdova  coincidieron en afirmar que el financiamiento privado para minería se vio mermado a causa del alto riesgo que significa la actividad y a la falta de seguridad jurídica.

«La inversión depende del ambiente regulatorio y político que un país ofrece a los inversionistas. Desde 2006 vivimos un modelo político donde el empresario privado, nacional y extranjero no tiene  incentivos”, indicó Garzón.

En este periodo se presentaron  una serie de  avasallamientos  en   minas privadas, que dejaron un  mal precedente. Es por eso  que  la falta de  capitales privados  fue sustituida por el Estado.

«El destino de la inversión estatal en proyectos poco o nada rentables  reflejan presiones sectoriales y regionales que imponen proyectos a rajatabla y/o resucitan (elefantes blancos) como el Mutún, Karachipampa y Corocoro”, mencionó.

Precisó que en el caso del sector privado, el promedio invertido solamente estuvo dirigido al mantenimiento de las operaciones de las minas y el trabajo de control de las reservas de mineral.

Para Córdova, el negocio minero es de alto riesgo por varios factores, entre ellos el precio de los metales en el mercado internacional, la calidad y abundancia del mineral en el yacimiento, la tecnología y la comercialización.

Por lo tanto, los empresarios  privados tratan de minimizar  riesgos y si no hay seguridad para recuperar los  recursos, prefieren no invertir.

Antes existía la  posibilidad de que pequeños mineros descubran y preparen  yacimientos, con el objetivo de negociarlo con un inversionista grande.

Pero en 2006 el Tribunal Constitucional eliminó   esa opción.

El capital  estatal impulsó  el horno Ausmelt en Vinto, el nuevo ingenio de Huanuni, la rehabilitación de Karachipampa y  la puesta en marcha del proyecto de industrialización del litio, agregó.

Las  últimas grandes  inversiones  que llegaron a Bolivia son las que se impulsaron en las minas de    San Cristóbal, Sinchi Wayra, San Vicente y San Bartolomé, que consolidaron sus proyectos entre 2007 y 2011.

Expertos anticipan que  recursos destinados este año serán bajos

Este año no se avisoran inversiones privadas importantes  para la actividad minera en el país, anticiparon dos analistas del área.

«No creo que en 2017 veamos inversiones privadas importantes. Las empresas que operan nuestras minas harán inversiones operativas para mejorar sus actividades; pero no impulsarán  operaciones nuevas”, opinó  el expresidente de la Comibol  Héctor Córdova.

Ante esa ausencia, dijo que  el  Estado continuará con el proyecto del litio y lo único nuevo en inversión pública será  el proyecto de las refinerías de zinc.

Dionisio Garzón, exministro de Minería, mencionó que según datos de la CEPAL  a 2015 la inversión extranjera directa (IED) en Bolivia  fue sólo de 503 millones de dólares  y con base en datos del Banco Central  la inversión extranjera bruta alcanzó  1.060 millones de dólares,  50% menos que la recibida en 2014.

«En cualquier caso y considerando que la minería va alrededor del 17% de estos montos, no hay posibilidad de que la inversión mejore substancialmente  en el mediano plazo”, dijo.

Sugirió revisar la Ley de Minería 535, porque no propicia la atracción de capitales. De no suceder esto,  la minería dependerá exclusivamente de la  inversión pública y no se observarán  cambios en los siguientes años.

Al primer semestre de 2016, la Inversión Extranjera Directa neta  en minería registró flujo negativo de 34,3 millones de dólares, en similar periodo de 2015 sumó 80 millones.

El Plan Minero  proyectó   $us 5.613 millones hasta 2019

El Gobierno proyectó una inversión de 5.613 millones de dólares para impulsar 104 proyectos y programas mineros, según  el Plan Sectorial de Desarrollo Minero-Metalúrgico  2015-2019, que se conoció a mediados de 2015.

«El Plan Sectorial de Desarrollo Minero-Metalúrgico 2015-2019 preliminarmente identifica 104 programas y proyectos, con un presupuesto estimado de  5.613 millones de dólares”, señalaba el informe.

Los mayores recursos  se dirigirán a la ampliación de reservas mineras en el país con  2.501,26 millones de dólares; le sigue la promoción de inversiones e implementación de nuevos proyectos mineros (1.114,30 millones de dólares); mejora de productividad y eficiencia  (352,50 millones de dólares), seguido de otros.

En la parte del enfoque metodológico precisa que la Ley 535 de Minería y Metalurgia dispone que el Ministerio de Minería elaborará el Plan  2015-2019 a partir de las demandas de los actores mineros.

Según el diagnóstico, la minería privada transnacional participa en exploración, extracción, concentración, metalurgia, sin participar en eslabones de industrialización. Las cooperativas sólo extraen y concentran. Y la minería estatal interviene en todos los eslabones de la cadena productiva e incursiona en la  industrialización, aunque su participación no supera el 7%.

Para la ejecución de las diferentes inversiones   se toma en cuenta  diferentes eslabones como prospección, exploración, explotación, concentración, fundición, refinación e industrialización.

 

 

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