Macri mide la recuperación de todos los sectores productivos

Apuesta al efecto del repunte industrial de Brasil; mantiene el optimismo por los servicios y la preocupación por la sequía

 

Luego de la tensión con el sector industrial por la falta de inversiones, el presidente Mauricio Macri comenzó a analizar la velocidad de recuperación de los distintos sectores de la economía real.

Para 2018 apuesta a la expansión del turismo, el sector aerocomercial, el automotor, la agroindustria, los servicios basados en el conocimiento, la construcción privada, la obra pública, el litio y la energía, especialmente la eólica y la solar.

Según pudo saber LA NACION de altas fuentes oficiales, el plan de desburocratización, que debate el Congreso por ley, y la recuperación de Brasil, cuyo PBI crecería más de 3% este año, son las grandes esperanzas en Olivos para provocar un salto en las inversiones.

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«El Presidente habla de turismo, la revolución aérea, el litio en el norte y las energías renovables», confió un alto funcionario. En el año previo a la campaña por la reelección en 2019, Macri apuesta a que el crecimiento supere el 3% para que sea visible.

«Un factor importante será el consumo. Hay recuperación del mercado laboral, generación de empleo y recuperación del salario real por encima de 2015. Además, la reducción de la inflación y la reforma tributaria con un sendero de baja de impuestos garantizan más rentabilidad», aseguró un allegado a Macri.

Las proyecciones oficiales indican que las inversiones crecerán un 17% en 2018, frente a un 11% de 2017. Los servicios, el agro y la industria lideraron el crecimiento del 2,8% del PBI el año último.

 

Apuesta industrial a Brasil

La recuperación de Brasil, dicen en el Gobierno, beneficiaría al sector automotor, de los químicos, algunos alimentos y al sector industrial en general. Por cada tres puntos que crece Brasil, la Argentina agrega un punto más al PBI, proyectan en Olivos.

El sector automotor tuvo ventas récord en 2017 y en febrero último hubo récord de patentamientos. La producción podría aumentar un 20% en 2018 y las exportaciones, un 40%, señaló un funcionario.

También hicieron punta los insumos de la construcción como acero, aluminio, metales básicos, y el cemento. La metalmecánica creció por la explosión de maquinaria agrícola, los agroquímicos, los fertilizantes y la petroquímica.

De todos modos, la proyección de las exportaciones es de solo 6,9% para 2018, con la perspectiva de pasar de 58.000 millones a 62.000 millones de dólares.

El rojo en el sector industrial se explica básicamente por los sectores textil, del calzado y de algunas economías regionales. Las empresas de menor tamaño tuvieron problemas importantes de competitividad y precio.

Un salvavidas es el programa que dirige el secretario de Transformación Productiva, Lucio Castro, y ejecuta el subsecretario de Articulación Federal, Guillermo Acosta, con 200 empresas inscriptas.

En el sector de alimentos se produjeron resultados mixtos: el consumo de carne subió fuertemente; el sector de lácteos se estancó por el efecto Sancor y la reestructuración del sector, y en bebidas fue afectado por la baja del consumo masivo.

«La Argentina necesita inversión y la buena noticia es que Brasil y nosotros estamos creciendo, el motor de la inversión», se esperanzan en la Casa Rosada. «La industria aportó casi medio punto de crecimiento», dicen.

 

Optimismo por los servicios

Los servicios son una apuesta fuerte del Presidente porque permitirían crear empleo donde la industria está expulsando mano de obra por efecto de la tecnología y la robotización.

En Olivos, en tanto, señalan como una locomotora a los «servicios basados en conocimiento»: software, servicios profesionales y empresariales, consultorías, contabilidad, recursos humanos, audiovisuales, contenidos, productoras y comercio virtual.

Sus exportaciones crecieron un 20% en 2017, emplea medio millón de personas y tiene salarios por encima de la media.

Pero la niña bonita del último año fue el turismo y las perspectivas de este año son mejores. La hotelería y los restaurantes crecen en ventas y empleo.

Macri busca contagiar a las economías regionales con el turismo y la construcción, gracias a la obra pública y al crédito hipotecario.

Pero hay servicios con resultados mixtos, como el comercio. Por un lado las grandes cadenas mayoristas o de farmacias se expanden, pero contrastan con los pequeños comercios, con altos niveles de informalidad y baja productividad.

 

Preocupación por la sequía

Una de las grandes preocupaciones de Macri es que el complejo cerealero oleaginoso, que se encuentra muy afectado por la sequía (más allá de la lluvia del fin de semana) y recortó previsiones. Como consecuencia, se prevé menor volumen de exportaciones, aunque a mayores precios. «Ahora llovió y el partido no está 100% jugado», dicen en Balcarce 50. Así y todo, lideró las exportaciones en 2017, con el 31,7% del total.

En la lechería, castigada desde el kirchnerismo, el Ministerio de Agroindustria, que encabeza Luis Miguel Etchevehere, informó que se produjeron 10.360 millones de litros, un 2,38% más que 2016. Para el primer bimestre de 2018 estiman un salto del 14% respecto de igual período anterior.

Pronostican inversiones en las grandes jugadoras, como Mastellone, Saputo, Williner y Vacalin, entre otras, como también en pymes. «Este año vamos a crecer en exportaciones después de dos años de caída», dijo un allegado a Etchevehere.

Para el sector de agricultura anticipan un récord de trigo de 18,5 millones de toneladas en la última cosecha en medio de la sequía más grande los últimos 50 años.

En 2017, el sector porcinos fue récord, con 6 millones de cabezas, un 8,4% más que en 2016; en harinas se exportó casi un millón de toneladas, y los pollos crecieron el 2,9% respecto de 2016.

 

 

La Nación

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