(El Ancasti) Catamarca Minera y Energética Sociedad del Estado (CAMYEN) rumbea firme al escándalo. El desenlace podía intuirse desde el momento mismo de su creación, hace ya cuatro años. El Ancasti advirtió desde el principio sobre los riesgos que acechaban tras las concepciones que alumbraron la idea: pese a ser capitalizada con recursos públicos, el gerenciamiento de la promocionada firma estaría exento de los controles a los que son sometidos, aunque sea en teoría, los organismos ordinarios del Estado, lo que habilitaría una peligrosa y tentadora liberalidad administrativa. Tras varios acontecimientos que la entintaron de sospechas, ha caído finalmente bajo la lupa judicial de la Nación y la Provincia. Los expedientes son por hechos distintos, pero coinciden en lo medular: la presunción de que se aprovechó la comercialización de rodocrosita para ejecutar maniobras espurias, disimuladas en la manipulación de los precios o en ventas no asentadas.
El interventor de Fabricaciones Militares, Héctor Lostri, denunció por un lado el supuesto vaciamiento de Minas Capillitas, que es propiedad de esta dirección nacional y fue concesionada a CAMYEN para la explotación de la piedra semipreciosa. El funcionario sospecha que CAMYEN vende rodocrosita en negro con el propósito de mermar el canon que debe pagarle a Fabricaciones Militares. En el andarivel local, el fiscal Marcelo Sago ordenó ayer el allanamiento de las oficinas de la empresa en busca de pruebas documentales para nutrir la investigación por tráfico ilegal de rodocrosita en la causa que involucra a un chino capturado hace un par de años con una carga ilegal de la piedra. El directorio de CAMYEN tiene facultades para subsidiar el precio de la rodocrosita hasta en un 20%, pero al parecer hay ventas que se hicieron con beneficios para los compradores bastante superiores a ese porcentaje.
Los problemas judiciales que se precipitaron sobre CAMYEN en las últimas 48 horas fueron precedidos por varios incidentes sugestivos, puntualmente informados a lo largo de los cuatro años de existencia de la firma, señales que alertaban sobre la necesidad de modificar el rumbo: numerosos hallazgos de cargas de rodocrosita flojos de papeles, que daban cuenta de un circuito comercial anómalo; la resistencia a proporcionar a la Legislatura el contrato celebrado con la propietaria de los derechos de explotación de Agua Rica; un vidrioso contrato por servicios publicitarios; juicios trabados por la AFIP por incumplimientos fiscales. A esto se suma el carácter deficitario de la empresa, que en más de una oportunidad tuvo que requerir auxilio financiero del Estado provincial, los sabrosos emolumentos que percibe su conducción a pesar de esto, un esquema de contratos por servicios bajo sospecha. Todo, en un contexto de hermetismo tal que la propia Corte de Justicia tuvo que redundar, al ordenar que se les girara a los diputados el contrato con Minera Agua Rica, en el principio republicano de la publicidad de los actos de Gobierno, al que CAMYEN no escapa por muy sociedad del Estado que sea debido a que administra patrimonio provincial y le incumben cuestiones de interés público.
CAMYEN suma y sigue, ahora lanzada al incontrolable escenario nacional. No puede descartarse que a la denuncia del director de Fabricaciones Militares le siga la revisión del contrato firmado por Minas Capillitas. Y el titular de CAMYEN, Daniel Issi, otra vez obligado a aseverar que Ángel Mercado, director por Catamarca en YMAD, no tiene nada que ver con las decisiones que toma la empresa. Ha de sentir que la sociedad no está muy convencida pero, en el caso de estas aclaraciones, lo que abunda sí daña.