Una de las ciudades más al norte de Suecia será trasladada en su totalidad a tres kilómetros para que la minera estatal LKAB pueda seguir perforando la mina de hierro que se encuentra bajo sus pies. La compañía invertirá alrededor de 900 millones de euros en mudar a los 18.000 habitantes y los edificios históricos.
El primero de los ocho edificios históricos de la ciudad de Kiruna fue trasladado la semana pasada a su nueva ubicación. Y no será el único. Los 18.000 habitantes y las construcciones más emblemáticas de la localidad se moverán a tres kilómetros en dirección este por el riesgo a que sea engullido por la tierra.
Kiruna está construida encima de la mayor mina subterránea de hierro de Europa. Las perforaciones de la minera estatal LKAB está poniendo en peligro la ciudad, que fue fundada por la propia compañía en 1900 para tener cerca de la explotación a los trabajadores.
Ante la rentabilidad potencial que ofrece el yacimiento a más metros de profundidad, LKAB ha decidido invertir alrededor de 900 millones de euros para trasladar todo la ciudad a una nueva ubicación más segura.
Una mudanza histórica
La mudanza comenzó hace tres años, aunque todavía no se ha desplazado ninguno de sus vecinos, con la construcción del nuevo ayuntamiento. La idea de la compañía que fue votada por los habitantes es el alzamiento de una nueva ciudad pero conservando los edificios históricos, el resto será derruido y edificado de nuevo.
La empresa para convencer a los vecinos de la mudanza ha ofrecido comprar las actuales viviendas con una prima del 25% por encima del precio de mercado o la construcción de una nueva, con parecidas características y en la nueva localización.
La compañía ha contratado al estudio de arquitectos White Arkitekter para ejecutar el traslado completo en veinte años. La firma asegura que la mudanza será como «el movimiento de un ciempiés que se arrastrará un par de kilómetros» y que es un proyecto para emplear cien años. El objetivo para la nueva Kiruna es que no esté tan dispersa y hacer un lugar más acogedor y accesible.
Pero Kiruna no es la primera ciudad del mundo que tiene que cambiar de ubicación. En la ciudad donde se crió Bob Dylan, la localidad minera de Hibbing, en Minnesota se trasladó a pocos kilómetros en 1921 por el mismo motivo, para explotar una mina de hierro. Hill Village, Nueva Hampshire y Tallangatta en Australia tuvieron que mover sus cimientos por la amenaza de graves inundaciones en la construcción de una presa.
El Economista