El uso del mercurio

 

El único metal que permanece líquido a temperatura ambiente ha tenido múltiples usos a lo largo del tiempo a pesar de la polución y el lento envenenamiento que ocasiona a seres humanos y a otros organismos con los que entra en contacto.

Se conoce como enfermedad de Minamata el grave síndrome neurológico originado en el envenenamiento con mercurio. Los habitantes del pueblo pesquero japonés de ese nombre comenzaron a sufrir trágicas alteraciones en 1956, que continuaron por décadas, con un origen hasta entonces desconocido hasta que se comprobó que había sido ocasionado por la ingestión de pescado contaminado con este efluente.

En abril pasado, nuestro Congreso aprobó el proyecto de ley que ratifica el Convenio de Minamata, el acuerdo internacional para eliminar gradualmente el uso y las emisiones de mercurio, previendo para 2020 el cese de la fabricación, importación y exportación de dispositivos como termómetros y tensiómetros, interruptores eléctricos, tubos fluorescentes y bombitas, entre otros, que lo utilizan, así como la reducción del uso en amalgamas dentales. Ya son 74 los países signatarios del acuerdo sobre el que se trabaja desde 2009 y que empezó a recoger adhesiones cuatro años más tarde, en el Comité Intergubernamental de Negociación sobre el mercurio, en Ginebra, con el propósito de cuidar de la salud y el ambiente de los efectos dañinos de un metal que se libera tanto en la atmósfera como en el suelo y en el agua. Las principales fuentes de emisión son el resultado de la quema indiscriminada y a cielo abierto de residuos sólidos y el vuelco de efluentes cloacales sin tratamiento.

Al intensificar estrictas medidas dirigidas a reducir el empleo del mercurio en productos o procesos se promueve el control de sus emisiones y se regula la minería artesanal que lo utiliza para separar el oro del lodo, así como el almacenamiento y su eliminación como residuo. El empleo del mercurio, material elemental que no se degrada ni se destruye, es por demás riesgoso. El almacenamiento ha de evitar su liberación en el ambiente, tanto en el corto como en el largo plazo. Precisamente, el convenio aludido asegurará el cumplimiento de las medidas de control que se requieren, a cargo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable en nuestro país. Contamos para ello con el Inventario Nacional de Mercurio, producto del trabajo conjunto entre organismos e instituciones.

En julio, la Argentina fue sede de la reunión regional de preparación para la primera Conferencia de las Partes del Convenio, que tuvo lugar en Ginebra, en agosto pasado. Cabe destacar que Colombia es el país que más mercurio libera en el mundo en relación proporcional con su población, ligado esto al desarrollo de actividades mineras que no cumplen con los estándares ambientales.

Verónica Odriozola, directora de la ONG Salud sin Daño, que trabaja hace tiempo en esta temática, considera que son una buena noticia internacional los avances, y centra su atención en la forma en que las distintas naciones implementarán las directrices. La voluntad política de los signatarios para que las metas comiencen a alcanzarse antes de los plazos perentorios acordados es fundamental. Los tensiómetros de mercurio están prohibidos desde hace siete años entre nosotros. No así aún los termómetros. El mercurio es uno de los diez productos químicos que más desafíos plantean a la salud pública. Hay mucho por hacer.

La Nación

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