El gobernador habló de minería y de elecciones. Y calificó de mediocre a la clase política
Hace tres años, Alfredo Cornejo juró como gobernador y se hizo cargo de un Estado caótico. Sueldos atrasados, cuentas sin pagar, proveedores reclamando deudas viejas, coparticipación municipal sin rendir. Cuando asumió, dijo que haría una buena administración. Hoy, la autoevaluación coincide con la valoración que hace la oposición al respecto: Cornejo ha ordenado las cuentas provinciales y las entrega con superávit. Pero bajo su propio punto de vista, le quedan objetivos por lograr. En este sentido, en diálogo exclusivo con Diario UNO, el gobernador manifestó que tiene un gran proyecto que le gustaría concretar antes de terminar su mandato: la creación de un banco provincial «se llame Mendoza o como se llame», destacó.
Al respecto de cómo plantearía la creación de esta entidad, Cornejo manifestó: «Hemos conseguido tener autonomía fiscal de la Nación, pero para desarrollar políticas económicas locales necesitamos más dinero. Por eso me gustaría tener un banco provincial propio, que subsuma al Fondo para la Transformación y el Crecimiento».
Aclaró que no será fácil de poner en marcha y que no sabe si estará listo para antes de que concluya su gobierno, pero contó cuál es su plan.
«No lo propuse en campaña, pero creo que le va a ayudar mucho a Mendoza tener un banco propio. Que sea mixto, pero que el Estado tenga un peso fuerte».
Si bien reconoció que igualmente el banco estaría atado a las condiciones macroeconómicas nacionales, sí permitiría más flexibilidad a la hora de financiar iniciativas propias.
La idea está aún en ciernes, pero la intención es certera.
La evaluación de Cornejo se extendió a otras áreas, haciendo especial hincapié en la mediocridad de los políticos locales, que para él sólo dan debates en temas que no producen grandes costos políticos y que los demás tópicos se debaten a medias, sin tomar partido y esperando a que la coyuntura marque una agenda. «La mayoría de los políticos tienen el discurso del biri biri, hablar sin decir nada. Argentinos, a las cosas», enfatizó el gobernador.
Reelección
-En cuanto a lo administrativo, ¿cree que hizo el trabajo más duro y otro va a disfrutar sus logros?
-No, disfrutar no. Los que tienen que disfrutar son los mendocinos. Pero sí me parece que en un segundo gobierno, los mendocinos van a poder aprovechar los resultados.
-¿Se postularía, si pudiera?
-La verdad es que estoy un poco cansado de dar debates y de remar contra la corriente. Eso me da un poquito de fastidio, pero sí me postularía para una reelección.
-¿Por qué ningún gobernador se atreve a plantear abiertamente que quiere la reelección?
-La mayoría de los políticos quieren el poder, pero después no quieren ejercer el cargo, que implica tomar decisiones que pueden ser incómodas. También pienso que hay mitos detrás de que la gente no quiere-reelección. No quiere reelegir a los malos gobernantes, pero sí quiere reelegir a los que han probado ser buenos.
La dirigencia
-Usted ha dicho que la clase política es mediocre. ¿A qué se refiere exactamente?
-En general, el político mendocino tiene ambición de poder, de ocupar un cargo. Es legítima y es parte del ser humano la ambición. Lo que no tienen es programa que fundamente esa ambición de poder. Mucha gente prefiere no hablar de administración ni de temas concretos.
-¿De qué prefieren hablar los políticos entonces?
-De discursos vacíos, de biri biri. Dicen: «Queremos políticas sociales, no queremos más pobreza», pero después no dicen cómo van a alcanzar esta meta, porque no tienen proyectos. Se quejan porque no se hacen las cosas y después, cuando se hacen, el problema es que se hicieron.
-¿Puede dar un ejemplo concreto de esto?
-Un ejemplo concreto y muy reciente: la promulgación del artículo 198 de la Constitución (es el que limita la reelección de los intendentes).
En septiembre, el diputado Mario Vadillo (Partido Intransigente) presentó un proyecto de resolución, pidiéndome expresamente que lo promulgara. Me mandó una carta documento e inició un amparo en la Justicia. Toda la dirigencia política mendocina, representada en la Cámara de Diputados, votó por unanimidad el proyecto de Vadillo.
-¿Por qué lo trae como ejemplo?
-Porque cuando finalmente lo promulgué, el peronismo, a través del presidente entrante, Guillermo Carmona, y del saliente, Omar Félix, me criticó por hacerlo. ¡Acababan de pedirlo por escrito! Por eso, para hablar, en el biri biri estamos todos de acuerdo. Después las cosas se hacen y el problema es que se hicieron y quién las hizo. Esta mediocridad es la que retrasa a Mendoza.
Minería
-¿Esto se puede relacionar con el debate pospuesto por minería en la Legislatura?
-Sí, pero antes de eso, sucedió con el tema de fracking. Los políticos mendocinos se hicieron todos los distraídos. Saben perfectamente que si no vamos al no convencional, dejamos de producir petróleo. Pero claro, nadie quiere pagar ese costo. Quieren el cargo, pero no quieren ejercerlo. En Malargüe, con la extracción convencional, estábamos produciendo 15 barriles por día. Con la fracturación hidráulica, producimos 60 barriles. Esa es la realidad.
-¿Con la minería ocurre lo mismo?
-El desarrollo de la minería y el cuidado de agua pueden ser complementarios. La prioridad del Gobierno es el cuidado del agua, pero tenemos que crecer económicamente y esa armonía la tenemos que buscar. Los dirigentes mendocinos no se animan ni a discutirlo porque, repito, el cuidado de agua no es contradictorio a hacer minería.
-El PJ dijo que esperaba que usted se pronunciara a favor o en contra de la minería y si no, que mandara sus propios proyectos.
-Me preocupa que haya un discurso tan poderoso como para que alguien diga una pavada así, con tanta liviandad. Los proyectos de minería que están en discusión en el Senado, son del PJ. ¿No decían que los proyectos del Ejecutivo son los únicos que se tratan y los de la oposición no? Ahora resulta que yo tengo que mandar un proyecto. Es bastante ridículo el planteo.
Legislatura
-¿Qué piensa del trabajo legislativo que se ha realizado durante su gestión?
-Debo decir que los legisladores han trabajado mucho, han tenido una producción histórica -no sólo en cuanto a cantidad, sino a calidad de leyes- y la mayoría es por iniciativa del Ejecutivo.
-¿Cuáles considera más importantes?
-Se han modificado leyes principales: la Ley Orgánica de la Policía, la de Administración Financiera, la del Ministerio Público Fiscal, los códigos procesales, el Código de Faltas… Las leyes sustantivas del andamiaje del Estado se han resignificado. Nunca se hizo en un período tan corto una transformación tan grande.
-¿Qué le falta al trabajo legislativo?
-Debería existir un ítem legislativo, que evalúe el trabajo en el recinto, en las comisiones. No puede ser igual alguien que hace su trabajo, que estudia los temas, que asiste a las reuniones, que otros que no y que lo único que hacen es chamuyar políticamente. Hablan de lo nacional y lo popular, dan discursos de barricadas, pero nunca estudian los temas y no hacen contribuciones sustantivas al debate.
Deberían hacerlo los propios legisladores en su reglamento interno.
-¿Piensa que se podría achicar la Legislatura y los concejos deliberantes como lo propondrá el intendente de San Carlos, Jorge Difonso, en la mesa de los intendentes?
-La idea no es nueva, achicar el Poder Legislativo, hacerlo unicameral, y hacer concejos deliberantes por regiones. Pero para hacer esto, hay que reformar la Constitución, hay que animarse a dar la discusión en serio.
Acá se han tirado muchas cosas fuertes, pero finalmente no se hacen. Yo las hago.
Hay que animarse a proponer una reforma de la Constitución donde se podrían introducir muchos proyectos que hoy se dicen sólo para quedar bien.
2019
-¿Cómo ve el año electoral, con esta clase política que usted describe?
-La clase política no ha demostrado estar a la altura de las circunstancias, prepararse cada vez más.
Con la responsabilidad que tengo como gobernador, yo voy a intentar que el debate sea por la continuidad de este modelo.
—¿Cómo piensa lograrlo?
-Intentando que la discusión sea por los problemas cotidianos de la gente y por su solución práctica. Porque con decir que hay pobreza y tirar cuatro números, no se soluciona el problema. La pobreza se mitiga haciendo funcionar mejor el Estado.
-¿Qué temas pondría en la agenda de los próximos candidatos a gobernador?
-Yo les haría preguntas concretas, de gestión. Por ejemplo: ¿qué van a hacer con el orden administrativo que hoy tiene la Dirección General de Escuelas? ¿Qué van a hacer con la extracción no convencional de petróleo, que promete producir más de 100 barriles por día, a partir de marzo? ¿Van a sostener la ampliación y el fortalecimiento de la red sanitaria o van a inaugurar hospitales vacíos? Quiero saber si el próximo gobernador va a volver atrás con esos cambios, no por mí, sino por el ciudadano común, que tiene derecho a saber.
-¿Qué piensa de las alianzas políticas de último momento?
-Están todos en su legítimo derecho, todos pueden tener ambiciones y postularse.
-Pero no se ha hablado de proyectos.
-Ahí está. Pero también es la opinión pública la que tiene que exigir que expliquen eso.
Uno