Vecina de Andalgalá repudia la agresión a Agua Rica

Tengo el agrado de dirigirme a ustedes a fin de realizar mi petitorio. Me siento con la obligación de exponer mi pensamiento y preocupación por los actos totalmente repudiables del día 10 del corriente mes y año.

Acto de genocidio fue haber incendiado un edificio con trabajadores en su interior, con intención y total desprecio por la vida de los empleados mineros, provocando la pérdida de bienes personales tanto de éstos como del lugar de trabajo.

Estos actos son una muestra más de lo que vivimos los habitantes del pueblo de Andalgalá que no pensamos o compartimos la ideología de estos asambleístas que tomaron la voz del pueblo y el derecho para hacer justicia.

Como ciudadana, mujer, madre de trabajadores mineros, hemos sido discriminados, violentados, difamados por este sector, compuesto por una minoría de personas en el cual participan docentes, empleados judiciales y funcionarios municipales.

Tengo el derecho y la obligación de defender la integridad física y mental de mis hijos, por los tantos hechos discriminatorios que los hijos de empleados mineros reciben; son caratulados como hijos de asesinos, escupidos e insultados en la vía pública, atropellados con ideologías y culpados de ser los causantes de la propagación del virus COVID-19 en esta jurisdicción.

Por todo esto solicito que nuestros hijos no sean educados en instituciones públicas o privadas por parte de personas de pensamiento racista y psicópatas sociales, con falta de empatía y remordimiento, maltrato, impulsividad, irresponsabilidad, actos criminales y de manipulación social, que fomentan e incentivan la violencia.

No solo se necesita que impartan conocimientos a nuestros hijos, sino también respeto y autoridad, algo de lo que estas personas carecen.

Empleados judiciales y municipales y funcionarios que no respetan la ley, menos los decretos municipales, cometiendo vandalismo y burlándose de la vida de los empleados que son ciudadanos de la comuna.

Les pido a ustedes como autoridades y en especial al señor Gobernador que dejen de mirar hacia otro lado y tomen cartas en este asunto, porque tienen la responsabilidad de resguardar a esta sociedad.

No esperen que pase a mayores o suceda una tragedia; hoy fueron daños materiales, pero esto no da para más.

Como familias mineras hemos sido racionales con todos los hechos de agresiones, pero esto se terminará a la hora de proteger la vida de nuestros hijos, esposos, esposas, padres, madres, amigos, vecinos o cualquier trabajador minero.

El trabajo es esencial para cualquier persona que necesita poner el plato de comida en la mesa de sus familias.

Con el apoyo de los integrantes de todas las familias mineras, les hago llegar mi humilde escrito, pidiendo a Dios que esta situación termine. Los saludo muy atentamente.

Stella Marianela P.

DNI 30.006.025.

Andalgalá

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