La votación que rechazó el proyecto de ley de «iniciativa popular» contra la minería desnudó como pocas veces antes las peleas de intereses, celos, negocios, y especulación política de baja elaboración. El papelón del repentino peronismo antiminero. Cortes de rutas, intento de toma de la Casa de Gobierno, toma en la municipalidad de Esquel, un camino peligroso y absurdo. La movida de Massoni para desalojar la ruta sin incidentes.
…de Chubut en una obra de teatro, o un libro, se titularía «El extravío total de una provincia perdida…». En todos estos años, podríamos decir desde 1983, muy pocas veces quedaron al descubierto de modo tan evidente internas, intereses sectoriales, disputas regionales, las peleas del peronismo, y vergonzosos cambios de posición que se explican únicamente por la conveniencia política, personal o sectorial de cada quien.
La clase dirigente se está poniendo de sombrero a una provincia que fue pujante y que hoy sólo está sostenida por el petróleo y la licuación de su deuda por inflación, ante una población jaqueada por la pobreza (que algunos aprovechan de modo clientelar), el desempleo, la crisis económica, y encima una pandemia que podría durar aún dos años más. Claro, Chubut es despareja. Tiene zonas ricas y pobres. Por eso la puja de sus dirigentes es tan desequilibrada y por momentos, muy irresponsable.
Que nadie se sorprenda ante la impaciencia y la aparición de grupos y movimientos que se terminarán llevando puesta a la política tradicional, tal como ocurre desde hace unos años en Europa, Brasil, Chile, o recientemente; el estallido en Colombia.
Los ejemplos berretas a los que se somete al pueblo chubutense como si nada pasara, o como si lo que vemos casi a diario fuese la «normalidad», no son más que el caldo de cultivo de futuros autoconvocados, que los partidos y las instituciones tradicionales no podrían contener, ni comprender, ni resolver.
La oposición ciega, con fuertes trazos de ideologismo autoritario cuando no de ignorancia, a las explotaciones mineras son una muestra de ello. Muchos de los que ocuparon la Ruta 3 y la 40 no han visto jamás una mina de cobre, hierro, plata u oro. No distinguirían una locación seca, probablemente ni con un libro -que no querrán leer- en sus manos. Pero van y cortan tres días una ruta nacional. Peores resultan quienes aprovechan la oposición a la minería y el ambientalismo extremista con fines electorales, políticos, o sectoriales.
La lista de repentinos…
…antimineros peronistas es larga, entre ellos los diputados madernistas Leila Lloyd Jones, José «Chico Espina» Giménez y Tirso Chiquichano, que cuando eran concejales de Trelew pugnaban porque la ciudad pudiese brindar servicios mineros. Lloyd Jones era pro minera hace pocos años. A Adrián Maderna, el intendente de Trelew, el archivo no lo perdona. Tiene declaraciones -en todos estos años- a favor, en contra, y «por el medio» de la minería. Como muchos otros. Norberto Yauhar pedía acelerar el debate minero cuando era ministro de Cristina. Carlos Linares tiene declaraciones filmadas a favor de la minería, y se convirtió en un «ambientalista» ortodoxo. El intendente de Comodoro Juan Pablo Luque, cuya ciudad vive del extractivismo, intenta salirse de esta agenda que no le interesa. Pero por acción u omisión terminó apoyando el proyecto -inconstitucional y poco responsable- de las asambleas populares. Incomprensible. Tanto como los legisladores peronistas -muchos de Comodoro Rivadavia- que levantaron la mano en favor de un proyecto de ley que de ser aprobado, podría haber sido utilizado contra la minería, el pórfido, la pesca, o el aluminio. Jugaron a la ruleta rusa con el presente y el posible progreso de los chubutenses.
Minería es trabajo. Hay quienes dicen que «están a favor» de la minería pero que en una Argentina esencialmente corrupta no se podría controlar. Ese argumento es por lo menos discutible, en un país que también tiene gente honesta, y que construyó, gestionó y explotó sus centrales nucleares por años, por ejemplo.
Convendria desandar la madeja…
…en forma cronológica, para entender qué pasó en estos últimos cinco días, tres de ellos con la Ruta Nacional 3 cortada en el Acceso Norte. El martes al mediodía, el gobernador Mariano Arcioni y el vicegobernador Ricardo Sastre habrían acordado hacer votar en la semana que pasó el proyecto de las asambleas populares que prohibía la minería en la provincia para siempre, pero que además podía afectar actividades industriales tales como explotaciones petroleras, pesqueras, la producción de aluminio, de pórfidos y varias industrias más en su mayoría repartidas entre Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn, y la zona costera provincial. Claro, la idea del gobierno era rechazar este proyecto en la Legislatura, y dejar abierta las puertas para tratar la zonificación minera pendiente que permita poner en marcha alguna vez el Proyecto Navidad, en la meseta, y abrir las puertas a una minería responsable, con cuidados ambientales, y con renta fuerte para la provincia.
Como sea, Sastre y Arcioni, con la colaboración de Carlos Eliceche que preside la comisión de Ambiente que dio dictamen de rechazo a la Iniciativa Popular, dejaron «la mesa puesta» para rechazar la ley con lo justo. Fue 13 a 12 y dos abstenciones. No sobró ni un voto. Esta división de sufragios evidenció la interna peronista. Como se sabe, hay dos bloques: uno afincado en Comodoro Rivadavia encabezado por Juan Pablo Luque y Carlos Linares, y otro por Ricardo y Gustavo Sastre en Puerto Madryn. Son los que emergen, pero no están solos. Los del sur cuentan con varios intendentes, legisladores, y una alianza con Gustavo Mac Karthy y el Frente Peronista en Trelew. Los Sastre, con Maderna, y últimamente con Héctor González, el dirigente de Luz y Fuerza que «blanqueó» su participación en este grupo político a través de un diario que se edita en el Valle, y que promociona la alianza Sastre-González en sus comentarios políticos de cada fin de semana. Maderna juega más del lado de Sastre, pero sus legisladores votaron la Iniciativa Popular en contra del oficialismo. Lo mismo que los que responden al peronismo de Comodoro, aunque luego debieron soportar las críticas del sindicalismo petrolero encarnado por Jorge «Loma» Avila.
El miércoles hubo dictamen para tratar la iniciativa popular al día siguiente. La titular del bloque del PJ Adriana Casanovas lo llamó a Juan Pablo Luque para avisarle, y empezó a cocinarse el voto negativo del peronismo «oficial», que ha decidido jugar su interna por encima de todo. Nada es más importante.
Tanto Luque como Linares…
…y también Sastre jugaron al filo de la navaja. Sobre todo, porque les cayó encima la preocupación de las empresas que tributan y dan trabajo en Chubut. Aluminio, petróleo, pórfido, les quemaron los teléfonos a los dirigentes, al gobernador, a los intendentes y a los legisladores. Cinco veces en el curso del miércoles al jueves Luque habló con gente de Pan American Energy y de YPF, las petroleras que podían ser afectadas si se aprobaba el proyecto de iniciativa popular, y que «limaba» no sólo a la minería sino prácticamente a cualquier industria. Otro tanto pasó Sastre con Aluar y con empresas del pórfido, más la presión de sindicatos del sector privado muy poderosos como Petroleros Privados, la UOM, Camioneros y la Uocra que quieren trabajar, y que tenían muchas ganas de molerse a trompadas con los ambientalistas de la ruta. Finalmente, con el voto del oficialismo y algo de ayuda de los radicales que se abstuvieron y también peronista, la Legislatura votó el rechazo, lo que arrojó al elenco estable de protesta a dos arterias centrales de los caminos en Chubut. Las rutas 3 y la 40. Todo eso, mientras el gobierno intentaba un trabajoso acuerdo con ATE, que incluyó la ruidosa «participación» de la seccional Comodoro, con el soporte logístico del peronismo de aquella ciudad, lo que complicó las negociaciones por el pago de la deuda salarial.
La votación dejó heridos y enojados. En el gobierno están furiosos con Adrián Maderna y Juan Pablo Luque. A su vez, en Comodoro dicen que Sastre y Arcioni empujaron esta votación sin siquiera consultarles ni llamarles por teléfono. Tampoco entre una conversación privada que Arcioni y Luque habrían mantenido el martes pasado. Y Sastre, aprovecha la circunstancia para mostrarse responsable con las industrias de Chubut, y diferenciarse del peronismo de Comodoro que encarnan Luque y Linares. Por supuesto, con este mal clima, la reunión de «amigos» que iban a tener los peronistas -todos- el jueves en Rawson quedó suspendida hasta nuevo aviso. Perla negra para los justicialistas que votaron por la iniciativa de los asambleístas, pero en el trabajo en comisión no emitieron un dictamen favorable. Fallaron por falta de trabajo.
Pasado el rechazo a la ley de Iniciativa Popular, comenzó otra película que vale la pena contar.
Los memoriosos y los que gustan…
…de estudiar la historia reciente, recordarán al general del Ejército Ernesto Alais. Un general de Brigada a quien el presidente de la democracia recién nacida, Raúl Alfonsín, había ordenado en 1987 reprimir la revuelta militar de Campo de Mayo, encabezada por Aldo Rico. Alais salió desde Rosario con una columna de tanques, y nunca llegó.
El juez federal Gustavo Lleral había ordenado el desalojo de la Ruta 3, que había sido ocupada por manifestantes antimineros luego de la votación en la Legislatura. Pretendían algo ilegal, que los legisladores volviesen a votar según su gusto. El bloqueo estuvo integrado por partidos y organizaciones de izquierda, cooperativistas casi todos de Trelew, algunos docentes, autoconvocados, integrantes de movimientos sociales, de pueblos originarios, y algunos empleados estatales. Lleral le dio la orden a Gendarmería, pero el comando local se excusó en la falta de recursos suficientes para obtener una solución satisfactoria al conflicto. Sólo consiguió que abriesen una mano cada tanto. El tránsito pesado fue desviado por la Ruta 1, lo que hizo estallar de furia al intendente radical Damián Biss, ante la presunción de que tanto camión le destrozaría las calles. Los vecinos capitalinos no querían dejar pasar a los camioneros. Muchos quedaron varados, y otros querían volverse a la Ruta 3 a darse sopapos con los antimineros. Los ánimos estuvieron muy caldeados.
Fue el ministro Federico Massoni el que logró desatar el nudo y desalojar la Ruta 3.
Massoni estaba avisado que el Gobierno…
…nacional no movería un dedo para desalojar la ruta. De hecho, cuando se comunicó con funcionarios del ministerio de Seguridad conducido por Sabrina Frederic, le dijeron que había «que negociar», y les tuvo que explicar que los militantes antimineros no querían un bien transable, sino algo ilegal.
Claro que los manifestantes no eran improvisados. Contaban con tres baños químicos, y con una importante cantidad de leña, la «típica del Plan Calor» dijeron las fuentes, de buena calidad, y «packs» de leña envuelta en nylon de la que se reparte en entidades oficiales.
Con el mapa claro y la reticencia de Gendarmería, Massoni se entrevistó con el juez Lleral, y consiguió que el magistrado le trasladase la ejecución del operativo de desalojo. El ministro le habría dicho que se estaba muy cerca de un enfrentamiento civil entre camioneros que necesitaban pasar, y los manifestantes. Lleral habría sido reticente, pero al final cedió.
El domingo a la madrugada, a las 03:30, el ministro estaba en el lugar con el director de Seguridad, el oficial de Justicia, y un impresionante dispositivo que incluyó motociclistas, grupos especiales, antimotines, policía montada, canes, de investigaciones, y unos 170 efectivos comunes. Convencido de que debería llevarse presos a unos 120 manifestantes. Sin embargo, ni bien les leyeron la orden, los antimineros decidieron acatar y desalojar la ruta. Dijeron que no querían represión.
Ultimamente, y aunque lo critican por «militarizar», a Massoni le da resultado la exhibición de la fuerza policial. Ayer a la madrugada llegó al piquete y «bajo» todo lo que tenía. Y no se guardó nada. El ministro está convencido que al final del día, este modo de acción evita la violencia. Sólo hubo dos detenidos que -vaya curiosidad- serían de la ciudad de Rosario, aunque se supone que en el proceso de identificación muchos dieron nombres y DNI falsos. Sin sangre, sin violencia, sin muertes, sin incidentes, Massoni despejó la ruta por la que el Gobierno nacional quería «negociar», y Gendarmería no tenía «recursos». A los gendarmes les queda el lío de la Ruta 40, con sus principales batallones cordilleranos cerca.
Antes del desalojo, Massoni habló con el intendente Maderna, que pasó por el piquete también a la madrugada, pero se fue antes del desalojo. Massoni habría tratado de convencerle para que no se metiera en el operativo, ni en problemas.
Todavia queda mucho por…
…desandar. Es evidente que parte de la clase política de Chubut está dispuesta a trabar el progreso, si no son ellos quienes pueden llevarlo adelante y obtener réditos. Hoy es la minería. En su momento, fueron el petróleo, o la pesca. La explotación de recursos siempre trae peleas, divisiones, y judicialización de la política.
Con la gran interna peronista (alguna vez lo fue la radical), cubriendo todo. Mal modo de encarar los años por venir. Serán tiempos en los que se necesitarán acuerdos serios y sustentables para sostener la democracia ante los grupos extremos, y también de negocios, y delinear un futuro posible. No hay otro modo. Nadie puede gobernar solo, ni en medio de peleas permanentes por porciones de poder.
Como saldo final y político, ganó el gobierno. Arcioni terminó la semana con la Ruta 3 liberada y el acuerdo con los estatales en marcha, luego de una semana muy complicada y al rojo, en la que hubo cortes de calles, rutas, piquetes, y hasta la toma de la municipalidad de Esquel, y de la Casa de Gobierno. Llegar al lunes en cierta paz, ha sido una buena noticia.
Diario El Chubut