La mina jachallera se moviliza en forma paulatina bajo estrictos protocolos sanitarios y proyecta un túnel de exploración.
Al 60 por ciento de su capacidad operativa y con la mira puesta en culminar hacia el último trimestre del año con su estudio económico preliminar sobre los carbonatos profundos, así se moviliza Gualcamayo en el contexto de pandemia. La mina jachallera comenzó a normalizar sus actividades productivas a partir de que la minería fuese declarada actividad esencial, a principios de abril pasado luego de establecida la cuarentena obligatoria en el país. Esto significó la vuelta a operaciones, pero en forma progresiva de la mina subterránea y los pits de superficie, además de retomar la actividad exploratoria.
“Tuvimos alguna demora en la producción que trataremos de ir recuperando en lo que queda del año y en la medida que la situación se vaya normalizando, pero todo será con la prioridad puesta en la salud”, dijo Marcelo Agulles, superintendente de RRCC & Comunicaciones de Minas Argentinas SA (MASA). “Gualcamayo está enfocado en producir, explorar y avanzar con los estudios técnicos de los cuerpos mineralizados que vamos encontrando. Nuestro foco primario es poder convertir onzas en reserva, es decir, poder sumarlas a un plan de producción para los próximos años”, agregó la fuente.
De esta forma la empresa confirma que continúa con objetivos vinculados a incrementar la vida útil de la mina. En ese marco, se concentran los esfuerzos en los estudios técnicos del cuerpo Carbonatos Profundos que, según Agulles, este año el objetivo será completar en el último trimestre, el estudio económico preliminar (PEA) de ese proyecto. El paso siguiente después de realizar el PEA consiste en formular un estudio de pre-factibilidad, el cual tiene un mayor porcentaje de probabilidades de que la mina entre en producción en el futuro.
Este yacimiento es considerado el futuro de Gualcamayo porque de concretarse, la vida útil de la mina podría extenderse de 9 a 10 años, ya que según la información preliminar, el cuerpo contiene más de 2 millones de onzas en recursos. “Es el primer estudio, luego habrá que avanzar en otros niveles de detalle como el método de explotación, el de separación, es decir que se va afinando la información económica y técnica, explicó Agulles.
Carbonatos Profundos o DCP (por Deep Carbonates Project su sigla en inglés) como ya se conoce en Gualcamayo a este cuerpo mineral, se encuentra situado unos kilómetros debajo de la mina subterránea, por lo cual para acercarse y poder explorarlo para mayor información, es que se prevé la construcción de un túnel de exploración con personal propio que se pretende culminar hacia octubre de este año. “Hay que estudiarlo bien, es oro que no está contenido en roca oxidada sino de tipo refractaria, en función de los estudios se va a determinar cómo va a ser el proceso metalúrgico para sacar el oro de la roca”, precisó.
Freno casi total. Guardias mínimas para el control ambiental y de seguridad fue lo que se mantuvo en la mina al comienzo de la cuarentena. Lo único que funcionó fue la planta de procesos.
Prevención de Covid-19
El personal de MASA es chequeado en las terminales de ómnibus de San Juan y Jáchal antes de subir al colectivo y partir a la mina. Contratistas, transporte de carga y personal propio que viaja en camioneta, debe controlarse en puestos sanitarios que se apostaron en Albardón y Jáchal con este fin. En cuanto al transporte de carga que ingresa al yacimiento, el chofer no tiene contacto con otras personas, hace desinfección de su unidad al ingresar, tiene baños específicos, come de manera separada y tiene la obligación de entrar y salir durante el día.
Hay desinfección permanente de cabinas de equipos, movilidades y colectivos. En los dormitorios sólo puede haber 1 persona por turno. El uso de barbijos es obligatorio en espacios comunes, al igual que el distanciamiento social en oficinas y espacios de circulación.
Diario de Cuyo