23 de marzo otro día para recordar porque seguimos siendo pobres

Por DANIEL DÍAZ ESCOBAR

Allá por 2003, luego de la profunda crisis política en Argentina y del que se vayan todos, Esquel fue escenario de uno de los conflictos sociales más resonantes de la Argentina.

Y aunque no parezca, luego de esto, Esquel se transformó literalmente en la ciudad del NO. Fue acá donde, luego de meses de difundir temor y mentiras a media de parte de paracaidistas que llegaban a Esquel y pretendían que Esquel siga siendo chata y se autodenominaban “ambientalistas” la comunidad voto en contra de un proyecto minero a cielo abierto y con utilización de cianuro.

Cabe destacar también, que la responsabilidad no fue solo de aquellos que divulgaban mentiras y difundían el temor, sino también de aquellos políticos que querían el desarrollo minero a toda costa en la región. Y por supuesto de la empresa minera que no tenía un plan de comunicación previsto y que creía que con el apoyo de algunas figuras políticas el tema estaba encaminado. Sin embargo, nada de esto paso.

Finalmente, hace 19 años atrás, alrededor de 13 mil personas fueron a votar en aquel plebiscito que no era ni vinculante ni obligatorio y que tenía como fin, medir el acompañamiento de la gente a favor o en contra de un proyecto minero determinado.

Hoy Esquel está igual que antes, o quizás peor que aquel 2003, y esto se puede ejemplificar con los siguientes datos.

En Esquel hay más de 2700 familias que no tienen un techo propio y están pagando un alquiler, hay más de 900 familias que no tienen acceso al sistema cloacal, son más de 8mil los desocupados. El municipio asiste a más de 1200 familias con bolsones de alimentos por mes luego de la pandemia. Se perdieron más de 1000 camas para el turismo. Y como si fuera poco el mayor empleador en Esquel es el estado.

Nadie dice que habiendo minería en Esquel esta ciudad sería diferente en cuanto a lo económico, nadie podría asegurar sobre algo que en definitiva no se dio, pero si queda claro que el modelo de desarrollo de la huertita comunitaria no funcionó.

Los foros de supuestas actividades productivas nunca se desarrollaron y que así se desarrollen mañana, no nos va a sacar de la pobreza estructural en la que quedamos por tomar la decisión de decirle que no a un proyecto minero. Por el simple hecho de que no generaría siquiera recursos económicos para pagarle a los docentes, médicos y enfermeros o policías.

Hoy a 19 años de aquella decisión que condeno a Esquel y a Chubut a la pobreza, queda claro que lo que gano fue el fanatismo, la mentira, y los ambientalistas de cartón que marchan , dicen, “a favor del agua” teniendo un arroyo contaminado de punta a punta con líquidos cloacales.

Hoy a 19 años de aquel plebiscito, es un buen momento para recordar porque seguimos siendo pobres. Y porque no quienes son los responsables.

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