Álvarez: «La quita de las retenciones no fue una dádiva a nuestra actividad»

El presidente de CAEM, Marcelo Álvarez, dijo que es el momento de mostrarle al mundo si el país es confiable y que «si matan la industria minera, van a terminar repartiéndose un mayor porcentaje de un pastel inexistente»

A continuación, el discurso completo del presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), Marcelo Álvarez, durante la apertura del Seminario que comenzó hoy y culmina mañana, organizado por la revista Panorama Minero en Buenos Aires, Argentina.

 

Estamos frente a un punto de inflexión.

Una encrucijada.

Un momento para definir si vamos a mostrarle al mundo que somos un país confiable, con seguridad jurídica y estabilidad impositiva. O si vamos a definirnos como una nación donde es imposible la planificación a mediano y largo plazo. Y en esta decisión, se juegan el futuro de nuestra industria y del país.

Para que quede claro. La quita de retenciones trajo una bocanada de oxígeno que ayudó a reflotar proyectos y a extender la vida útil de varios emprendimientos. Nos permitió una mejora en la competitividad para pugnar por inversiones frente a otros países de la región. De lo contrario, en un mundo cada vez más complejo para la inversión, Argentina estaría fuera del mapa inversionista, como lo estuvo los últimos años.

Obviamente, entendemos la necesidad del Estado de mayor recaudación. Y por eso mismo, es tan importante que quienes tienen la responsabilidad de decidir estén bien informados. La quita de las retenciones no fue una dádiva a nuestra actividad. Fue una medida económica con un sustento muy real: A mayor competitividad, mayores inversiones y mayor aporte impositivo y económico para el país.

Por ejemplo, tomando 5 proyectos que lograron extender su vida productiva (Alumbrera, Pirquitas, Casposo, Manantial Espejo y Sierra Grande) se lograron exportaciones por 1.300 millones de dólares. De ellos, 870 millones de dólares son destinados al pago de proveedores y mano de obra, o sea, es dinero que queda en nuestro país. Y no nos olvidemos de la parte humana: permitió la continuidad de 12.000 puestos de trabajo, entre empleo directo e indirecto.

Y para aquellos que aún piensan que las mineras “se llevan todo” quiero aportar otro dato. Entre 2015 y 2016, en un total de 9 proyectos mineros realizaron compras anuales por 1.640millones de dólares. De ellos, 1.472 millones correspondieron a compras en Argentina. Este tipo de cifras, que muchos parecieran desconocer, son las que potencian la economía de las provincias y de los municipios. Y a esto, por supuesto, tenemos que agregarle todos los aportes correspondientes a los impuestos.

La opción racional es impulsar que haya más proyectos. No sobrecargar con nuevas imposiciones –nacionales, provinciales y municipales- a quienes apostaron por el país, arriesgándose, invirtiendo y generando empleo. Si matan la industria minera, van a terminar repartiéndose un mayor porcentaje de un pastel inexistente.

Nuestra industria no maneja las urgencias políticas. Pero sí puede sumar el compromiso de generar una minería que sea un verdadero motor productivo para el país.

A principios de este año anunciábamos el Desafío CAEM 20/21, que buscaba llegar a 20.000 millones de dólares de inversión, de aquí al 2021. De hecho, ya está dado el primer paso: ocho empresas anunciaron, desde este año, inversiones por 1.900 millones de dólares.

Nuestra voluntad sigue firme, solo necesitamos que nos garanticen que también seguirán estables las condiciones bajo las cuales se realizó la planificación.

Esto nos ayudará a concretar la creación de 40 mil nuevos puestos de trabajo e impulsar el crecimiento de una gran cantidad de PYMES y empresas locales.

La minería es un medio para obtener un fin. Y ese fin debe ser el verdadero desarrollo de las comunidades. El aporte al crecimiento social debería ser el eje central de la actividad. En ese sentido, la transparencia del estado y las empresas en la planificación, el aporte y ejecución de esos recursos debería ser el eje central del Acuerdo Federal Minero que está en marcha, y del cual la industria no será un obstáculo. Solo queremos como lo mencione arriba, más competitividad para tener más proyectos y sustentabilidad regional tras la finalización de los proyectos.

Otro tema importante que no quisiéramos omitir es tema de Glaciares y su reglamentación. Este tema ha generado y continúa generando mucha incertidumbre para el desarrollo de la actividad minera, y en general para todo tipo de obras de infraestructura a desarrollarse en la zona cordillerana (como por ejemplo el Túnel de Agua Negra). Esto se ve agravado por el lento avance de la elaboración del Inventario Nacional de Glaciares, que sólo ha cubierto una parte del país y en esos casos con una evaluación básica y superficial que no cumple con la letra y con los objetivos fijados por la Ley.

Resulta indispensable precisar a la mayor brevedad posible los alcances de la Ley y completar el Inventario en base a criterios científicos y objetivos definidos por el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales («IANIGLA»), a fin de definir con precisión y claridad cuáles son las geoformas protegidas en razón de su función hídrica estratégica, dejando de lado posturas fundamentalistas y encarando esta cuestión con el rigor científico que merece.

En relación a la sustentabilidad, hemos firmado un acuerdo para implementar en el país un programa de integral denominado “TSM –Towards Sustainable Mining”, o “Hacia una minería sustentable”. Mediante el mismo, las empresas en Argentina contarán con estándares equiparables a los de la mejor minería del mundo. Esta iniciativa brinda herramientas para la mejora permanente. Prevé un seguimiento anual de los indicadores clave de la gestión de las compañías, un examen externo y un Consejo Asesor multidisciplinario compuesto por las distintas partes interesadas de la sociedad.

Porque cuando hablamos de minería, hablamos de crecimiento y de futuro, hacemos un llamado a las autoridades. Un incremento en la carga impositiva tendrá un impacto negativo en la industria, castigando especialmente a aquellas zonas que por su geografía no cuentan con abundancia de otros recursos. Esperemos que nuestros legisladores comprendan lo que está en juego con este tipo de decisiones y no afecten la seguridad jurídica del país.

Para finalizar, quiero agradecerle a Panorama Minero por permitirme estar aquí y aprovechar para felicitarlos por sus 40 años sirviendo a la minería. Y espero volver a verlos en mayo, en ArMinera, que es la feria de todos y deseamos que se transforme en el punto de partida de una nueva etapa de la minería argentina, competitiva, responsable y volcada al desarrollo de las personas.

Muchas gracias.

 

 

 

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