Para BHP, la mina Escondida en Chile era inviable con el reclamo gremial

 

Perdió u$s 1000 millones luego de la huelga que duró seis semanas por reclamos salariales. La explotación representa el 5% de la producción mundial de cobre

El director de la división de BHP Billiton que opera en América señaló que el conflicto que mantuvo con un sindicato por cuestiones salariales en la mina de cobre más grande del mundo fue doloroso pero necesario para salvaguardar el futuro del lugar.

Debido a la huelga de seis semanas en la mina chilena Escondida de BHP –la más larga que se produce en la industria minera del país desde 1973– la compañía y sus socios en la mina perdieron ingresos por u$s 1000 millones pero era imposible evitarla, dijo Daniel Malchuk, presidente de operaciones en América.

Si bien el paro terminó en marzo, el problema que lo originó –las medidas de BHP para recortar costos a través de un contrato salarial y de beneficios diferente para los trabajadores nuevos de la Escondida– no fue resuelto.

«Tenemos que proteger la competitividad de Escondida no sólo en el corto plazo sino en los próximos cinco a diez años y las décadas que vienen», aseguró Malchuk, que vive en Santiago, a Financial Times.

El cobre se usa en todo, el cableo desde las viviendas hasta las redes de energía eléctrica; y la demanda del metal rojo seguramente aumentará en la medida que los autos eléctricos ganen adeptos.

El callejón sin salida en el que se encuentran BHP y los empleados de Escondida en el Desierto de Atacama recalca los desafíos que enfrentan las compañías mineras de cobre en todo el mundo, dado que tienen que lidiar con minerales de menor calidad y se ven obligadas a excavar más profundo para mantener los niveles de producción.

Escondida representa cerca de 5% de la producción mundial de cobre, después de más de un cuarto de siglo de producción, una gran cantidad de su mejor metal ya se extrajo. Como resultado, BHP ahora está obteniendo mineral de menor grado de dos minas que se encuentran a entre 500 y 620 metros de profundidad.

Lo que desmarca a Chile de otros países productores de cobre –además de tener las mayores reservas del metal en el mundo– son los salarios de los mineros.

Durante el boom de los commodities impulsado por China desde 2002 a 2012, los mineros chilenos se convirtieron en unos de los mejores pagos del mundo, con gratificaciones simplemente por firmar nuevos contratos. Por ejemplo, en 2013 el personal de Escondida recibió u$s 35.000 cada uno a raíz de ese acuerdo.

Sin embargo, los generosos salarios no coincidían con la mayor productividad chilena, que es inferior a los de otros grandes productores de cobre.

Ese problema se volvió urgente para BHP en Escondida después de que invertir u$s 8000 millones en equipos sofisticados para la mina durante los últimos cinco años apuntados a mantener la producción anual en más de 1 millón de toneladas.

Para asegurarse un retorno sobre esa inversión, BHP debe elevar la productividad y reducir costos en Escondida.

BHP buscó bajar los gastos mediante un contrato laboral que les ofrece a los nuevos trabajadores de la mina beneficios menos generosos comparado con los mineros existentes, pero el sindicado lo objetó y en febrero empezó la huelga.

Los dos lados del conflicto no lograron llegar a un compromiso y, en medio del impasse, BHP suspendió en marzo las negociaciones en cuanto al contrato con el sindicato. El sindicato respondió declarando el fin del paro y, en cumplimiento de la ley chilena, los mineros volvieron a trabajar con sus actuales salarios y beneficios.

Sin embargo, la ley exige al management de Escondida y al sindicato que vuelvan a discutir el nuevo contrato en septiembre de 2018.

La producción perdida como resultado de la huelga en Escondida llevó a BHP a reducir 18% su meta de producción para el actual ejercicio fiscal de la compañía. Escondida produjo sólo 95.000 toneladas de cobre en los tres meses hasta marzo, 63% menos que el mismo período del año pasado.

Carlos Allendes del sindicato que representa a los mineros de Escondida dijo a Financial Times este mes que darle a los trabajadores menos beneficios que a los empleados actuales es discriminatorio y crearía diferentes clases de trabajadores.

Aseguró que como se redujo la cantidad de empleados en Escondida en los últimos años, el personal restante debe ser recompensado por su trabajo más arduo.

«Si la compañía quiere proyectarse a 80 años más, tiene que hacerlo con nosotros,» dijo Allendes.

Afirmó que esperaba que la designación de Mauro Neves como gerente de Escondida llevaría «aire fresco» a las relaciones entre la compañía y sus trabajadores. «Si la compañía hoy, a través del nuevo presidente, llega con la intención de mejorar las relaciones, estamos dispuestos», agregó.

Si bien la huelga fue dolorosa para ambas partes, ayudó a reajustar las expectativas, dijo Malchuk, que confía en que finalmente se llegará a un acuerdo con el sindicato. «Tuvimos un buen desempeño como industria y probablemente las expectativas de los trabajadores no coincidían con lo que puede dar la industria», dijo. «Tenemos que dejar de mirar en el espejo retrovisor y mirar por el parabrisas y ver lo que viene en el futuro», concluyó.

Cronista

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