Goldman Sachs cree que las subidas que han vivido los metales industriales durante los últimos meses no han terminado. China, el mayor consumidor de estos recursos básicos, está inyectando estímulos en su economía que relanzarán la demanda y van a generar déficits de producción en algunos casos.
Hace aproximadamente un año China relanzó un plan de estímulos similar al que puso en marcha durante la crisis financiera. En 2008 la idea era tratar de evitar que el país sufriese un contagio de los problemas que estaban viviendo las mayores economías del mundo. Ahora, la intención es dar un empujón a su economía, y para ello se ha decidido incrementar el crédito a los sectores de la llamada «vieja economía»: según se explica desde Bloomberg, los nuevos préstamos crecieron un 50% interanual durante diciembre y enero, hasta rozar los 160.000 millones de dólares.
Esta cantidad es equivalente a más de un año y medio del programa de gasto para infraestructuras que ha propuesto Donald Trump, y esta fuerte expansión, según explica Goldman Sachs, va a tener implicaciones «remarcadamente alcistas» para las materias primas, ya que va a acelerar significativamente las manufacturas del país.
«La aceleración que generará para la demanda de metales impulsará al mercado del cobre, además de otros metales cómo el níquel y el zinc, generando déficits de producción que harán disminuir los inventarios de estos metales, incrementando los precios», explica el banco estadounidense en su informe. Además, el efecto estacional también tendría implicaciones alcistas, ya que el aumento de la demanda «parece que ocurrirá en el periodo en el que los inventarios suelen disminuir por factores estacionales».
Una carrera alcista que no ha terminado
Los metales industriales están disfrutando de subidas importantes desde el año pasado, debido al recorte de la producción que ha tenido lugar durante los últimos ejercicios, derivado de las caídas en los precios. El cierre de minas ha mejorado el equilibrio entre la oferta y la demanda, y ahora se están recogiendo los frutos en el mercado: el cobre sube un 33% desde los mínimos del año pasado, mientras el zinc y el níquel avanzan un 96% y 44% respectivamente. En su conjunto, el avance también es destacable: la cesta de metales que recoge y pondera Bloomberg sube un 41% desde los mínimos que tocó en enero de 2016.
Con todo, este impulso alcista puede no haber terminado, según Goldman, quien, por ejemplo, espera que el precio del cobre suba hasta los 6.200 dólares por tonelada, más de un 2% por encima de los 6.070 dólares en los que cotiza ahora. Eso sí, el riesgo es ahora alcista, explica el banco, quien cree que estas previsiones podrían quedarse cortas para el metal.
El Economista