El misterio YMAD, continúan las repercusiones en Catamarca

El senador por Tinogasta, Bernardo Quintar, presentó un pedido de informes para conocer la situación de la empresa Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (YMAD). El planteo es oportuno, pues el hermetismo que hay en la firma desde que asumió el nuevo presidente, Santiago Albarracín, no alcanza a ocultar indicios de que su presente no sería de los mejores. Al tratarse de una empresa interestadual en la que el Estado catamarqueño tiene participación, la inquietud de Quintar es legítima. El desempeño empresarial afecta intereses de la Provincia en forma directa, no obstante lo cual ninguno de los dos directores catamarqueños -Ángel Mercado y Carlos Palacios- se ha referido aún a las dudas que comienzan a crecer. Quintar señala, precisamente, el «silencio» de YMAD y exige que se dé a conocer cuánto dinero se depositó a favor de la Provincia entre 2010 y 2015 en concepto de utilidades por la explotación de Bajo La Alumbrera y qué destino se le ha dado. También qué metodología utiliza la empresa «para la explotación de los minerales y los procedimientos tecnológicos aplicados en el proceso de transformación del material para la obtención del producto final», «los canales técnico-administrativos para el traslado, depósito y comercialización» de este producto y el resultado de los estudios de impacto ambiental realizados.

El planteo de Quintar sería superfluo si quienes representan a Catamarca en el directorio informaran con claridad de las circunstancias que atraviesa YMAD. La preocupación no es caprichosa. Desde el arribo de Albarracín comenzó a filtrarse información sobre dificultades económicas y financieras que contrastan con la imagen de solidez que la empresa exhibía previamente, cuando se informaba regularmente de los desembolsos por utilidades y desplegaba una intensa agenda de actividades vinculadas a la responsabilidad social empresaria. En los fundamentos de su iniciativa, el senador consigna que, mientras la empresa Minera Alumbrera «difunde ampliamente su actividad, sus balances, sus acciones de responsabilidad social y permanentemente da a conocer su tarea, YMAD permanece en un silencio que llama la atención y la mayoría de la comunidad catamarqueña desconoce sobre su actividad». Subraya el legislador que «en estos días se habla en los medios de una pésima situación financiera de YMAD. Con deudas millonarias que no alcanza a cubrir desde hace tiempo».
Habrá que esperar las respuestas a los interrogantes de Quintar, pero hasta tanto alumbren, si es que alumbran, puede advertirse sobre lo inconveniente del misterio que rodea a YMAD y la falta de explicaciones sobre su presente. Los catamarqueños tienen derecho a conocer en detalle el desempeño de empresas de las que el Estado provincial forma parte, conforme se vio impelida a confirmar la Corte de Justicia de la Provincia en una causa iniciada por diputados de la oposición a los que la CAMYEN se negaba a suministrar el contrato firmado con Yamana Gold, propietaria de los derechos sobre el yacimiento Agua Rica. El éxito o las dificultades de YMAD repercuten necesariamente en la economía y las finanzas provinciales. Obligaciones legales al margen, la transparencia conviene también desde el punto de vista político: es imprescindible para recuperar terreno en lo que concierne a la licencia social que la actividad minera requiere para desarrollarse, terreno perdido en gran medida por el empecinamiento oficial en manejarse a espaldas de la sociedad.
El Ancasti

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