La Argentina negocia una nueva central nuclear con una estatal rusa

Además de estar cerrando un acuerdo con China, el Gobierno retomó conversaciones con Rusia para ampliar el parque nuclear.

El subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano, viajó a un foro organizado por la empresa de energía nuclear rusa Rosatom, en Moscú, y avanzan las negociaciones para la construcción de nuevas centrales nucleares con tecnologías de ese país.

Hoy en la Argentina existen tres centrales nucleares: la Presidente Perón (Atucha I), la Central Nuclear Embalse y la Néstor Kirchner (Atucha II), inaugurada en 2014. Ese mismo año, el gobierno de Cristina Kirchner firmó un acuerdo de intención con China para la construcción de una cuarta central. Al año siguiente, también se anunciaron negociaciones con los rusos. Con la llegada del macrismo se retomaron tanto los acuerdos con China como las negociaciones con Rusia, que tuvieron una ronda hace 20 días en el evento de Moscú.

En nuestro país, la energía nuclear representa (en generación) el 4,8% de la matriz energética, según el informe anual 2015 de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA). La mayor parte de la energía se genera a partir de combustibles fósiles (64,1%), seguidos por la energía hidráulica (30,7%). La eólica más la solar representan el 0,4% de la generación.

“El objetivo es llevar la energía nuclear a un 11-12% para los años 2025-2030”, le dijo Gadano a iEco durante el foro Atomexpo. “Tenemos que trabajar en continuar la expansión más allá de la cuarta central y en ese sentido iniciamos conversaciones con las empresas rusas, que son incipientes pero promisorias: veo un enorme potencial de complementación entre la industria nuclear rusa y la argentina”, agregó el funcionario.

Por su parte, los rusos están redescubriendo América del Sur: abrieron una oficina en Río de Janeiro para ocuparse de los asuntos de la región; firmaron en marzo un acuerdo con Bolivia para la construcción de un Centro de Tecnología de Investigación y Desarrollo Nuclear, con una inversión de 300 millones de dólares por parte del país andino; y esperan que se estabilice la situación en Brasil para retomar proyectos de centrales allí. Además, tienen acuerdos menores con Colombia y Uruguay.

Según el CEO de Rosatom, Sergei Kiriyenko –ex primer ministro de Boris Yeltsin–, el grupo tiene “una cartera de pedidos de 30 unidades de energía nuclear en 12 países, más otras 10 en etapa de negociación, lo que representa un portafolio de más de $300.000 millones”. Consultado por iEco, el VP para América Latina de la empresa, Iván Dybov, se mostró “muy optimista” respecto de las negociaciones que iban a desarrollarse con Argentina en el encuentro: “Estamos deseando continuar con este proyecto”, dijo.

Gadano, sin embargo, aclaró que “Rusia tiene un estilo de negocios interesante, pero para hacer negocios con la Argentina requiere de muchas discusiones previas. Nosotros no somos un newcomer en materia nuclear. Nos interesa que trabajen las empresas locales, que la tecnología también la entienden los técnicos y profesionales locales. No somos un país que entra a la energía nuclear y que va a comprar todo llave en mano y no le importa que la operen: nosotros queremos operar las centrales que se construyan en nuestro país”, afirmó.

El acuerdo que se está cerrando con China incluye, además de una central con un reactor Candú –que es tecnología canadiense usada por los chinos en Qinshan–, una segunda central con tecnología china. Según fuentes técnicas de la CNEA, “la primera nos conviene más porque es la tecnología de la Central Embalse y tenemos combustible ya desarrollado para abastecerla, mientras que la segunda es la que a ellos les interesa vendernos”. Consultado por iEco, Gadano aseguró que “estamos negociando con los chinos un contrato comercial muy avanzado que involucra la construcción de una central nuclear que muy probablemente estará en la zona de Lima y muy posiblemente será de tecnología Candú y también estamos trabajando en la futura expansión del parque de generación nucleoeléctrica en el marco de definiciones más amplias que involucran sitios nuevos y nuevas tecnologías”. En ese contexto, dijo, “las centrales de tipo PWR (iniciales en inglés de reactor de agua a presión) de tecnología china son una posibilidad”.

–En el caso de los rusos, ¿se trata de una central para uranio enriquecido, combustible que no producimos a escala necesaria, lo que generaría una dependencia del país proveedor para operar la central?

–Las centrales de tecnología rusa avanzada son una posibilidad en el marco de la expansión futura. La Argentina cuenta con tecnología de fabricación de combustibles de uranio enriquecido. Como en cualquier caso, las negociaciones se realizarán en un marco comercial general teniendo en cuenta que para nuestro país es muy importante tener la responsabilidad, en algún momento del proceso, de la provisión de los combustibles.

 

Clarín

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