El boom de los autos eléctricos y las energías renovables alentará el desarrollo del litio. Argentina busca picar en punta en su producción y en la fabricación de baterías.
La producción del petróleo y las empresas mineras intentan superar el embrujo que paralizó a los mercados mientras pequeños sectores como el del litio caminan a paso firme. En un tiempo clave para el despegue de ese metal, Y-Tec la empresa de tecnología creada por YPF y el Conicet, firmó un acuerdo para avanzar en el desarrollo de una planta de producción de celdas de litio con el grupo italiano FAAM Energy Saving Battery, uno de los líderes mundiales en la fabricación de baterías.
El litio se utiliza para el funcionamiento baterías de autos eléctricos, celulares, tablets e incluso satélites. Santiago Sacerdote, gerente de Y-Tec explicó a “Río Negro Energía” que desde hace un par de años trabajan para desarrollar una cadena de valor completa del litio en Argentina. A través de este acuerdo se firmó un convenio de colaboración para la construcción de una planta en la que estará la tecnología de Y-Tec y la provisión de los equipos industriales de Italia.
“Hoy se puede hacer la transferencia de la tecnología que venimos investigando a una empresa que esté dispuesta a invertir en la instalación de una planta. Se trata de abarcar desde la faz minera, a la utilización de las baterías” destacó el gerente.
Aún cuando el precio y el comercio global de litio se incrementaron significativamente en los últimos años, todavía es insignificante comparado con el cobre y el petróleo. Aún así, la llamada “plata blanca de América Latina” se puede sumar al oro negro para la transición energética en un mundo con escasez de energías fósiles. Incluso desde YPF dicen que avanzan para transformarse en una empresa integral de energía. Continuarán en el negocio de los hidrocarburos, pero apuestan al ingreso de sectores relacionados con la energía renovable como la producción de energía eólica, solar y el aprovechamiento del litio.
Para Sacerdote, con la firma de este acuerdo lograron terminar de configurar un modelo de negocios para la planta de celdas de litio, cuyas reservas en la Argentina están entre las principales del mundo. “Más allá de la tecnología de la celda, hay una especie de provisión de equipamiento, con equipos necesarios para la fábrica”, comentó el gerente.
Exportar litio a mansalva, sin valor agregado, podría ser un pecado y eso es justamente lo que se busca evitar. “La producción de baterías en el futuro va a estar más asociada al dominio de la tecnología que a contar con la materia prima. La demanda será muy grande y Argentina tendrá que aprovechar que tiene las materias primas”, dijo Sacerdote y completó que les pueden dar más valor desarrollando materiales activos y baterías.
El litio a futuro
Mientras que en 2009 había unos 500.000 autos eléctricos o híbridos, se espera que para 2020 haya unos siete millones de estos vehículos. Existe un profundo interés de automotrices e instituciones científicas en conseguir autos eléctricos con la misma autonomía que los autos que consumen combustibles líquidos, algo que aún no se logró. Por eso se trabaja en conseguir mejores baterías, y todo indica que el litio será el camino para lograrlo.
Si se consiguiera una batería con autonomía de 550 kilómetros, esta industria despegaría, y la demanda de litio crecería. Hoy sólo el 20 por ciento del litio que se extrae se utiliza en baterías, el resto va hacia otras industrias. Se emplea, por ejemplo, en la producción de psicofármacos antidepresivos o cerámicas.
El interés por este metal es tal, que el banco de inversión Goldman Sachs lo bautizó como la nueva gasolina. Un informe de la consultora Allied Market Research estima que el mercado mundial de las baterías de litio podría acercarse a u$s 46.000 millones en 2022. “Es un mercado muy amplio. La planta que buscamos instalar en Jujuy es de dimensiones pequeñas a comparación a la demanda futura, pero es ideal para comenzar a producir y a partir de la plataforma, ampliar o mejorar el producto”, relató Santiago Sacerdote. A su vez, explicó que una vez que se obtienen las celdas del litio, el ensamble de las baterías será una parte fácil del proceso.
Este metal también tiene sus contras. Algunos expertos sostienen que millones de litros de agua se pierden por cada tonelada de litio que se saca, y además al final se le hace un tratamiento químico contaminante. En este sentido, Y-Tec avanzó en un proceso patentado por Ernesto Calvo para la extracción que reduce el impacto ambiental que no compromete al agua.
De concretarse el acuerdo, con la empresa italiana firmarían un contrato de asistencia técnica y exclusividad para transferirle las mejoras tecnológicas que el grupo logró en los años de trabajo.
Argentina, Chile y Bolivia son los tres países con mayor cantidad de litio. El desafío es armar la estructura para poder industrializarlo.
El mercado mundial de baterías de litio moverá para el 2020 unos 46.000 millones de dólares al año, según cálculos privados. Su precio sigue en alza.
“Para producir 500.000 vehículos al año básicamente necesitamos absorber toda la producción de litio del mundo”, sostuvo Elon Musk, director de Tesla, primer productor de vehículos eléctricos.
“La producción de baterías en el futuro va a estar más asociada al dominio de la tecnología que a contar con la materia prima”, explicó Santiago Sacerdote, gerente de Y-Tec, brazo tecnológico de YPF.
Los números
20%
de litio que se extrae a nivel mundial se usa para baterías. El resto se destina a otro tipo de industrias.
47%
aumentó el precio del litio en el primer trimestre. Ronda los 7.000 dólares la tonelada.
60%
de las reservas conocidas de litio se encuentran en el triángulo que componen Bolivia, Argentina y Chile, según datos de Estados Unidos.
Río Negro