Pioneros en la aplicación del oro contra el cáncer

El fármaco viaja por la sangre unido a las nanopartículas de oro. La ciencia todavía está comenzando a entender las ventajas del nanomundo y sus posibles aplicaciones. De las bondades de trasladar los incipientes desarrollos de la nanotecnología a la práctica clínica ya se ha hablado, teorizado y experimentado. La principal contrapartida de la quimioterapia es que si bien ataca a las células enfermas afectadas por el tumor, también lo hace con las células sanas. Es, en este sentido, la raíz de los efectos secundarios que genera. Sin embargo, al asociar el fármaco a las nanopartículas, ambos viajan a través del torrente sanguíneo y el cuerpo con un objetivo definido. Cual submarinos, que es la metáfora más habitual, se encaminan hacia las células enfermas sin afectar al resto.A la realidad han trasladado esta premisa el equipo que compone Nanotargeting.

Esta spin off del Insitituto Catalán de Nanotecnología -ICN2-, ha desarrollado un nuevo sistema de liberación de fármacos que se sirve de nanopartículas de oro como nueva terapia contra el cáncer. Una desarrollo que le ha valido una patente en Estados Unidos, Europa, Japón y Canadá. «El Cisplatino es un fármaco utilizado con mucha asiduidad en quimioterapia para tratar varios tipos de cáncer», introduce el contexto Aurora Conill, líder del proyecto y manager de Nanotargeting. Son más de 50 años los que suma este medicamento en el tratamiento del cáncer. Según cuenta Conill, su efectividad ha propiciado que esto sea así. «Mata muy bien las células», asegura, «pero mata tanto las sanas como las tumorales. De ahí vienen sus graves consecuencias de toxicidad». Por un lado porque no sólo se focaliza en las células enfermas pero también porque se trata de partículas muy pequeñas que se filtran muy rápido al riñón. Lo que esta biotecnológica ha logrado es unir el Cisplatino a nanopartículas de oro a través de un enlazador o ‘linker’. Tras la conjugación del fármaco con las nanopartículas de oro diseñadas se limitan los efectos de toxicidad.

«En esta unión, el medicamento aumenta de tamaño y ello impide que sean filtrado por el riñón»; razona la experta. Además, es un proceso de endocitosis a través del reconocimiento entre unas proteínas y un receptor concreto el que hace que el fármaco sólo se libere cuando reconoce la célula tumoral.Las nanopartículas de oro unidas al Cisplatino viajan por la sangre hasta el tumor. Y en este viaje lo hacen en estado inerte. «Previamente, cuando el Cisplatino circulaba era tóxico. Al unirse al oro se transporta en estado inerte», destaca otra de las ventajas el director de Nanotargeting y socio inversor de Nanonica, Piergiorgio Pelassa. Este enlace depende directamente del PH. Esto se traduce en que cuando se encuentra en un medio fisiológico, como es la sangre, el nanofármaco no se rompe y por tanto, no se libera el Cisplatino. Es a su entrada en la célula, cuando va a parar a una parte llamada lisosomas, que entra en contacto con un PH ácido y se rompe el enlace. De esta forma, la liberación tiene lugar, tan sólo, dentro de la célula tumoral. El doctor Joan Comenge, artífice de esta tecnología, explica que además su nanofármaco aumenta la eficacia de la radioterapia.

«Las nanopartículas de oro generan unas radiaciones secundarias que también alcanzan el objetivo: el ADN. Se multiplica, con ello, el efecto de la radioterapia», expone Comenge que manifiesta la importancia de que, sin aumentar la dosis de radiación a administrar, y por tanto sus efectos sobre el cuerpo, sí aumenta su efectividad.Este desarrollo se encuentra todavía en la fase preclínica de estudio. Es decir, ha sido probado en animales. No obstante, la biotecnológica ya colabora con una importante empresa del sector para trasladar la producción a escala industrial. «Hemos pasado de sintetizar 150 mililitros en el laboratorio, hasta 10 litros en Nanotargeting. Ahora, hemos logrado escalar la producción hasta cien litros», asegura Comenge. Al que complementa Pelassa: «tras varias pruebas con nanopartículas encontramos que el tamaño óptimo eran trece nanómetros para la producción industrial».

LOS INICIOS. El punto de partida se encuentra en una investigación realizada por el ICN2, la Universidad de Santiago de Compostela, la Universidad de Valencia, el Hospital de Sant Pau e Icrea. EL GRUPO. La ‘spin off’ forma parte de Nanónica, lempresa de inversión en tecnologías basadas en la nanotecnología cuya sede está en Suiza .

 

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