La medida la habría tomado el presidente de la empresa, Santiago Albarracín, para realizar una auditoría.
En un marco de total hermetismo la conducción de la empresa YMAD paralizó la producción en el yacimiento de Farallón Negro desde hace unos 10 días. Una extraña situación rodea a la medida, ya que se hizo en un marco de total hermetismo.
Según trascendió, la medida habría sido tomada por el presidente de la empresa YMAD, Santiago Albarracín, representante del Gobierno nacional en YMAD, en el marco de una auditoría dispuesta para evaluar cuestiones de seguridad en la mina.
Sin embargo, la medida no habría sido aceptada por los vocales que representan a la Provincia de Catamarca y a la Universidad de Tucumán al considerar que es excesiva porque genera importantes pérdidas económicas para la empresa.
Según pudo averiguar El Ancasti, ya a comienzos de septiembre la Secretaría de Minería de la Provincia, como autoridad de aplicación de la normativa referida a Seguridad e Higiene Laboral, aplicó una suspensión por algunos días porque se habían producido problemas en la seguridad. Otras fuentes aseguraron que fue el presidente de YMAD quien tomó la medida de la auditoría porque se había registrado un accidente laboral con un operario que habría sido grave.
Lo cierto es que se abrió una discusión sobre la facultad que tiene el presidente de YMAD para disponer el cierre de la mina. En este sentido trascendió que la Provincia elevaría un reclamo a la Nación por el perjuicio que provoca la suspensión de actividades.
La noticia del cierre de la mina trascendió en los últimos días a partir de la incertidumbre de los trabajadores y proveedores. Sin embargo, tanto las autoridades de YMAD como la Secretaría de Minería optaron por no informar sobre esta situación.
Como ya lo indicó El Ancasti, desde la asunción de Albarracín, en YMAD se viene aplicando una serie de medidas de ajuste.
YMAD, integrada por el Estado nacional, la Universidad Nacional de Tucumán y la Provincia de Catamarca, era una empresa pujante con la producción de su complejo industrial Farallón Negro, en Belén. A fines de la década del ’90 entró en una fuerte crisis, que pudo superar por los ingresos de las utilidades del yacimiento Bajo La Alumbrera, del que es socia, luego de que Manuel Benítez fuera repuesto en la Presidencia.
Según el reporte de sustentabilidad de Minera Alumbrera de 2014, desde que comenzó el proyecto, en 1997, YMAD recibió en su carácter de socia más de 1.300 millones de dólares, de los cuales el 60% (que es el porcentaje que le corresponde a Catamarca) llegaron directamente a las arcas del Estado provincial.
Albarracín, el nuevo presidente, fue designado por la administración del presidente Mauricio Macri, que aprovechó las maniobras políticas de los directores catamarqueños tendientes a colocar en el puesto a un hombre propio, para desplazar a Benítez.
Albarracín recibió una empresa con importantes reservas en dólares y oro, pero estos fondos fueron agotándose en el marco de un ajuste sistemático, del que el cierre de Farallón Negro forma parte.
Hay mucha sozobra entre los 300 trabajadores del complejo.
El Ancasti
