Acuerdo del Gobierno con petroleras: el adiós al barril «criollo»

 

El aumento de naftas del año ya es oficial. A partir de la medianoche, los carteles que exponen los precios de los surtidores al público comenzaron a cambiar y la suba del 8% comienza a regir a partir del 12 de enero. Pero no será el único aumento del año.

Luego de varias reuniones del Gobierno con productores y empresas refinadoras del sector, se acordó una suba trimestral en los precios al público para atender el reclamo de las petroleras: que los valores no queden atrasados con respecto a la devaluación del peso. Es por eso que la nafta volverá a subir en abril.

Pero más allá de este acuerdo, las reuniones de los últimos meses giraron en torno a un tema más profundo en el sector que el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, quiere resolver desde que llegó a su cargo: establecer un valor del crudo para que, con el tiempo, en la Argentina deje de existir un barril de petróleo más caro que los precios internacionales. Y aquí entra en juego el famoso barril criollo que trae tanta polémica.

Este precio sostén que subsidia el Estado y reciben las empresas por el crudo que se produce en suelo local tiene un impacto en el bolsillo de los argentinos. El barril criollo es gran parte responsable de que en la Argentina suban los precios de la nafta incluso si baja el del petróleo.

El acuerdo que logró el Gobierno fija un punto de partida del precio del crudo Medanito -que se extrae en la cuenca neuquina- a USD 59,4, mientras que el Escalante (Golfo de San Jorge) se establecerá en 48,3 dólares. Habrá una curva descendente de aquí a julio y luego los valores -en 55 y 47 dólares respectivamente-quedarán fijos hasta diciembre.

«El acuerdo rige durante todo el año pero si en algún momento el precio en el mercado local queda por debajo del internacional, automáticamente se suspende la vigencia del acuerdo porque ya alcanzamos los precios internacionales», aseguró Aranguren.

La vigencia también se sostiene con un dólar entre los 15,50 y los 20 pesos. La negociación vuelve a la mesa si cambian estas condiciones.

La historia del criollo

La idea es que el mercado quede totalmente liberado en 2018. Esto implicaría que cada empresa luego decidirá por su cuenta cuándo y en qué proporción se aumentarán los combustibles al público.

El promedio de precios internacionales hoy está en USD 55 el barril, y como está subiendo, las negociaciones fueron más  sencillas que el año pasado. Sin embargo, un grupo de pequeños productores decidió no firmar. «Hay algunos productores que todavía no están convencidos de que la velocidad para hacerlo es la planteada», aseguró Aranguren.

Esta realidad paralela a la del mercado global de hidrocarburos nació como un incentivo para incrementar la producción local, en el marco del déficit energético. El barril criollo dejó a las provincias sostener ingresos por regalías, mantener empleos en el sector y a la petrolera YPF maquillar sus resultados, pero falló en generar más inversiones en el sector y el autoabastecimiento energético quedó en el olvido.

Y este precio sostén subsidiado generó distorsiones al estar desatado del valor internacional: cuando el precio del petróleo se hundía, en la Argentina aumentaba la nafta, también impulsada por la devaluación.

Gradualismo en 2017 y liberalización del mercado en 2018 terminó de sellar este acuerdo para la transición a precios internacionales de la industria hidrocarburífera argentina. Con todo, el cambio más profundo será en la distribución de la renta petrolera si se le dicé adiós al barril criollo y no hay un impacto en la baja de lo que paga el consumidor.

Infobae

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