Minería en el 2017: permanecerá la cautela aún frente a mejores precios

El Perú en el 2017. Seguirá el alza en los precios del cobre y del oro iniciado el 2016. Las mineras aprovecharán esa tendencia para acumular caja, pero no elevarían su gasto en nuevos proyectos hasta que el alza de precios se consolide.

Las mineras peruanas comenzarán el 2017 con una mejor perspectiva que en años anteriores. La industria ya terminó de ajustarse —en términos de costos, gastos e inversiones— a la caída de los precios de los metales que se inició en el 2011 y que no paró hasta enero del 2016. Ese ajuste y el rebote en los precios durante el 2016—como del cobre y del oro— han mejorado significativamente los márgenes de las empresas.

El panorama es diferente de acuerdo a cada metal: la especulación por una mayor demanda de cobre de parte de Estados Unidos una vez que Donald Trump sea presidente y una mayor demanda china permitirían que las mineras cupríferas como Southern Copper y Cerro Verde incrementen sus márgenes. En el caso de las mineras auríferas, su crecimiento dependerá de una nueva producción, aun cuando el precio del oro se recupere del impacto del incremento de la tasa de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).

En ambos casos, las mineras peruanas van a esperar a que se mantengan los precios actuales para poder acumular caja, antes de pensar en planes de expansión que les asegure mayores años de vida en sus operaciones.

¿UN MAYOR APETITO POR EL COBRE?

A pesar de que el precio del cobre se mantuvo alrededor de US$2.25/lb en los primeros nueve meses del 2016, las cupríferas peruanas como Southern Copper y Cerro Verde han registrado altos márgenes, consecuencia de una mayor producción y la reducción de sus costos. Ambas registraron márgenes ebitda de 39.4% y 47.7%, respectivamente, en este período.

Si el precio del cobre se mantiene alrededor de US$2.50/lb durante el 2017, los márgenes aumentarían 46.3% y 54.7%, respectivamente. Esto sería posible tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos. Su victoria ha generado expectativa respecto a una mayor demanda de cobre y otros metales base durante los próximos años, dado que fomentaría el gasto en infraestructura (mayor construcción de aeropuertos, escuelas y puentes). A pesar de ser un metal base, el precio del cobre también posee un componente especulativo.

No todo es el ‘efecto Trump’. China, que representa el 50% de la demanda total de cobre, no cayó en el temido hard landing, una caída súbita en su crecimiento económico. El gobierno estableció una meta de crecimiento de 6.5% a 7%, que se está cumpliendo, pues en los primeros tres trimestres del 2016 reportó un crecimiento de 6.7% interanual. Además, la demanda de cobre a agosto avanza por encima de 3.5% interanual durante el 2016, luego de mantenerse estable durante el 2015 (ver gráfico).

A PRODUCIR MÁS ORO

El precio del oro entró en un rally desde inicios del 2016, impulsado esencialmente por el retraso del aumento de la tasa de la Fed. Sin embargo, la economía norteamericana comenzó a reportar datos sólidos de empleo, así como una inflación controlada alrededor del 1.6%. De igual forma, la victoria de Trump y su posible expansión del gasto llevaron a la Fed a aumentar finalmente su tasa de referencia en diciembre.

La expectativa del mercado por el incremento de la tasa ha generado que el rally del oro se detuviera y que su precio cayera por debajo de US$1,200/oz. Ésta es una sobrerreacción, y es probable que en el 2017 el oro se mantenga alrededor de US$1,250/oz a US$1,300/oz.

Aun si el precio se mantiene alrededor de los niveles actuales, el crecimiento de las mineras de oro vendría de una mayor producción. Por ejemplo, en el caso de Buenaventura, la nueva producción de la mina Tambomayo añadirá alrededor de 120,000 onzas de oro y tres millones de onzas de plata al año, lo que generaría que el margen ebitda de la empresa aumente 40%. La empresa planea también desarrollar los proyectos Trapiche (cobre en Arequipa) y San Gabriel (oro y plata en Moquegua).

PREOCUPA LA POCA INVERSIÓN

El Perú cuenta con una cartera estimada de proyectos mineros valorizada en US$46,410 millones en inversión, de los cuales el 60% son proyectos de cobre, y su realización será la base del crecimiento económico para los próximos años.

En este sentido, seguirán avanzando los trabajos en la ampliación de Toquepala, de Southern Copper, y se espera que la producción posampliación se inicie en el primer trimestre del 2018. La inversión total equivale a US$1,200 millones y añadirá 100,000 toneladas de cobre al año. Asimismo, Chinalco ya anunció que invertirá en su proyecto Toromocho alrededor de US$1,300 millones al 2019 para ampliar su capacidad de tratamiento de cobre en 45%.

Sin embargo, después de esos proyectos no existen mayores inversiones que se ejecuten en el mediano plazo, dada la temprana etapa en la que se ubican importantes proyectos mineros, como Galeno, La Granja, Mina Justa y Michiquillay. Otros están paralizados por conflictos sociales, como Tía María, Conga y Cañariaco. Y a pesar de la mejor perspectiva, las mineras aún se mantendrán conservadoras en su gasto, hasta que la mejora en los precios vistos a lo largo del 2016 se estabilice a largo plazo. El 2017 será un mejor año para la minería peruana, pero no lo suficiente para generar un nivel significativo de crecimiento.

 

 

Semana Económica

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