Si bien existen evidencias que permiten dar credibilidad a las medidas para superar la crisis económica, también es cierto el alto pesimismo existente.
Se ha cumplido el primer semestre del año y frente a una gestión de gobierno enmarcada en la turbulencia económica, con acentuada réplica social, tanto los analistas políticos como la opinión pública hacen un balance cuyos primeros resultados indican la persistencia del escepticismo más allá del embate opositor.
En realidad las opiniones están equilibradas entre los que estiman que la situación económica del país va a empeorar y aquellos que vislumbran una recuperación basada en los cambios estructurales en marcha, en particular por el recorte del gasto público y la refuncionalidad administrativa del Poder Ejecutivo.
En principio, la imagen del presidente Mauricio Macri ha frenado su caída, de acuerdo a una de las últimas encuestas, porque se considera que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) le ha dado previsibilidad al programa económico.
Lo importante es que el Presidente hizo su autocrítica frente a este panorama en su reciente mensaje conmemorativo de la Independencia. a la vez Macri pidió nuevamente a los empresarios un mayor aporte para superar esta coyuntura.
Ante este panorama el sector productivo confía en que la Argentina va a salir adelante, pero no basta con aferrarse a las medidas internas porque a nivel internacional el panorama es también complicado y la economía argentina es muy vulnerable a la inestabilidad mundial de los mercados.
De todas maneras también están divididas las opiniones sobre las consecuencias inflacionarias de la disparada del dólar. Por un lado, la devaluación que arrastra la cotización de la divisa norteamericana altera todos los parámetros de consumo, pero por otro hay sectores que se benefician, como en de la exportación y el mayor flujo del turismo receptivo.
Además, se abre el atractivo para el inversor extranjero al disponer de recursos humanos y costos internos más baratos para llegar a los mercados con mejor competitividad. Un claro ejemplo es la minería para las multinacionales, ante un panorama inmejorable para invertir en recursos naturales con mayores perspectivas de rentabilidad.
El problema de la situación económica es que las correcciones y adecuaciones llevan tiempo y el malhumor social es difícil de calmar, más cuando el día a día repercute en la mesa de los más necesitados.
Diario de Cuyo