El mundo avanza rápidamente, y la economía es el principal lazo de todas las naciones, emergentes o desarrolladas. Y el gigante asiático es el principal destino de la soja y carne exportada desde el país austral y se incentivan sus inversiones en minería, hidrocarburos e infraestructura, así como la compra de alimentos no primarios.
Un joven chino mira un partido de fútbol en el que juega Argentina, copa de vino tinto en mano, mientras disfruta de un plato de mariscos. Suena el timbre y llega, en una caja que dice «for export» con la bandera albiceleste, un bife de chorizo, humeante y jugoso, como recién salido de la parrilla.
La simpática escena es parte del anuncio publicitario con el se promociona la venta online de productos argentinos en China, como parte de los nuevos lazos comerciales creados entre estos países para satisfacer las demandas de la creciente clase media de la potencia oriental, analiza la agencia rusa Sputnik.
«China actualmente tiene unas 750 millones de personas que viven en ciudades, que son los grandes consumidores. De esos, la mitad pertenece a la clase media de modo que tienen dinero, y va creciendo todos los años. Entonces, la demanda de productos importados es cada vez mayor y hay un plan del Gobierno chino de aumentar las importaciones», dijo a Sputnik Ernesto Fernández Taboada, director de la Cámara Argentino China de la Producción, la Industria y el Comercio.
China es hoy el principal comprador de alimentos para exportación argentinos, con números sorprendentes, además de la promesa de crecimiento:
-88% de los granos de soja.
-64% de la carne.
-34% del pollo.
-30% de las semillas.
-12% de la pesca (incluído el 50% del calamar).
Además, productos elaborados como los vinos y mermeladas o las frutas como los arándanos, uvas y cerezas están en la mira de consumidores cada vez más sofisiticados. China es el país más poblado del mundo con 1.400 millones de habitantes y es el segundo más grande en territorio luego de Rusia, con una área de 9,6 millones de kilómetros cuadrados, pero solo 15% de esta superficie está disponible para la agricultura. Argentina, por el contrario, es el octavo país en extensión y cuenta con zonas arables en 80% de su espacio, explicó Fernández Taboada.
«El sector agroexportador es donde China está más interesada pero no solamente en materias primas sino en alimentos elaborados […] conectándose con el circuito del e-commerce. Es por eso que Ali Baba ya ha venido a la Argentina, ya se están explorando hubs logísticos como el que se acaba de abrir en Shanghai hace poco, donde las empresas argentinas ya pueden almacenar sus productos», contó Giusto.
El interés de Alibaba, la empresa de venta minorista online más grande del mundo, a través de su subsidiaria Win-Chain, dedicada a la venta de alimentos vía delivery, por las carnes y productos de mar argentinos representa tan solo una pequeña fracción de la estrategia comercial y económica china en este país.
China es uno de los principales inversores industriales de Argentina en ámbitos como el agro, la minería, la explotación de hidrocarburos y la construcción de infraestructura. Recientemente, Chemchina, a través de la empresa Syngenta, compró Nidera, la principal semillera del país, y la empresa estatal china CNOOC es ahora socia de la argentina Pan American Energy en la explotación del yacimiento de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, una de las reservas de hidrocarburos no convencionales más grandes del mundo.
La empresa Shandong Gold es dueña desde hace unos meses del 50% de la explotación de la principal mina de oro del país en Veladero, en la provincia de San Juan. Por otro lado, las empresas chinas se encuentran impulsando la minería del litio en Salta, Jujuy y Catamarca, por lo que hoy 21% de toda la exportación de minerales va para el país del lejano oriente, principal potencia mundial en la producción de baterías y componentes electrónicos.
Mientras recrudece la batalla comercial entre China y Estados Unidos como consecuencia de las políticas proteccionistas del presidente Donald Trump, los países emergentes proveedores de materias primas y recursos como Argentina se encuentran en el fuego cruzado. «El repliegue aislacionista de los EEUU y la imposición de tarifas de manera unilateral, en contra de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), genera gran incertidumbre y complica a países medianos, los encuentra más desprotegidos», opinó Giusto, quien dijo creer que el Gobierno estadounidense interpreta «que China viene a conquistar Latinoamérica simplemente por una ambición de dominación y de desplazarlos a ellos del tablero regional».
«La posición hegemónica de China se viene dando naturalmente desde el punto de vista económico. No tiene fundamento la idea de que China sale a buscar una supremacía global, algo que en 5.000 años de historia nunca hizo. Es más parte de una retórica nacionalista de EEUU que otra cosa», dijo.
El Intransigente