YMAD: la herramienta y el desafío

Con la designación de Fernando Jalil como presidente de Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (YMAD), Catamarca recupera después de un cuarto de siglo el control de una herramienta de intervención en la actividad minera de primera magnitud.

El puesto supone un desafío para la Provincia en el que el propio gobernador Raúl Jalil se juega el cuero. Méritos personales al margen, Fernando es su hermano, de modo que éxito, medianía o fracaso impactarán en la gestión provincial con mayor fuerza que si la misión hubiera sido encomendada a un extraño.

En este sentido, más significativo que el retorno catamarqueño al comando después de casi 25 años, es lo ocurrido en YMAD durante la administración Macri a partir del ingreso de Santiago Albarracín, quien aplicó políticas gerenciales lindantes con el vaciamiento. Un ajuste espiralado, del que se excluyeron privilegios y prebendas, licuó la sólida situación económica y financiera que había legado Manuel Benítez, el anterior presidente.

No se trata de una interpretación. Es un hecho que la mayoría del directorio confesó al celebrar un convenio leonino que entrega a Minera Agua Rica la infraestructura de Bajo Alumbrera, que costó unos 1.300 millones de dólares, por un adelanto de alquileres de 12,5 millones de la misma divisa. Menos del 1%, una insignificancia si se considera que las instalaciones empeñadas son indispensables para la explotación del yacimiento Agua Rica y que la multinacional se ahorrará tamaño gasto.

La propiedad de esta infraestructura la corresponde a YMAD por el contrato de la UTE Minera Alumbrera: “Cualquiera fuera la causa de la disolución, YMAD recuperará la plena disponibilidad del yacimiento con todas las mejoras adheridas, incluyendo edificios, túneles, relaves, vigas y soportes, como así también los derechos de explotación de las reservas remanentes. Las obras de infraestructura tales como caminos, construcciones civiles, viviendas, oficinas, conducción de agua y su equipamiento, incluyendo elementos de transformación y distribución, no serán liquidadas. Las mismas pasarán en forma automática a YMAD, sin costo alguno, al momento de disolverse la UTE”.

Para justificar la defección, se arguyó que YMAD estaba a “un peldaño de la nada”. Esto es: para no colapsar, la firma interestadual necesitaba el adelanto de alquileres con tal urgencia que resignó por migajas el capital que le corresponderá tras el cese de actividades de Bajo La Alumbrera.

La maniobra desató un escándalo en la Universidad Nacional de Tucumán, la tercera pata accionista de YMAD, cuyos directores no participaron de la reunión donde se selló al pacto.

Hay que calibrar con exactitud las características y el alcance de la gestión que inicia Fernando Jalil. Al designarlo, el presidente Alberto Fernández abre una oportunidad para la Provincia al mismo tiempo que le asigna una responsabilidad enorme.

La manija
Con Jalil, la representación provincial en el directorio alcanza la mayoría: tres de cinco miembros, cosa que no ocurría, como se ha dicho, desde hace un cuarto de siglo.

A esta circunstancia interna se suma que los gobiernos catamarqueño y nacional tienen, a diferencia de los últimos cuatro años, idéntico signo político.

El espacio para las excusas en caso de un naufragio es nulo. El destino de YMAD está enteramente en manos de los catamarqueños.

Materializar el potencial de la firma requiere recuperarla de la crisis casi terminal en que la despeñó el macrista Albarracín. En este ineludible proceso de recuperación, revertir la descapitalización que la mayoría del directorio consintió al regalar las instalaciones de Bajo La Alumbrera por unos alquileres míseros es central.

Sintéticamente: Fernando Jalil asume en representación del Gobierno de Catamarca la tarea de sacar a YMAD de la condición mendicante y ponerla en condiciones de jugar parejo en el exigente universo de la megaminería.

El potencial
Los antecedentes son ilustrativos sobre las posibilidades que incuba YMAD para Catamarca.

Antes de Bajo La Alumbrera, la producción de Farallón Negro permitió la emisión de los títulos bursátiles OROCAT y de los Esquiú de oro y plata, que desaparecieron antes de que pudieran desarrollarse como instrumentos de financiamiento para la Provincia.

A mediados de la década de 1990, YMAD se asoció al 20% con los inversores privados en la UTE Minera Alumbrera, para la explotación del yacimiento Bajo La Alumbrera, el primer emprendimiento megaminero del país. Las cifras no mienten: lo que el Estado catamarqueño ingresó en concepto de utilidades empresarias –le corresponden el 60%- triplicó las regalías.

Los socios privados de Minera Alumbrera se asociaron con Yamana Gold en Minera Agua Rica para la explotación del yacimiento Agua Rica.

En lugar de explorar un camino similar e intentar replicar el modelo Alumbrera, aprovechando que por el contrato de la UTE se quedará con la infraestructura de este yacimiento, de la que Minera Agua Rica no puede prescindir, YMAD renunció a este capital por un exiguo adelanto de arriendos. Lo que se invirtió en la infraestructura prendada equivale a dos presupuestos de la Provincia. Si YMAD no hubiera habilitado el arrendamiento, Agua Rica debería costear la edificación de las instalaciones ¿Cuánto representan 1.300 millones de dólares en su inversión total prevista?

Ejemplo cabal de Estado bobo
La incompetencia de quienes gerenciaron YMAD en los últimos años, recompensados con sueldos y viáticos de volúmenes imposibles de determinar, se salda coyunturalmente con un auxilio de Minera Agua Rica, a la que el gesto le evitará gastar, y amortizar, 1.300 millones de dólares.

Una papita para la timba financiera de Yamana Gold, de cuyas rentas, redunda decirlo, YMAD tampoco participa.

El Ancasti

Noticias relacionadas

Dejanos un Comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *

2024. Huella Minera. Derechos Reservados.

mega888