Las autoridades del Grupo Lundin comunicaron que en septiembre del 2023 estaría iniciada la etapa de la construcción. Sin embargo, todavía no hay siquiera aproximaciones de una nueva fecha. Los argumentos de la empresa.
Pasó más de un año y la etapa de construcción del megaproyecto cuprífero Josemaría -ubicado en Iglesia- todavía no arranca. Las autoridades de la multinacional Lundin Mining -propietaria del emprendimiento minero a través de la empresa Deprominsa (Desarrollo de Prospectos Mineros S.A.)- anunciaron en mayo del 2022 que en septiembre del 2023 habría culminado el diseño de la ingeniería necesaria para dar rienda a la edificación de la estructura para la explotación de la mina. No fue así. Todavía no hay siquiera aproximaciones de una nueva fecha.
De acuerdo a las estimaciones del Grupo Lundin, el megaproyecto comenzaría con los movimientos de suelo en septiembre de este año, luego del invierno. Informaron que la construcción demandaría cuatro años y que planeaban iniciar la fase de producción en 2026. Sin embargo, el emprendimiento minero acusó contratiempos. De modo que continúa en la etapa de preconstrucción.
Hubo cuestionamientos y pedidos de revisión por parte de la Comisión Interdisciplinaria de Evaluación Ambiental Minera. Fundamentalmente, del dique de colas. En un inicio, la empresa planteó un diseño de «eje central». Pero luego modificaron la propuesta, pasó a un diseño de «aguas abajo» que, según fuentes oficiales, da mayor tranquilidad en lo relativo a la seguridad ambiental.
Después hubo un tema de financiamiento. Aparentemente, según el vicepresidente de Asuntos Corporativos del proyecto, Alfredo Vitaller, la construcción de Josemaría demanda unos 4.000 millones de dólares. Es decir, unos 900 millones de dólares más de los 3.100 millones de dólares presupuestados por la empresa.
En marzo de este año, Vitaller dijo en conferencia de prensa que ese es uno de los motivos para retrasar el arranque de la construcción. Asimismo, excusó: «Todavía no hay fecha, no depende de nosotros, sino de una serie de acuerdos y permisos», haciendo referencia a la reorganización entorno a la nueva propuesta del dique de cola que, estimó, encarecerá la obra en unos 150 millones de dólares.
En mayo del 2023, este diario reflejó el informe trimestral de Lundin. Un reporte con los resultados financieros y operativos de sus minas. Allí se informó que el proyecto sanjuanino completó el 40% de la revisión de la ingeniería de detalles del proyecto y la actualización de costos. Sin embargo, no da estimaciones de fechas aproximadas. Mientras que la expectativa por la construcción de Josemaría es enorme.
De hecho, sólo en la construcción del campamento del complejo iglesiano se espera que tomen como mínimo unos 4.000 trabajadores directos, lo que daría una fuerte envión a la economía provincial. Naturalmente, el retraso en la construcción implica que todos los plazos se modifiquen. La estimación que Lundin ofreció a las autoridades locales es que entraría en producción a partir de 2026. Ahora reina la incertidumbre.
El megaproyecto
Josemaría es un proyecto minero pórfido de cobre y oro localizado en el extremo noroeste de la provincia, sobre la cordillera iglesiana frontal a 4.295 msnm, uno de los cuatro proyectos cupríferos de gran escala y en estado avanzado. Cuenta con recursos por 6,7 millones de libras de cobre; 7,0 millones de onzas de oro y 31 millones de onzas de plata. La vida útil del yacimiento ha sido estimada en 19 años.
La explotación será una mina a cielo abierto que alimentará una planta de proceso convencional de 152,000 toneladas por día durante la vida útil del yacimiento, lo que arrojaría una producción anual de 136,000 toneladas de cobre (“Cu”), 231,000 onzas de oro (“Au”) y 1, 164,000 onzas de plata (“Ag”) por año.
Fuente: Tiempo de San Juan
