El proceso que deben seguir las empresas que quieren reducir emisiones o comprar los créditos de carbono en el mercado voluntario. Oportunidades y beneficios. Quién fija el precio. Consejos de un consultor especializado.
Las empresas que están pensando en verde tienen dos alternativas para ingresar al mercado de bonos de carbono con el objetivo de compensar las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de su actividad productiva: mediante la realización de proyectos de reducción de emisiones; bajo un marco regulatorio, -por ejemplo, a través del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) o de mejoras industriales, como lo hicieron Ceamse, Aluar, Cementos Avellaneda, Aceitera General Deheza, Citrusvil, Ledesma, Compañía General de Levaduras, Granja Tres Arroyos y Grupo Arcor-; o bien, en forma indirecta, comprando los créditos de carbono en el mercado voluntario, como hizo Natura con una generadora de energía eólica local.
La experiencia local
Por su parte, el holding cordobés vendió los certificados de emisiones reducidas (CER) de su plan MDL a una compañía holandesa. Doble ganancia: ambiental y económica. «En base a cada compañía, necesidades y posibilidades, la estrategia varía», sostiene Fernando Lía, presidente de la consultora Interfaz Hombre-Ambiente, contratado por Natura para acompañar el proceso de certificación de los bonos de carbono. En su caso, el proyecto que se certificó es el Parque Eólico Rawson, de Genneia (el más grande del país, que produce 300 Gwh y brinda energía a 100.000 hogares). La filial local de la empresa de cosmética le compró 70.000 bonos de carbono por más de $ 4 millones. Así, Natura Argentina certifica una reducción de 70.000 toneladas de carbono, y compensa sus emisiones generadas en la Argentina entre 2013 y 2016. «Optó por el proyecto de Genneia, entre otras razones, por ser un plan innovador, y acompañó el proceso de auditoría y validación desde su inicio», aclara Lía.
Existen proyectos ya validados con bonos en su poder y otros potenciales para generar comprobantes, algunos ya registrados bajo el MDL de Naciones Unidas. El de Genneia es un proyecto MDL y, según su gerente general, Walter Llanosa, «estamos en condiciones de incorporar 180.000 nuevos certificados a través de la licitación de energías renovables del Estado».
Un CER es igual a una tonelada de dióxido de carbono o su equivalente, según el gas que se esté cuantificando. Los bonos pueden comercializarse mediante traders o entre privados y el precio es negociable: varía según cantidades y tipo de proyecto, al mismo tiempo que evoluciona el mercado de carbono. «En la actualidad, los bonos de proyectos de energías renovables, con mayor impacto positivo social y ambiental, tienen una mejor consideración que los industriales», puntualiza el consultor.
Pasos para presentar un proyecto
En el país se creó el Fondo Argentino del Carbono mediante el decreto 1070/2005, con el objetivo de facilitar e incentivar el desarrollo de proyectos del MDL en el país, en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kyoto. El proceso MDL tiene dos partes bien diferenciadas: una es la evaluación nacional ante el Ministerio de Ambiente, que se encuentra regulado a través de la Resolución 825/2004. «En este momento, el tema de los proyectos MDL a nivel mundial está virtualmente parado, porque aún no se sabe cómo van a operar los mercados de carbono en el marco del nuevo Acuerdo de París», aclara Soledad Aguilar, directora nacional de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente. Es que las negociaciones post-París comenzaron en abril y continuarán en la COP de noviembre en Marrakech, luego de lo que se espera tener una idea del rumbo que tomará en la comunidad internacional el futuro de los proyectos.
Hay diferentes programas y estándares para lograr llevar adelante un proyecto MDL, con una compleja y detallada serie de pasos en el orden nacional e internacional para lo que se recomienda contar con el aporte de consultoras especializadas. Este asesoramiento es vital para transformar las reducciones de emisión en bonos, así como para optimizar los recursos del plan y disminuir sus riesgos inherentes. El registro y la emisión de los CER ofrecen un flujo adicional de recursos para costear el proyecto, a la vez que mejoran el retorno sobre el capital invertido. «La obtención de bonos tiene un componente local, el proyecto en sí, y la auditoría, certificación y emisión de bonos los realiza una entidad internacional, que en nuestro caso fue VCS», comenta Lía.
Lo primero es redactar una nota con la idea de proyecto, una especie de plan de negocios preliminar, que permita describir de manera sintética los rasgos claves y evaluar su viabilidad en el marco del MDL. Desde el ámbito estatal hay Normas de Procedimiento para la evaluación nacional de proyectos presentados ante la Oficina Argentina del MDL, una serie de metodologías de aplicación que se pueden consultar en el sitio de Naciones Unidas. Luego hay que elaborar el diseño del proyecto, que es el documento principal en el proceso de registro, donde constan la descripción técnica, una cuantificación de la reducción de emisiones de GEI, la justificación de la adicionalidad, la consideración previa del MDL en la instancia de decisión de inversión, la metodología para la determinación de la línea de base y el plan de monitoreo. «El proyecto se presenta ante la entidad internacional mediante una firma auditora autorizada, que es la encargada de monitorear y validar el plan y las reducciones obtenidas, para luego emitir un informe que, tras su presentación y revisión, permite emitir los certificados», detalla el consultor de Natura.
El Cronista