El Deutsche Bank se aleja de negociaciones en el sector minero del carbón

Presionado por ecologistas y preocupado por las grandes pérdidas de un sector con muchos problemas, muchos de los grandes bancos y otras instituciones prestamistas hicieron una rápida retirada de las minas de carbón en los últimos años.

Pero, incluso en estos tiempos oscuros, había un banco con el cual muchos mineros del carbón todavía podían contar para obtener financiación y asesoramiento: el Deutsche Bank.

Ya no más.

El gigante bancario alemán se está retirando del asediado sector del carbón, otro signo de los riesgos cada vez mayores para los bancos que financian a las industrias que contribuyen al cambio climático.

La semana pasada, seis miembros de alto rango del equipo bancario para metales y minería del Deutsche Bank, que eran los responsables de supervisar las negociaciones en la industria del carbón, dijeron que estaban abandonando el sector y se lo dejaban a Jefferies, un pequeño y rudimentario banco de inversión de Nueva York. Jefferies tiene una habilidad especial para salvar a inversionistas que se sienten desplazados en bancos globales más grandes y que también son más controlados.

Una portavoz del Deutsche Bank declinó hacer comentarios sobre el éxodo de los banqueros. Pero analistas de la industria dijeron que la medida era en parte relacionada con la decisión del Deutsche Bank de alejarse de determinados proyectos en el sector del carbón.

El Deutsche Bank no tiene planes inmediatos para reemplazar a los seis banqueros que ayudaban al banco alemán a asegurar la mayor cuota de mercado en el sector de los metales y los ingresos mineros en las Américas el año pasado. Esa clasificación estaba arriba desde el sexto lugar en el 2011, cuando muchos de ellos se unieron al Deutsche abandonando al rival bancario suizo UBS.

Dan Chu, un prominente banquero del carbón en el Deutsche Bank, será jefe global de metales y de banca de inversión minera en Jefferies.

“Los grandes bancos están bajo presión significativa de los grupos ecologistas para limitar su actividad en los combustibles fósiles y la minería en todos los ámbitos”, dijo Ted O’Brien, presidente ejecutivo de Doyle Trading Consultants, que se centra en el sector del carbón. “Este movimiento puede reflejar un equipo de banca de inversión que ya no era tan importante para un gran banco y que ahora será capaz de trabajar en un nicho bajo condiciones sin tanto escrutinio”.

Una vez un recurso preciado y codiciado, el carbón ha caído en tiempos difíciles. A principios de este año, los grupos ambientalistas como Rainforest Action Network culpó al Deutsche Bank por no ir lo suficientemente lejos en su alejamiento del sector del carbón.

Otros grandes bancos, como JPMorgan Chase y Bank of America, revisaron sus políticas para reflejar una retirada más amplia de la minería del carbón. El Deutsche Bank había dicho que ya no iba a financiar los denominados proyectos de extracción a cielo abierto, que implican la extracción de carbón de la superficie de las montañas, a menudo dejando grandes cortes en el paisaje. Pero su política pública quedó corta en lo que a un amplio retiro se refiere, cosa que muchos de los otros grandes bancos habían hecho.

Los bancos están dejando el sector del carbón por razones económicas, también. Hace sólo unos pocos años, el carbón se disparó, arrastrado por una moda mundial de productos básicos, en la medida en que las empresas mineras trataban de satisfacer una demanda aparentemente insaciable de China.

Tan recientemente como el 2011, los diez mayores bancos de inversión en el sector obtuvieron más de 1,6 mil millones de dólares en ingresos de negocios a nivel mundial con metales y minería, incluyendo acuerdos en el sector del carbón. Para el año 2015, ese total se había reducido a solo 820 millones de dólares, según Dealogic.

La industria del carbón estadounidense, en particular, está sufriendo una plaga de quiebras. Las compañías eléctricas están recurriendo cada vez más a las fuentes de gas natural y de energía renovable baratas como la solar y eólica para sustituir al carbón. La demanda de carbón de China también se ha enfriado ya que su economía se desacelera y el gobierno chino intenta cambiar a fuentes de energía más limpias.

En los tres primeros meses del año, la producción de carbón estadounidense cayó a sus niveles más bajos en 35 años, en gran parte debido a que el invierno no tuvo temperaturas muy bajas. Y la primavera trajo ningún respiro. La producción de mayo de 50 millones de toneladas representó una disminución del 28 por ciento comparada con mayo del 2015, según el Departamento de Energía.

En los últimos días, Murray Energy, un gigante del carbón con sede en Ohio, puso sobre aviso a sus empleados que podría verse obligada a despedir al 80 por ciento de su fuerza laboral, aproximadamente 4.400 empleados, en seis estados a causa de la depresión generalizada en la industria.

El jueves, Alpha Natural Resources –que adquirió la antigua Massey Energy en el 2011– recibió la aprobación de un juez para salir de la declaración de bancarrota. Como parte de un acuerdo de quiebra con el Sierra Club y otros grupos ambientalistas en el Oeste de Virginia, Alfa acordó dar 53 millones de toneladas de su carbón a un grupo sin fines de lucro con el propósito de su nunca fuese explotado o quemado, toda una señal del poco valor que este producto tiene en este momento.

A medida que la industria del carbón se somete a lo que muchos analistas e inversores esperan que sea una reducción permanente, los grupos ecologistas han criticado al Deutsche Bank por ayudar a sostener la vida en el sector del carbón.

En los últimos años, el Deutsche ayudó a uno de los pocos operadores duraderos de la minería, Blackhawk Mining, con sede en Lexington, Ky., el cual estuvo comprando algunas de las mejores minas de empresas en quiebra o casi en quiebra como Patriot Coal y Arch Coal.

El Blackhawk se negó a comentar.

En los meses más recientes, el Deutsche Bank, que se enorgullecía de ser uno de los principales financistas de proyectos de energías renovables en Europa, ha adoptado una postura más dura contra el sector del carbón.

En la reunión general anual en mayo, los ejecutivos del Deutsche Bank dijeron que el banco no ampliaría sus actividades en el sector del carbón, sumándose a un anterior compromiso de “eliminar” la deuda y las garantías a las empresas que se dedicaban a la extracción a cielo abierto.

“El Deutsche Bank apoya un mix equilibrado de energía global que tenga en cuenta las condiciones económicas, así como las consideraciones ambientales y de salud y seguridad”, dijo un portavoz del Deutsche Bank en un comunicado.

Estas consideraciones pueden ir contra la tendencia natural de los bancos de inversión, que están condicionados a trabajar en tantas ofertas como sea posible, para no limitar la actividad.

 

La Nación

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