*Manuel Solanet (H)
Con la llegada del segundo semestre mucho se ha hablado sobre el escaso volumen de inversiones que se concretaron durante la primera mitad del año sin llegar a comprender que una inversión necesita de un plazo extenso para su concreción. Dependiendo del tipo de inversión, se requiere realizar un sin fin de tareas previas que pueden incluir la evaluación financiera, el desarrollo de ingeniería, el contacto con proveedores de maquinaria y la compra de la misma, su instalación, la obra civil necesaria, la búsqueda y aprobación de la financiación, entre otras.
Este proceso lleva, para los proyectos más simples, un mínimo de seis meses desde que se decide iniciar el análisis hasta la finalización de la inversión proyectada. Por esto, muy posiblemente todas las inauguraciones recientes se deban a inversiones que no sólo estaban ya proyectadas a fines del año pasado, sino que también se encontraban en etapa de construcción.
Las inauguraciones que serán noticia dentro de seis meses a un año serán fruto de las decisiones que se están tomando hoy en día. En las empresas locales ya se está trabajando fuertemente con este objetivo y muchos inversores del exterior nos están visitando con el objetivo de hacer negocios en el país. Las industrias que verán el mayor flujo de dinero serán aquellas donde la Argentina posee mayores ventajas competitivas. Sin duda la elaboración de alimentos es una de ellas y ya ha habido anuncios en ese sentido. La minería también figurará entre los primeros lugares así como las energías renovables. Entre los no transables, la construcción acompañará a la demanda una vez que se retome el crecimiento.
Hay otras inversiones que no generan tanta repercusión pero que igualmente son importantes, como las del campo. La campaña que se está iniciando incluirá más superficie sembrada y mayor uso de fertilizantes que las anteriores fruto del recupero de la rentabilidad del agro. Con la llegada de la próxima cosecha gruesa veremos como el eliminar trabas e impuestos confiscatorios libera al productor para permitirle generar riqueza a los recursos del país. También se verán inversiones en los negocios agropecuarios de producción y comercialización de agroinsumos que serán necesarios para el desarrollo de este sector de la economía. En contrapartida, la ley de tierras rurales, aún corregida en parte con el nuevo decreto, impedirá la inversión extranjera en campos impidiendo la llegada de algunos capitales a este sector.
La atracción de inversiones es un proceso competitivo ya que el dinero elige para instalarse los países donde pueda lograr más rentabilidad en función del riesgo o donde se enfrente con menores trabas. En este sentido, el gobierno está trabajando a fin de hacer más llano el camino de ingreso de capitales. Queda pendiente aún profundizar este sendero y reducir la presión impositiva que permitirán a los inversores mejorar la rentabilidad de respecto a la que se puede lograr en otras jurisdicciones y a los trabajadores incrementar la participación que pueden lograr de dicha ganancia.
*Director de Infupa
Cronista
