Una de las pocas coincidencia entre Cambiemos y el kirchnerismo.
El referente radical llamó a defender los avances tecnológicos logrados por la CNEA e INVAP. También elogió la decisión de Alfonsín de terminar con la carrera armamentística con Brasil.
El ex senador y referente radical Ernesto Sanz se pronunció a favor de mantener “una política de Estado” en materia del desarrollo nuclear y otras tecnologías de punta de la Argentina. Sanz habló esta semana en la presentación del libro “Una Epica de la Paz, la política de seguridad externa de Alfonsín” del embajador Maximiliano Gregorio-Cernadas ante un auditorio de diplomáticos, académicos y científicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Gregorio-Cernadas acaba de ser nombrado embajador en Hungría.
El ex presidente de la UCR y el radical que más diálogo político tiene con el presidente Mauricio Macri, reivindicó la política de seguridad de Alfonsín quien resistió en el 1983 la presión de EE.UU. y otros países para desmantelar la planta secreta de Pilcaniyeu, Bariloche, donde la CNEA e INVAP habían desarrollo un método para enriquecer uranio a través del sistema de difusión gaseosa durante la dictadura. El radicalismo tiene una fuerte influencia en la política exterior de Macri.
De la mano del almirante y físico Carlos Castro Madero, la CNEA completó así en 1983 el dominio completo del ciclo del combustible nuclear. Como se cuenta en el libro “Una Epica de la Paz”, la CNEA se vio obligada a desarrollarlo por la decisión de Washington de cortarle el suministro de uranio enriquecido para reactores de investigación y las centrales nucleoeléctricas. Sanz recordó que Alfonsín también impulsó que INVAP exportara reactores de investigación para Egipto y Argelia, poniendo a la Argentina entre el exclusivo club de los países con esa tecnología de punta. Todos los expositores destacaron que esos desarrollos fueron «con fines pacíficos», pese a que técnicamente la Argentina está en capacidad de construir una bomba atómica.
Pero por sobre todo, tanto Sanz como otros políticos y diplomáticos presentes destacaron “la decisión estratégica” de Alfonsín de invitar en 1987 a su colega de Brasil, José Sarney, a visitar esa planta secreta y terminar así con una carrera armamentística entre Argentina y el vecino país que fue la base del Mercusor. El entonces titular de la dirección de Asuntos Nucleares de la cancillería (DIGAN), embajador Adolfo Saracho, se llevó un fuerte aplauso como impulsor de la idea de esa visita entre la nutrida audiencia presente en la librería El Ateneo de Santa Fe y Callao.
Además de anécdotas de espionaje y secretos políticos que fueron el trasfondo de esas negociaciones, Sanz destacó que Cambiemos tiene que mantener esta política nuclear y aeroespacial -que incluye la construcción de satélites- como “una política de Estado”. Aludió así al hecho de que la ex presidenta Cristina Kirchner reinauguró el año pasado la planta de Pilcaniyeu que volvió a enriquecer uranio y al anuncio de la CNEA de haber desarrollado, por ahora a nivel de laboratorio, un método de enriquecimiento a través del láser. Además, durante la gestión del ex presidente Fernando De la Rúa, INVAP exportó otro reactor de investigación a Australia y en la era de Cristina Kirchner anunció la construcción de otro para la producción de radioisótopos en EE.UU, proyecto totalmente inédito y sin precedentes. Así la política de seguridad parece ser uno de los pocos puntos de contacto de Cambiemos con la gestión de la ex presidenta Cristina Kirchner.
En la presentación estuvieron presentes, el ex ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, el ex intendente de la ciudad de Buenos Aires Facundo Suárez Lastra, la ex vicegobernadora bonaerense Elva Roulet, el ex senador de Corrientes “Pocho” Romero Feris, el escritor Marcos Aguinis, el filósofo Tomás Abraham, el ex diputado del ARI Fernando Iglesias, la historiadora María Sáenz Quesada y la ex presidenta de Poder Ciudadano Martha Oyhanarte. Además, participaron del debate el secretario de Fortalecimiento e Intercambio Institucional de la legislatura porteña Pablo Garzonio, los embajadores extranjeros de Brasil, Alemania, Suiza y Croacia, la ex vicecanciller Elsa Kelly y los embajadores Arnoldo Listre, Eduardo Sadous, Vicente y Miguel Ángel Espeche Gil, Raúl Ricardes, Horacio Chalián, Gustavo Ainchil, y Javier Sanz de Urquiza. También se vio a los científicos de la CNEA Mario Mariscotti y Jaime Pahissa Campá, entre otros.
Clarín