La operación, que todavía debe ser confirmada por Qatar o Glencore, sugiere que el atractivo de tomar una participación en una de las mayores petroleras del mundo compensa los riesgos de las sanciones que Occidente impuso a Rusia por su conflicto con Ucrania.
Rusia informó que vendió una porción minoritaria de la petrolera Rosneft por US$ 11,300 millones a Qatar y al intermediario de materias primas Glencore, desconcertando a quienes creían que la disputa del Kremlin con países occidentales alejaría a grandes inversores.
La operación, que todavía debe ser confirmada por Qatar o Glencore, sugiere que el atractivo de tomar una participación en una de las mayores petroleras del mundo compensa los riesgos de las sanciones que Occidente impuso a Rusia por su conflicto con Ucrania.
Además, apunta a una revisión del riesgo que los inversores extranjeros enfrentan al hacer negocios con Rusia, en un momento en que la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha creado expectativas de un acercamiento entre Moscú y Washington.
La venta de una participación de un 19.5% de Rosneft se anuncia a sólo días de que Rusia y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordaron coordinar un recorte conjunto de la producción de crudo que apuntale los precios del petróleo, el primero en 15 años.
La petrolera estatal mantuvo la venta en secreto, y el primer indicio sólo se conoció a través del presidente ruso Vladimir Putin, cuando se reunió con el presidente ejecutivo de Rosneft, Igor Sechin, el miércoles por la tarde.
“Es el mayor acuerdo de privatización, la mayor venta y adquisición en el sector del petróleo y gas del 2016”, anunció Putin tras la reunión.
Según los términos, dijo Sechin, Glencore y el fondo soberano catarí tendrán partes iguales del 19.5% de participación en Rosneft, que el Gobierno está vendiendo como parte de una ola de privatizaciones para reducir el déficit presupuestario.
Reuters