El Ancasti / Muy distraído hay que ser para no advertir todavía qué intereses movilizan a la diputada nacional Verónica Mercado, pero, si alguna duda quedaba, ayer se encargó personalmente de despejarla al abandonar junto a sus cofrades del kirchnerismo el recinto de la Cámara baja para no votar la reforma al impuesto a las Ganancias. El proyecto que el sector del diputado nacional Sergio Massa y el kirchnerismo sacaron de Diputados suponía gravosos perjuicios para Catamarca, no solo por la pérdida de recursos fiscales debido a la merma de la coparticipación, sino también por la reimposición de las retenciones a la actividad minera, que iban a adelantar el cierre del yacimiento Bajo La Alumbrera, la caída de más de 1.700 puestos de trabajo y una retracción millonaria de ingresos por regalías, además de los daños económicos indirectos. Pese a esto, Verónica Mercado y Néstor «Chicho” Tomassi lo acompañaron. Luego, como se sabe, la iniciativa se modificó en el Senado y volvió a la Cámara baja, donde fue aprobado por una mayoría aplastante. No tiene ya las retenciones a la minería, la poda de fondos para la Provincia será menor, pero Mercado se fue con la bancada «k”.
Fue claro desde un principio. El año pasado, en campaña, Verónica Mercado empapeló varios distritos catamarqueños con afiches en los que aparecía muy sonriente junto a la por entonces ministro de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner, hermana de Néstor, cuñada de Cristina y candidata a gobernadora de Santa Cruz. A Verónica no podía reprochársele ingratitud: Alicia era la ex esposa de su tío y mentor político, Armando «Bombón” Mercado, que todavía no había muerto y se haría sepultar en suelo santacruceño cuando le llegara la hora. Sí se consignó el riesgo de que Catamarca resignara una banca en el Congreso en beneficio de la provincia patagónica, pues los compromisos más evidentes de Verónica eran con el clan Kirchner-Mercado y la facción política que lideraban.
Varios de los posicionamientos que asumió como diputada expusieron que sus mandantes no eran los votantes catamarqueños, sino los jerarcas de Santa Cruz. Sus más luminosas apariciones se produjeron cuando llegó a Catamarca acompañando a su par, el ex ministro de Economía Axel Kicillof, en ocasión del lanzamiento de un espacio kirchnerista provincial diferenciado de la gobernadora Lucía Corpacci y a la cabeza de un piquete para repudiar la llegada del presidente Mauricio Macri, con el que Corpacci trataba de acortar distancias y mantener armonía institucional. Que haya seguido al kirchnerismo para no votar el nuevo esquema de Ganancias remacha el clavo. Ni siquiera se detuvo ante la evidencia de que su conducta era meramente testimonial, pues el consenso en torno a la ley era tan amplio que la ausencia de los kirchneristas no podía impedir la aprobación. Como se trata de una mujer inteligente, es inverosímil que no haya advertido el detalle. Debe concluirse que decidió marcar su pertenencia y la orientación de sus lealtades. Santacruceña confesa, ya no hay espacio para confusiones: a Verónica Mercado, los intereses de Catamarca le importan un bledo. Se debe al clan Kirchner-Mercado y allí se reporta, aunque los catamarqueños que la votaron sufran las consecuencias.
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