La fuga de una cantidad no determinada de la peligrosa solución que se utiliza para decantar oro y plata en Farallón Negro puso nuevamente en cuestión las condiciones de seguridad bajo las que la firma Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (YMAD) desarrolla su trabajo en el yacimiento. El incidente tomó estado público cuando la Secretaría de Minería de la Provincia informó que había tomado intervención para determinar sus alcances y motivos y la eventual aplicación de sanciones. Recién entonces YMAD consideró oportuno dar explicaciones a través de un escueto comunicado de prensa. Antes, en su edición del jueves 24 de agosto, El Ancasti informó sobre la pérdida, ocurrida en el sector de la Playa 1 y Quebrada del Laboratorio del yacimiento, y la activación de los procedimientos protocolares de rigor por parte de Minería, cuyos agentes realizaron un relevamiento y labraron las actas pertinentes para iniciar un sumario administrativo tendiente a establecer las responsabilidades de la empresa. Por desperfectos en el circuito de transporte que la Secretaría de Minería determinará con certeza, se fugó una solución compuesta por cianuro, cal y agua, que se usa para el proceso de lixiviación del mineral.
En su tardía gacetilla, YMAD informó que el lunes pasado (21 de agosto) a las 16.30 “se produjo un vertido como consecuencia de un desacople en un caño transportador”. Vale decir que los catamarqueños se enteraron del accidente tres días después de que ocurriera, no por iniciativa de YMAD, sino porque la Secretaría de Minería informó sobre las medidas que había tomado. Según YMAD, “activados de inmediato los protocolos del caso, se contuvo y se instrumentó la remediación total del incidente, procediéndose al recupero del material, dado el poco volumen del mismo”. La inspección de Minería, asegura la firma, “determinó que el incidente no ha generado daños, ni en las personas ni en el medio ambiente. Al mismo tiempo, se labraron las actas en las que se indica que la empresa debe cumplir ciertos requerimientos”.
La fuga, sobre la que ya se expedirá Minería, debe concatenarse con otros incidentes anteriores que expusieron las fallas del sistema de seguridad de Farallón Negro, en el contexto de la política de ajustes sistemáticos que despliega el presidente Santiago Albarracín desde que asumió hace poco menos de dos años, que ya ha consumido los millonarios recursos que tenía la firma antes de que él se hiciera cargo. Acaso sea cierto que el desacople de caños admitido ahora solo provocara una pérdida de “poco volumen” e inocua, pero el desperfecto se suma a, por ejemplo, el caso del operario que murió aplastado por un desprendimiento de rocas mientras hacía trabajos de trojeo (limpieza y acondicionamiento de un frente de perforación) en una de las galerías subterráneas y a las quejas de los trabajadores porque las condiciones para hacer sus tareas son peores que antes. Omar Jesús Godoy, delegado de los trabajadores de Farrallón Negro, dijo que “los pobres obreros sufren mucho con el trabajo y corren riesgo de vida”, situación que a su criterio es culpa “del presidente y los nuevos ingenieros, que no tienen mucha idea para producir lo que la empresa necesita”.
El Ancasti