Manantial Espejo se prepara para el cierre

 

Como consecuencia del agotamiento de los recursos, la mina de Manantial Espejo, ubicada en Santa Cruz y perteneciente a la firma Pan American Silver (PAS), se encuentra realizando su proceso de cierre, el cual llevará un tiempo estimado de dos años.

Igualmente, esta decisión se prolongó en reiteradas oportunidades: en primer lugar, tras el anuncio del gobierno nacional de quitar las retenciones para las actividades mineras se estiró la vida útil de Manantial Espejo, ya que esto permitía que continúe la rentabilidad. Posteriormente, se optó por seguir explotando los recursos del yacimiento santacruceño, al mismo tiempo que se desarrollaban trabajos de exploración. Actualmente, PAS trabaja en menor medida en el sitio mencionado, pero tiene tres proyectos para su futuro: Joaquín y Cose, en Santa Cruz; y Navidad, en Chubut.

En un viaje compartido con colegas de otros medios, este diario pudo visualizar de qué manera trabaja esta mina y cuáles son sus objetivos de cara al cierre de la misma. Puntualmente, Carolina Negre, gerente de Medioambiente y Seguridad de Manantial Espejo, afirmó que se hace hincapié en dos puntos. Por un lado, destacan la importancia de no generar un impacto social negativo considerable en las localidades aledañas al proyecto, teniendo en cuenta que actualmente emplean a unas 700 personas, de las cuales el 70 por ciento son de la Patagonia. Por otra parte, sostiene que la restructuración ambiental es una “política de empresa”.

Experiencia única en Argentina

Según Negre, la idea de PAS en la mina que está ubicada en el centro de la provincia de Santa Cruz, a   kilómetros de la localidad de Gregores, es realizar una reforestación total en el sector donde actualmente    trabaja la mina. Esta iniciativa, que se realiza para reducir el impacto ambiental, tiene como particularidad que  es la primera vez que se desarrolla en nuestro país. “Además, no estamos en una zona tropical, por lo que se  tiene que trabajar arduamente para lograr una reforestación total. Es un sitio muy inhóspito, por lo que estamos probando distintas alternativas para la recuperación de la vegetación”, puntualizó Negre.

En cuanto a la técnica que se utilizará para este objetivo, la gerente de Medioambiente y Seguridad de    Manantial Espejo afirmó que se practicará la hidrosiembra. Esta técnica consiste en un “shock” a las semillas para que puedan florecer de manera más veloz. Al respecto, la especialista destacó que este proceso “acelera en cinco años lo que es el ciclo natural, lo que nos permite rápidamente obtener el resultado”.

Cobertura del 60%

Una vez que la mina deja de trabajar, “el paisaje debe ser lo más parecido al original”, según afirman los responsables de la compañía. Igualmente hay algunas cuestiones que por motivos económicos no pueden realizarse. Por ejemplo, los pits, que son las profundas excavaciones que se dan en las minas a cielo abierto, no se vuelven a rellenar, aunque se les coloca un alambrado perimetral para evitar posibles inconvenientes.

Al respecto, Negre destacó que realizar esas tareas sería un costo significativo para la empresa y no contaría    con la rentabilidad mínima. Además, puntualizó en reiteradas oportunidades su eje en la restructuración de la vegetación original. Específicamente, aseguró: “Empezamos estos trabajos en el 2014, pero la hidrosiembra la hicimos por primera vez en octubre de 2015. El objetivo nuestro es que esto sea autosustentable, y actualmente toda la escombrera tiene, en promedio, un 60% de cobertura de vegetación”. Además, aseguró que desde la   mina Cerro Vanguardia, también ubicada en Santa Cruz, “están interesados en ver como estamos trabajando”. Vale destacar que al hacer el recorrido por el extenso predio, se pudo constatar que la vegetación en varios sectores está resurgiendo, aunque en algunos sitios todavía no se pueden visualizar avances considerables.

Cabe aclarar que en estos trabajos de restructuración ambiental que están desarrollando, también se realiza un perfilamiento de las escombreras, que son los sitios en donde se tiran los desechos sólidos tras la explotación  de la tierra en la mina abierta. La particularidad que tienen éstas es que su altitud no debe superar a las del ambiente original, por lo que en zonas de llanura y sin tantas montañas no deben ser muy altas, ya que sobresaldrían de la generalidad geográfica de la zona.

“Tenemos perfilado el 100% de las escombreras y casi el 80% de la reforestación vegetal. De 600.000 metros cuadrados, tenemos 101.000 metros ya hidrosembrados, aunque el objetivo es hidrosembrar todo rápidamente para poder observar el comportamiento”, destacó Negre, al mismo tiempo que aseguró que estas labores son realizadas por personal propio de la compañía.

Énfasis en el monitoreo social

Además de las propuestas para restablecer la vegetación original del sector, desde Manantial Espejo afirman que otro de los puntos en el que hace eje el proceso de cierre de la mina es el impacto social que provocará. Puntualmente, se realiza un monitoreo de las sociedades cercanas y en la región. Al respecto, posterior al recorrido por Manantial Espejo este diario pudo dialogar con algunos vecinos de la localidad de Gregores, quienes reconocieron un crecimiento en la ciudad desde la llegada de los distintos proyectos mineros, aunque evitaron hacer muchas más declaraciones sobre el tema.

En cuanto a las búsquedas de personal para los trabajos que realizan, Negre destacó que principalmente     intentan contratar a “profesionales locales y sobretodo del sur. Cuando hay competencias específicas que no las podemos cubrir con gente de acá, se contrata de otros lugares”. “Vamos a ver cómo hacemos con el tema del personal. Hay un compromiso de las mineras y cuando hay desafectación se ve en qué otro proyecto cercano puede haber una reubicación de los empleados. Esto se hace tanto desde las empresas, como también del  gremio”, agregó.

Paralelismo con el Proyecto Navidad

Manantial Espejo tiene similitudes y diferencias con el Proyecto Navidad, iniciativa minera que busca impulsar  la firma PAS.  Puntualmente, el yacimiento ubicado en Chubut es el más grande del mundo de plata sin    explotar, por lo que en tamaño superaría por dos o tres veces al desarrollado en Santa Cruz. En tanto, una de las similitudes es que ambas se caracterizan por tener como mineral principal a la plata, aunque también está el oro como subproducto.

Igualmente, la diferencia más significativa entre Manantial Espejo y el Proyecto Navidad es el tratamiento del mineral. En la primera se trabaja con cianuro, mientras que en Chubut se realizará el proceso de flotación, que consiste de un proceso que tiene tres fases: sólido, líquido y gaseoso. Asimismo, tiene como objetivo la separación de especies minerales a través de la adhesión selectiva de partículas a burbujas de aire.

El proceso del cianuro

En Manantial Espejo lo primero que se hace es la extracción de la roca, ya sea por minas subterráneas o por alguno de los tres pits (María, Concepción o Karina); posteriormente se trasladan las piedras a que se trituren y se muelan, de lo que queda prácticamente un polvo que luego se mezcla con agua y cianuro para separar al mineral de todos los elementos extraños; por último, el mineral se precipita y termina fundiéndose.

Por su parte, el cianuro continúa su proceso de otra manera, tras la “lixiviación”, que es cuando se mezcla con  el mineral, se pasa a la planta de “detox”, donde se intenta bajar su PH a través del agregado de “lechada de cal”. Por último, el cianuro que -según remarcaron los especialistas de la mina- ya está desactivado se traslada por tuberías al dique de colas para que se evapore.

Diario de Madryn

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