“Hay que vivir en Gan Gan: en invierno escasean la leña, el agua, a veces la luz”

Una mujer, madre soltera de dos hijos y oriunda de la localidad, pidió por la zonificación minera en la Meseta. Contó las carencias de la zona. “Hoy muchas veces hablan de la ganadería. Vayan a visitar los campos. Están todos desamparados. La gente se está yendo. Porque no se puede vivir de eso”, agregó.  

Fanny Quiroga nació, se crió y vive en Gan Gan, en la Meseta chubutense. Es madre soltera de dos hijos y describe a la zona como “un lugar aislado”, donde “en invierno escasea la leña, escasea el agua, a veces la luz. Y posibilidades de trabajo no hay”. Por eso, afirma, “le digo sí a la minería y a la zonificación, porque uno necesita que sus hijos salgan adelante”.

Fanny participó, junto a un grupo de mujeres de la localidad de la que es oriunda, además de Gastre y Lagunita Salada, de la jornada “Desarrollo Humano con perspectiva de género” que se concretó la semana pasada en Puerto Madryn, con organización de Green Cross Argentina y Fundación Ecologista Verde.

En una pausa de los paneles, talleres y presentaciones, Fanny dio su testimonio en el que, con lágrimas a punto de salir, contó cómo es su vida cotidiana y por qué espera el desarrollo minero en la zona.

Empleada administrativa de la minera Argenta en Gan Gan desde hace ocho años, comentó: “Soy madre soltera, tengo dos hijos. Uno de ellos está estudiando en la universidad. Le digo sí a la minería y a la zonificación, porque uno necesita que sus hijos salgan adelante”.

“Al mío lo tengo alquilando en Trelew y si no tengo trabajo, ¿con qué lo ayudo para que él progrese? No tengo posibilidad. Se me cae el mundo abajo porque hay que pensar en dos criaturas: uno en darle de comer y otro ayudarlo a estudiar. Porque es su decisión, el deseo de él. Y hoy usted ve que los alquileres son caros”, dijo.

“Nosotros vivimos en un lugar aislado. En invierno escasea la leña, escasea el agua, a veces la luz. Tenemos muchas situaciones. Y posibilidades de trabajo no hay. Buscar un trabajo es hacer changas, o vivir con un plan. ¿Y quién puede vivir hoy con un plan?”, se preguntó.

“Vayan a visitar los campos”

“Hoy muchas veces hablan de la ganadería. Vayan a visitar los campos. Están todos desamparados. En muchos hay viejitos. La gente se está yendo. Porque no se puede vivir de eso. La comercialización de la carne no se da como antes. La lana antes se vendía bien y ahora no”, describió.

“Es muy complicado todo. Hay que vivir en la localidad. Nosotros nacimos y crecimos ahí. Yo quiero quedarme en Gan Gan. Apuesto por la localidad, por la zona. Quiero que mis hijos vivan ahí, se críen ahí y tengan la libertad de salir todos los días y saber que van a volver a la noche”, agregó Fanny.

“En la ciudad tendrán muchos beneficios, pero salen a la calle y no saben si van a volver. Pasan muchas cosas, hasta por un celular pasan situaciones en los lugares grandes. Y en Gan Gan no las vivimos. Nos conocemos entre todos, podemos dejar la casa abierta y estamos tranquilos”, continuó.

Por eso, dijo Fanny, “queremos que se dé la minería”. “Si no -se volvió a preguntar- ¿qué voy a hacer con mis hijos? Mi hijo quiere ser técnico en software. Es no vidente. Tengo muchos gastos. Pero si esto se da, yo puedo ayudarlo a que siga su carrera, siga su sueño y lo concrete. No sé si ahora, pero de aquí a tres años verlo progresar y que sea titulado. Es más: tengo mucha ayuda de maestros que él ha conocido. Y eso a mí me beneficia. Y me gustaría que muchos chicos pudieran crecer y estudiar en la misma localidad, no salir del pueblo”.

“Que haya Internet y gas para todos”

La mujer sumó a sus esperanzas “que haya Internet, que puedan tener forma de comunicarse. Porque hoy si hay Internet en el pueblo es en un solo lugar y me gustaría que haya Internet para todo Gan Gan. Así como el gas está llegando, que haya gas para toda la gente, no para algunos solamente. Porque dependemos de la leña, y a veces llega y nos venden, y está mojada, y no nos sirve”.

“Hay que vivir en Gan Gan, no se puede opinar así nomás. Es muy lindo estar en la ciudad, vivir con todas las comodidades y no vivir el día a día que vivimos nosotros, cuando hay nieve, cuando se congelan las cañerías. Pasan muchas cosas. A mí me gustaría que esto se dé, por el bien mío, de mis compañeras y de toda la Meseta en general”, finalizó.

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