Metales como las tierras raras, el vanadio o el litio se han convertido en estratégicos por sus aplicaciones en el sector tecnológico o en la automoción eléctrica, lo que ha llevado a las empresas mineras a poner el foco en estos elementos despreciados hace años y ahora imprescindibles para fabricar baterías eléctricas o para almacenar la energía renovable.
«Hace diez o quince años valían cero, porque no se utilizaban para nada», resume en una entrevista con Efe el vicepresidente ejecutivo de Berkeley Minera, Francisco Bellón.
Esa situación ha cambiado radicalmente y en un país como España, por ejemplo, hay «muchos» permisos de investigación pedidos ante el interés de la industria, situación que se repite en numerosos países.
La lista de minerales estratégicos va cambiando con el desarrollo tecnológico, aunque, en opinión del director general de la Confederación Nacional de Empresarios de la Minería y la Metalurgia (Confedem), Vicente Gutiérrez, los metales «del futuro» son «los que están relacionados con la transición energética».
Así, crece de forma exponencial el precio del vanadio -utilizado en baterías- o la demanda del litio o el cobalto.
El siguiente listado recoge las materias primas estratégicas y sus aplicaciones en la industria:
TIERRAS RARAS: Son un grupo de diecisiete metales de la tabla periódica -entre los que está el itrio, el cerio o el gadolinio -sin los que no se puede fabricar móviles u ordenadores y sin los que se retrocedería a los dispositivos antiguos. Las tierras raras están en pantallas, micrófonos, cámaras, memorias de almacenamiento o infrarrojos, entre otras aplicaciones.
VANADIO: Las baterías de vanadio se fabrican exclusivamente con ese metal y son capaces de seguir cediendo grandes cantidades de energía a la vez que se están cargando, por lo que se usan tanto en generadores eólicos o solares como en coches eléctricos.
LITIO: Es un metal que también se emplea en las baterías recargables y, por tanto, en la industria del coche eléctrico.
COBALTO: Las baterías de litio de los vehículos eléctricos no funcionarían sin cobalto, que se emplea además en la industria del automóvil.
TÁNTALO: Se utiliza en los condensadores que almacenan y distribuyen la energía, por lo que la carga y descarga de dispositivos como móviles u ordenadores depende del tántalo.
NIOBIO: Se destina a motores, cohetes o equipos de combustión por presentar una gran resistencia al calor.
INDIO: Se encuentra en todo tipo de pantallas porque es un metal conductor y transparente. También se utiliza junto al germanio en los motores y en los generadores eólicos y es esencial en la energía fotovoltaica.
ANTIMONIO: Sirve para endurecer el plomo en las baterías de almacenamiento. Además tiene propiedades ignífugas, lo que hace que se utilice en mobiliario de coches y aviones.
WOLFRAMIO: Se encuentra en tubos de rayos X, en los aparatos de televisión, en los filamentos de los cables, en los contactos de interruptores y corriente eléctrica o en soldaduras.
GERMANIO: Está en las redes de fibra óptica, en infrarrojos, en placas solares, en los CDs o DVDs y también en láseres, porque permite que una longitud de onda más pequeña y precisa.
A pesar de la pujanza de estos «nuevos» minerales, los metales básicos siguen siendo demandados por la industria porque tienen importantes aplicaciones en tecnología:
COBRE: Los coches eléctricos llevan cobre, también los ordenadores y los aerogeneradores, por su alta capacidad para almacenar la energía.
PLOMO: Se emplea tanto en baterías eléctricas como en baterías de vehículos pesados. Además, en equipos médicos para proteger de la radiación en análisis clínicos, en la reproducción de vídeo o en revestimientos de cables.
ORO: Se consume principalmente en joyería, aunque es un buen conductor de electricidad y resistente a la corrosión, por lo que adquirió otros usos a finales del siglo XX, incorporándose a ordenadores, equipos de telecomunicaciones, reactores de aviación y naves espaciales.
ZINC: Se usa en galvanizados y revestimientos de acero o en dispositivos electrónicos como ordenadores.
HIERRO: Además de la industria siderúrgica y de usarse para aleaciones con otros metales, como el acero, el hierro sirve para fabricar ordenadores.
ESTRONCIO: Está presente en el sector petroquímico, en los procesos de extracción de petróleo y gas natural, aunque también aparece en la fabricación de imanes o en la industria de la iluminación.
ESTAÑO: Se emplea en revestimientos o en soldaduras de circuitos eléctricos.
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