Matías Kulfas encabezó ayer un encuentro con representantes de organizaciones ambientales para discutir sobre las principales iniciativas del Plan de Desarrollo Productivo Verde.
En una entrevista reciente con El Economista, Kulfas fue consultado si veía con preocupación la demora en la puesta en marcha de algunos proyectos productivos por los reclamos de sectores ambientalistas.
“Ese debate no nos preocupa y, al contrario, lo propiciamos porque tenemos una visión ambientalista. Estamos convencidos de que el desarrollo productivo tiene que ser un desarrollo productivo verde, que tenga en cuenta la dimensión ambiental. Hay un proceso de transición ecológica en marcha, pero al ser un proceso no se puede pretender un cambio radical de un día para el otro”, dijo.
Semanas más tarde, tras la polémica prohibición a la cría de salmones en Tierra del Fuego, Kulfas planteó: “Entre el vale todo y el prohibicionismo me parece que hay una amplia gama de opciones que tenemos que evaluar. No me parece bueno prohibir una actividad. Más que prohibir hay que controlar muy bien y ser cuidadosos”.
Las distintas organizaciones que promueven el desarrollo sustentable y el cuidado ambiental celebraron el encuentro ayer, en la previa de la cumbre climática del G20 y el destino de partidas presupuestarias para incluir el cuidado del medio ambiente en la agenda productiva, y también agradecieron la apertura de un espacio participativo de diálogo para plantear su experiencia, puntos de vistas.
El Plan de Desarrollo Productivo Verde, que el ministro lanzó la semana pasada, es una política integral de largo plazo que en los primeros años movilizará recursos por más de $10.000 millones para contribuir al desarrollo de proveedores en la economía verde, al fomento de procesos productivos circulares y a la adecuación ambiental de más de 3.500 empresas argentinas de diferentes sectores.
“El problema ambiental, que lleva décadas, es global. Argentina puede contribuir en esta agenda y necesitamos lanzarla por convicción y por necesidad, porque el mundo va hacia regulaciones ambientales más fuertes y los países que no se adapten van a tener más dificultades”, afirmó el ministro. “Vemos que hay una oportunidad de crear nuevos sectores productivos en nuestro país, en energía renovables, en los nuevos combustibles, en base a la electromovilidad, el hidrógeno verde, a la economía circular y todas las nuevas opciones que se vienen. Ya hay sectores industriales que empiezan a verlo como una posibilidad real, tecnológica y económicamente viable”, agregó.
Durante el encuentro, los representantes de las organizaciones ambientalistas también destacaron la necesidad de la articulación del todo el sector público y el privado para diversificar la matriz productiva de Argentina teniendo como premisa la sostenibilidad ambiental, macroeconómica y social, tal como plantea el Plan de Desarrollo Productivo Verde.
“Es un proceso, un cambio que pensamos histórico, y lo queremos construir. Son acciones concretas. Hay medidas concretas, inversiones, instrumentos y recursos. Empezamos con 10 mil millones de pesos. La cifra es importante, no suficiente, pero para empezar es más que relevante”, concluyó Kulfas.
Participaron de la reunión por la organización sin fines de lucro Ecohouse, Máximo Mazzocco y María Aguilar; por Jóvenes por el Clima, Nicolás Gallardo y María Mercedes Pombo; por la Red de Universitarios por la Crisis Climática (RUCC), Julián Tobal y María Belén Reyes; por la asociación Sustentar, María Agustina Fernandez Besada y Agustina Walsh; por la fundación Sustentabilidad sin Fronteras, Nasha Cuello y Mariano Villares; por Jóvenes por el Desarrollo Sustentable, Juan Ignacio García y Kimberly Battaglinis y por la Red de Areas Protegidas Urbanas (RAPU) Adriel Magnetti y Mariana Tomasini.
Pombo, de Jóvenes por el Clima, destacó como “positiva esta instancia de diálogo que va a ser fructífera”, y resaltó la importancia de “la asignación presupuestaria para esta agenda verde y el impulso de la producción nacional para llevarla adelante”.
Por su parte, Cuello, de Sustentabilidad sin Fronteras, también destacó la convocatoria y resaltó “es importante la experiencia que podemos aportar desde nuestras organizaciones y es ideal que la agenda de la sostenibilidad ambiental vaya de la mano de la producción y el empleo”.
Fernández Besada, de Sustentar, afirmó: “Muchas veces la mirada climática no es compatible con la productiva. Por eso son fundamentales los tres aspectos de la sostenibilidad (ambiental, macroeconómica y social) y que se implementen a partir de marcos de medición confiables, incentivando a las empresas y la participación ciudadana”. En 2018, Besada realizó una aventura oceánica en 2018, a bordo del velero Fanky. Allí tomó muestras de plástico de los lugares más alejados de la civilización en el medio del océano. A su regreso, fundó Unplastify. La empresa social tiene como misión cambiar la relación humana con el plástico
Acompañaron a Kulfas, el jefe de Gabinete del ministerio, Alejandro Sethman; la asesora técnica del Plan Desarrollo Productivo Verde, Elisa Coghlan; la asesora de la Secretaría de Minería, Natalia Casadidio; el titular del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), Daniel Schteingart y el referente del equipo técnico del Plan de Desarrollo Productivo Verde, Santiago Borgna.
El Plan de Desarrollo Productivo Verde se centra en cuatro ejes: promover una industria nacional para la economía verde; fomentar la transición hacia una economía circular; propiciar una producción sostenible para más competitividad; e impulsar una industrialización sostenible de los recursos naturales asociada al desarrollo de proveedores nacionales y la integración de los actores locales.
Entre las líneas estratégicas, se avanzará en impulsar la movilidad sustentable, la producción de Hidrógeno Verde, la industrialización verde (acero verde, cobre verde, papel verde, entre otros), y la construcción sostenible. También se trabajará para impulsar a las empresas como proveedoras de la transición energética, se llevarán adelante el Plan PyMEs Verdes, el Plan Nacional de Minería Sostenible, y el Plan Nacional de Economía Circular.
Tanto los encuentros personales como las políticas de desarrollo verde son bienvenidas para acercar posiciones que, a veces, parece irreconciliables. Si alcanzarán para revertir el deterioro medioambiental en curso sin descuidar el desarrollo humano será uno de los temas de debate, y por varios años (o décadas) más. Como lo definió Alejandro Winograd en una columna reciente, publicada en Seúl, “es necesario aprender a cuidar, a la vez, a la tierra y a los que vivimos en ella”.