La promesa del Gobierno, que espera conseguir dólares por adelantado

Un informe reservado del Ejecutivo contrasta la escasez de divisas actual con el escenario para el año próximo. A la recuperación del agro, se sumarán el superávit energético y la creciente producción de litio.
Un informe reservado del Gobierno muestra la luz al final del túnel. Aunque ese brillo que aparece a lo lejos podría aprovecharlo otra administración: en 2024, un fuerte impulso exportador provocaría un superávit comercial de entre u$s 13.900 millones y u$s 16.800 millones.
El número más que duplicaría las estimaciones privadas para 2023, apenas superiores a los u$s 6000 millones en medio de la sequía. También superaría las proyecciones actuales de consultoras para el año entrante, que, según el consenso de Latinfocus, rondan los u$s 12.000 millones. A la recuperación del agro, se sumarán, en 2024, las exportaciones energéticas y un salto en la minería, sobre todo por la puesta en producción de proyectos de litio.
Con estos números, los funcionarios del Banco Central buscan convencer a grandes empresas y bancos de financiar lo que queda de 2023 con exportaciones futuras, como contó El Cronista. Son unos u$s 3000 millones que, en los cálculos más optimistas, podrían adelantar las compañías para pagar sus propias importaciones y quitar presión a las reservas. A cambio, obtendrán deuda atada al tipo de cambio para sus pesos ociosos. Según fuentes que participaron en la negociación, bancos internacionales mostraron interés en conseguir líneas de crédito a tasas blandas. Dependerá de las empresas tomarlas.

El litio aportará al salto de la balanza comercial del año próximo.
En paralelo, el Banco Central y la Secretaría de Comercio pidieron a las grandes petroleras y las automotrices estirar los plazos de pago de sus importaciones. A las energéticas, les solicitaron que se autofinancien por 90 días. A las terminales, les comunicaron que los plazos para pagar sus compras pasaron de 120 a 195 días. Todo el esfuerzo está puesto en llegar a 2024. Nada es gratis: la escasez de divisas se traduce en mayores costos que se trasladan a precios, pero el Gobierno busca que el impacto cambiario de la sequía afecte lo menos posible a la actividad.

Boom exportador
El escenario 2024 que los funcionarios les muestran a las empresas es bastante auspicioso. Por un lado, porque el agro se recuperará luego de la brutal sequía. Las caídas de la producción y de los precios internacionales implicarían un recorte de u$s 19.516 millones para este año.

La balanza comercial lo sufre. Según el Indec, el intercambio registrado hasta abril fue deficitario en u$s 1469 millones, contra el superávit de u$s 2840 millones del primer cuatrimestre de 2022. El consenso de consultores y bancos que participan de Latinfocus proyecta un superávit de u$s 6200 millones para todo este año, o la mitad que el del año pasado.

Al rebote de la agroindustria -quizás con un escenario de precios más conservador- se sumarán los shocks exportadores de la energía y la minería.

Energía
En energía, la baja del precio internacional, luego del fuerte impacto de la guerra en Ucrania, se complementa con la puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner. En la proyección oficial, el déficit energético de 2022, de u$s 4359 millones, se convertirá en superávit en 2024. «Argentina podría reducir al menos a la mitad las compras externas de combustibles para la generación eléctrica», se esperanzan en el Gobierno. El gasoducto permitirá un mayor consumo interno del recurso de Vaca Muerta y, también, ampliar exportaciones.

Según la consultora Economía & Energía, de Nicolás Arceo, 2023 terminaría con un leve déficit en la balanza energética y el año entrante la situación se revertiría drásticamente. El especialista advierte que es difícil ponerle un número en un escenario de precios muy volátiles. Si el precio del GNL continúa a la baja, el escenario mejora. Pero el Brent puede arrastrar, hacia arriba o hacia abajo, el saldo exportador. Así y todo, entre muchos algodones, estimaron un saldo positivo de u$s 2500 millones para el año próximo.

Litio
El litio aportará lo suyo. Las exportaciones mineras rondarían los u$s 4500 millones este año, contra los casi u$s 3900 millones de 2022 -el valor más alto en una década. Pero saltarían a u$s 5700 millones en 2024. Los envíos de litio pasarían de u$s 1935 millones a 3335 millones. Argentina sigue rezagada en proyectos de cobre, que requieren una inversión 10 veces superior a los de litio y podrían impulsar la balanza del sector a valores más altos.

Con este escenario, el equipo económico busca un «puente» de dólares hasta 2024, con la ampliación del swap de libre disponibilidad y el mayor crédito comercial de las empresas. El plato fuerte es la renegociación del acuerdo con el FMI, con final abierto. El horizonte exportador permitiría encarar un plan de estabilización el año próximo, como plantean la mayoría de los precandidatos a Presidente. O hasta discutir el pedido de la vicepresidenta Cristina Fernández: atar los pagos al Fondo a la evolución de las ventas externas. De una manera u otra, hay que pasar el 2023.

Fuente: Cronista

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