Rosendo Fraga: Un contexto político favorable para la minería

El primer punto  que debemos considerar es qué le está pasando actualmente a la Argentina. Debemos preguntarnos: ¿tenemos un cambio de época o un cambio de ciclo? Veamos las dos alternativas: al cambio de época en un período de cien años lo ves, como fue la llegada de Yrigoyen y de Perón al poder. Estos dos sucesos marcaron dos cambios de época, porque cambia el sistema electoral con Yrigoyen y con Perón se incorpora el valor social como componente fundamental en la política.  En este sentido Macri puede ser un cambio de época como lo fueron estos dos Presidentes o puede ser meramente un cambio de ciclo, como fue el alfonsinismo, el menemiso y el kirchnerismo.

Yo creo que hay  condiciones para un cambio de época. Es la primera vez en el siglo que llega a la Presidencia alguien que no es ni radical ni peronista.  También es la primera vez desde los años 20 que se vota a alguien simbólicamente rico. Este dato puede parecer algo menor, pero no lo es, la última vez que se votó a Presidente a alguien simbólicamente rico fue a Marcelo T de Alvear en 1922. Y en este contexto de crisis, hay una tesis muy asentada en la sociopolítica argentina, donde el peronismo ha inoculado el resentimiento respecto de la riqueza de los sectores populares y el radicalismo una envidia respecto a la riqueza de los sectores de la clase media. En consecuencia la Argentina no puede tener un desarrollo capitalista pleno porque su sociedad estructuralmente lo rechaza.

Otras de las cosas que lo diferencian, es que es la primera vez que llega a Presidencia alguien del mundo del deporte, es el primer Ingeniero después de los años 30, ya que Agustín P Justo era Ingeniero y es el primero que llega al poder y no está involucrado en el clima político de la violencia de los setenta. Lo cual nos puede indicar que este proceso puede ser un cambio de época, que recién lo vamos a confirmar en las elecciones de 2017/2019 donde se comiencen a mostrar los resultados de la política.

El segundo punto y aquí aprovecho a citar a Churchill que  decía allá por los años sesenta que“Los gobiernos populistas se terminan cuando se acaba la plata para financiarlos”. Creo que es lo que se ha dado en la Argentina en este contexto.  Miremos algunos datos claves, e último año que America del Sur creció fue en el 2014. Ese año fue reelecta  Dilma en Brasil, fue reelecto Santos en Colombia, reelecto Evo en Bolivia y el Frente Amplio volvía a ganar en Uruguay, es decir que las cuatro elecciones importantes las ganaba el Gobierno. Los últimos dos años (2015-2016) tenemos crecimiento negativo en América del Sur y somos la región del mundo que menos crece. A fines del 2015 la situación empieza a cambiar, en noviembre ganó Macri en la Argentina,  en diciembre en las elecciones legislativas ganó la oposición en Venezuela, Evo Morales pierde un referéndum para tener el cuarto mandato consecutivo, en Perú gana Keiko Fujimori que es una derecha popular con poder económico neoliberal y en Brasil avanza el juicio político a Dilma, lo cual anticipa en este país un giro político del populismo al centro. Estas circunstancias han hecho que Argentina sea el inicio de un proceso de cambio que comenzó hace tan solo seis meses.

Si la economía argentina hubiera crecido al 4 o 5 por ciento en 2015, el Presidente hoy sería Scioli y no Macri, por lo tanto podemos concluir que la oportunidad de Macri fue el cambio de ciclo económico.

Cuando me toca hablar con inversores del exterior y me consultan sobre quién puede asegurarles su inversión en los próximos años, respecto a mantener las mismas condiciones, yo les respondo que  en política nada es seguro, uno se maneja con posibilidad y probabilidad, no con certezas. Si achico el marco de análisis y miro solo el sector minero, analizando el día a día, veo que el Presidente asume y una de sus primeras medidas fue modificar las retenciones a este sector. Esto representa  una señal política muy importante. Y el  peronismo acaba de nombrar un Presidente, que justamente es José Luis Gioja, el político argentino que más identificado está como el promotor de las inversiones mineras. Si el sector necesitaba señales políticas claras, estos dos temas son muy importantes, ya que nos revela que en Argentina a diferencia de otros países no hay costo político significativo por el sector minero. Si lo hubiera, Macri esto se lo hubiese guardado para más adelante y el Peronismo hubiera elegido otro político para su proceso de reorganización.

El punto central  es que Macri si no le va bien, en cuatro años va a venir otro partido, que seguramente es el Peronismo. Ambos han manifestado su interés por el desarrollo del sector minero. Si yo quiero mirar la política al mediano plazo tengo que ver  que dice el Gobierno pero tengo que ver también cómo va evolucionando el que puede ser la alternativa en cuatro, ocho o doce años.

Realmente hay posibilidades de que tengamos un cambio de época,  tenemos un cambio político regional muy acentuado donde la Argentina concentra la atención y  tenemos una política que si que ha dado claras señales para el desarrollo del sector minero.

 

*Conferencia «Argentina: el nuevo contexto político económico para atraer inversiones» en el marco del Día de la Minería organizado por CAEM.

 

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