Una excavación en la que esperaban encontrar el tren nazi lleno de oro, joyas y armas, en las afueras de Walbrzych, en Polonia. Credit Mikolaj Nowacki para The New York Times
Dos cazadores de tesoros que tenían la esperanza de encontrar un tren nazi enterrado lleno de oro, joyas y armas, dejaron de intentarlo, después de que una semana de excavaciones no mostrara señales del tren.
Comenzaron a trabajar a mediados de agosto a las afueras de la población de Walbrzych, Polonia, en una zona que fue parte de Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial. La excavación despertó gran interés después de que los cazadores de tesoros declararan el año pasado que habían encontrado algo que parecía ser un túnel ferroviario enterrado que podría tener en su interior al tren.
Según lo que cuentan los lugareños, ese tren se desvaneció después de entrar a un complejo de túneles secretos construidos por los alemanes en las Montañas del Búho mientras huía del avance del Ejército soviético en 1945. Sin embargo, muchos dicen que no hay ninguna prueba concreta que corrobore la historia y que las excavaciones cerca de Walbrzych no cambian nada.
“Desafortunadamente, la excavación no reveló ningún tren, túnel ni vía en la ubicación que pensábamos que podría estar”, declaró Adrzej Gaik, portavoz del proyecto, durante una entrevista telefónica.
Los cazadores de tesoros, Piotr Koper y Andreas Richter, afirmaron en una entrevista que las imágenes de radar de penetración en el terreno parecían mostrar formas redondas regulares a unos 5 metros bajo el suelo que parecían el techo de un túnel.
Resultó ser de origen natural, según Tomasz Siwiec, coordinador del proyecto. “Fue un iceberg lo que formó el hermoso domo de roca sedimentada que pensamos que era el túnel al ver las imágenes del radar”, aseguró Siwiec. “Se podría decir que el iceberg nos la jugó”.
Gaik aseveró que los exploradores estaban decepcionados, pero no desanimados y que lo intentarían de nuevo en septiembre con perforadoras en lugar de excavadoras, para ver si pueden encontrar el túnel que esperan esté cerca.
Una ola de especulación acerca de ese huidizo tren atrajo la atención internacional a Walbrzych, una ciudad encantadora, aunque un poco deteriorada, de 120.000 habitantes, que ha luchado contra el desempleo desde que las cinco minas de carbón de la zona cerraron en los noventa.
Las autoridades locales se mostraron dubitativas acerca del proyecto de excavación desde el inicio y rechazaron aportar fondos públicos para la búsqueda. No obstante, permitieron que continuara, y muchos de sus habitantes, optimistas, apoyaron activamente a los exploradores.
Arleta Admska, de 58 años, que administra una posada junto con su esposo, cerca del sitio de la excavación, contó que estuvo cocinando gratis para los buscadores.
“Estoy cien por ciento segura de que encontrarán algo tarde o temprano”, sostuvo. “Si no aquí, entonces en otro lugar. Walbrzych está lleno de misterios. Por lo pronto, ya nos estamos beneficiando: tenemos reservas para todo el verano”.
Arkadiusz Grudzien, portavoz del alcalde de Walbrzych y jefe de la Oficina de Promoción de la Ciudad, manifestó en una entrevista que el turismo en el pueblo creció un 44 por ciento con respecto al año anterior.
“La publicidad que la población ha conseguido en los medios internacionales tiene un valor de aproximadamente 200 millones de dólares”, declaró. “Nuestro presupuesto anual para promoción es de 380.000 dólares, así que piénsalo: ya sea que los exploradores encuentren algo o no, ese tren de oro ya llegó”.
El alcalde, Roman Szelemej, señaló en una entrevista que antes de que comenzara la búsqueda del tren nazi, Walbrzych era conocida principalmente por la extracción ilegal de carbón.
“Estoy pensando en nombrar una glorieta en honor a Koper y Richter en agradecimiento por los servicios que han brindado a nuestra ciudad”, sostuvo Szelemej.
NYTimes
