Argentina arremete para ganar espacio a Chile

En Argentina se tomaron en serio la explotación del litio. Los medios transandinos hablan de “la guerra por el mineral blanco”, pues el gobierno de Mauricio Macri le ha abierto las puertas a cuanto inversionista extranjero quiera ir a explotar sus salares y, de esa manera, quitar espacio a países competidores directos, como Chile y Bolivia.  La zona geográfica que conforman las  tres naciones se denomina  “triángulo del litio”.

Según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, Argentina posee reservas comprobadas por dos millones de toneladas métricas, aunque en exploración avanzada hay otros 6,5 millones. El año pasado lograron producir 3.800 toneladas, 600 mil más que en 2014. Chile, en tanto, posee reservas por 7,5 millones y el año pasado, según el organismo estadounidense, produjo 11.700 toneladas, sólo 200 mil más que en 2014. Es decir, en términos de producción, mientras Argentina creció 18% el año pasado, Chile lo hizo en 1,7%. Además, nuestro país pasó de representar el 60% de la explotación mundial de litio, a poco más del 40%.

Sin embargo, según estimaciones de la Secretaría de Minería, en Argentina habría más de 128 millones de toneladas de carbonato de litio para la producción de baterías esperando ser explotadas.

Ventajas impositivas

A principios de año, la administración Macri anunció la eliminación de las retenciones a la minería, que alcanzaban entre el 5% y 10% de las exportaciones de minerales. Así, sólo se mantiene el royalty de 3% que se paga directo a las provincias donde operan las mineras. En Chile, el royalty que paga SQM, principal productora nacional de litio, es de 6,8%. En tanto, para la minería en general, el royalty alcanza hasta el 4,5% de su renta imponible operacional. Rockwood, la otra firma que explota en Salar de Atacama, no paga royalty, pero negocia un nuevo contrato con Corfo (dueña del Salar), donde se le aplicarán tasas progresivas de comisión sobre la venta, que llegarían hasta un 40%.

En Argentina no hay diferencias entre explotar cobre y litio, ambos son tratados como minerales y pagan por igual, lo mismo ocurre con los permisos para operar. En  Chile, el litio es considerado un mineral estratégico y  debe pasar por autorizaciones de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (Cchen).

La Casa Rosada ha encomendado a sus gobernadores provinciales de Salta, Jujuy y Catamarca que inviten directamente a potenciales interesados a explotar los salares. “Dan todas las posibilidades, a ellos se les nota que buscan aprovechar su potencial”, dice una fuente ligada a la minería no metálica que se ha reunido con autoridades del vecino país.

Oportunidad hoy

En Chile, las autoridades han dicho que el momento para aprovechar el litio es ahora. “Chile no tiene garantías de que el litio va a estar creciendo de forma indefinida, existen riesgos, el principal es que la economía verde sea sustituida por el hidrógeno”, afirma Eduardo Bitran, vicepresidente  ejecutivo de Corfo. A su juicio, “es probable que por 20 o 30 años el litio sea la energía dominante y después puede ser sustituido por el hidrógeno y Chile tiene que ser muy estratégico. Hoy, hay que desarrollar y aprovechar los recursos de litio, la oportunidad de ahora, no necesariamente la vamos a tener en 20 o 30 años”, acota.

Sin embargo, el contrato con SQM que tiene la estatal es parte de tres juicios arbitrales que podrían, incluso, anular el acuerdo que data de los 90. La minera no metálica tiene los permisos ambientales para doblar su producción, pero no tiene la autorización de la Cchen. Mientras que la renovación del contrato con Rockwood, aún está a la espera de que sea aprobado por la misma Cchen. Rockwood ha reconocido que están contra el tiempo para ejecutar su plan de inversiones y concentrar el 50% de la producción mundial de carbonato de litio, meta que se ha impuesto su controladora Albemarle. El presidente de la Cchen, Jaime Tohá, ha dado señales de que el equilibrio ambiental del Salar de Atacama hace complejo que se aumente la producción.

A  fines de enero, la Presidenta Michelle Bachelet, anunció la creación de una nueva política nacional del litio. En ese proyecto, Codelco tenía que armar un plan de negocios para evaluar las exploraciones en los salares donde tiene propiedad, como Maricunga. Aunque el cronograma inicial establecía que en junio de este año habría avances, la propia ministra de Minería, Aurora Williams, dejó en claro que la fecha más próxima para tener un plan de negocios sería el primer trimestre de 2017.

Explicado, en parte, por esos factores, las dos operadoras de litio en Chile han llevado sus maletas hasta Argentina. En marzo, SQM anunció que adquirió el 50% de la minera Exar, empresa a cargo de un proyecto de explotación de litio en el salar de Caucharí, provincia de Jujuy, a través de un aumento de capital por US$ 25 millones. Según estudios realizados, se trata de un yacimiento de alta calidad de salmueras e importantes reservas, lo que significa que existe un potencial para producir alrededor de 40 mil toneladas métricas anuales de carbonato de litio, por más de 30 años.

Albemarle, por su parte,  anunció el 12 de septiembre que compró los derechos exclusivos de exploración y adquisición del Salar de Antofalla, en la provincia argentina de Catamarca, donde invertirá entre US$ 8 y US$ 12 millones anuales hasta lograr explotar el salar.

“Por lo que hemos podido apreciar, en Argentina ven con buenos ojos la llegada de nuevas inversiones. Sin embargo, debemos ser prudentes, ya que cualquier acuerdo llevará tiempo y no está exento de riesgos”, dicen desde Rockwood. Agregan que “Argentina tiene mucho potencial por la cantidad de salares y porque las empresas privadas pueden acceder a los yacimientos a través del pedido de los permisos de exploración y explotación”.

En SQM, en tanto, aseguran que “existe una muy buena disposición, tanto del gobierno central como el de la provincia, en nuestro caso, de Jujuy, en cuanto a apoyar y promover la inversión extranjera y el desarrollo de nuevos proyectos”.

 

 

La Tercera

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