Rusia planea abastecerse este año de unas 200 toneladas de oro. La cifra casi iguala las 208 toneladas de las que se aprovisionó el Tesoro Público en 2015, según declaró Anton Navói, jefe del Departamento de Estadística del Banco Central de Rusia.
Durante una conferencia de prensa, Navói subrayó que acumular oro resulta rentable para el país, dado que Rusia es el líder mundial en la producción de este metal precioso. Actualmente, el oro constituye un 16% de las reservas del país. «El Banco Central compra oro porque que es rentable. Somos el tercer país en el mundo en lo que respecta a la producción y tenemos una oportunidad de comprarlo, utilizando nuestra moneda nacional, en contraste con otros países, que no tienen tal oportunidad», concluyó.
A principios de año, el Banco Central de Rusia adquirió 3,6 millones de onzas (112 toneladas) de oro. Para el 1 de septiembre, las reservas de oro rusas ascendieron a 49,1 millones de onzas (1,527.2 toneladas), valoradas en unos 64.700 millones de dólares.
En la última década, Rusia ha incrementado de manera constante sus reservas. En 2007, alcanzaron las 402 toneladas. Para el 2012, se habían alcanzado las 883,2 toneladas y, para finales de este año, se podrían duplicar una vez más y alcanzar más de 1.600 toneladas. Según los analistas, los precios del oro seguirán aumentando.
Los inversores chinos ya están buscando maneras de incrementar las inversiones en la producción de oro rusa. Según Rosgeo (Sociedad Geológica Rusa), para el 2030, Rusia podría desbancar a Australia como el segundo productor de oro en el mundo. El líder mundial actual es China. Además, en una década y media, el país eslavo podría incrementar la producción de oro hasta las 400 toneladas, en comparación con las 247 toneladas anuales en 2014.
Además de la producción de joyas, artículos electrónicos y equipamiento aeroespacial, el oro también constituye una opción de inversión atractiva para los Bancos Centrales de Rusia y China, gracias a un alto rendimiento en comparación con los bonos del Tesoro estadounidenses. Además, Moscú y Pekín tratan de disminuir su dependencia de la deuda de EEUU para reducir la habilidad de Washington para presionar financieramente a los países, teniendo en cuenta la situación política en el mundo.
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