Según datos difundidos por el gobierno de Mendoza, a nivel provincia la minería se lleva el 1% del agua; en el caso de Malargüe, el 11%. ¿Cómo se distribuye el consumo de agua en Mendoza y cuánto se derrocha?
Las pérdidas en canales y dentro de las fincas representan el 50% del agua destinada al sector agrícola de la provincia. A la vez, el sector agrícola se lleva el 81% del agua de las cuencas mendocinas. Es decir, un poco más del 40% del agua en la provincia se derrocha solo con las pérdidas en canales y fincas.
Y a eso hay que agregarle el derroche en el consumo urbano, como las pérdidas en las canillas y otros. De este modo, según el Departamento General de Irrigación, en gran proporción a causa de las pérdidas no controladas, se derrocha la mitad del agua que se consume en Mendoza.
El dato se da a conocer a horas de una gran manifestación que se llevará a cabo en Ciudad en rechazo a los cambios en la Ley 7722, que permite avanzar con la actividad minera en la provincia.
En detalle
El consumo humano promedio de toda la provincia representa 11%, mientras que la actividad minera y el petróleo se llevan 1% y el uso recreativo y ambiental (corresponde a piletas, riego de jardines y parques) absorbe 4%. El 81% se la queda el sector agrícola. De ese porcentaje, el 50% se pierde por el sistema de riego a manto (pérdidas en canales más la pérdida dentro de las fincas).
Río Mendoza. El 33% se lo lleva el consumo humano (que distribuye Aysam), mientras que el sector agrícola se lleva 59%; el uso recreativo y el riego de parques y jardines se lleva 4% y la industria, 3%. Por último, el uso de los organismos públicos (plazas, parques y camiones cisternas de riego oficiales) se lleva 2%.
Cuenca Malargue. El 52% del agua se destina al consumo, seguida del uso recreativo, 31%, mientras que la población se queda con 1%. Allí, la actividad minera y la petrolera se alzan con 11% del total del recurso disponible.
Río Tunuyán superior (hasta el dique El Carrizal). El consumo agrícola es del 85% del total de agua disponible, mientras que el humano llega al 9%, uso público, 4%, y el recreativo representa 1%.
Río Tunuyán inferior. Abastece una buena parte del Este mendocino. El riego agrícola representa 97% del total.
Río Diamante. El 85% se lo que da el agro, mientras que 4% es para la población.
Río Atuel. El 98% se lo queda el riego agrícola, mientras que el consumo humano recibe 1%.
Lunes con protestas
Vecinos y ambientalistas comenzaron esta mañana una marcha en San Carlos, en protesta por las reformas a la Ley 7.722, que habilitó la actividad minera con el uso de sustancias químicas. Vienen caminando desde allí hacia el Gran Mendoza y según los organizadores esperan que a medida que vaya avanzando la marcha se sumen más personas para el destino final, Casa de Gobierno, previsto para este lunes, por lo que se espera una jornada muy movida en Ciudad y con tránsito congestionado , sobre todo en el ingreso a Ciudad.
Cuánto se espera por la «reactivación minera»
Luego de aprobarse las modificaciones que se hicieron a la Ley 7722, que prohíbe el uso de algunas sustancias químicas para la explotación de minerales, quedaron abiertas las puertas para dar inicio a 19 proyectos mineros en la provincia de Mendoza. Según la Cámara Mendocina de Empresarios Mineros (Camem), se posibilita no solo la diversificación de la matriz productiva sino que además se reactivará una actividad que moverá en la provincia recursos por alrededor de 349.234 millones de dólares (valor bruto del mineral), bajo estrictos controles que garantizan la protección del agua y del medio ambiente.
Desde la Camem explicaron que en los primeros cinco años y con siete minas en producción, podrían generarse 1.215 millones de dólares. La estimación comprende consumos en bienes y servicios por 456 millones de dólares, y otros 342 millones de dólares en producción, por el compre local.
La estimación toma en cuenta los veinte proyectos. Así la actividad podría comenzar en Mendoza con la generación de 17.550 puestos de trabajo en construcción y 8.070 en producción en el mediano plazo, entre mano de obra directa e indirecta.