Proponen crear un humedal artificial para remediar impacto ambiental

Una cantera de áridos sacó minerales por debajo del nivel freático y provocó ingreso de agua subterránea a la cava de explotación. Se generó una laguna, en la que ya habitan 23 especies de aves. Hicieron un relevamiento fotográfico.

La minería y el ambiente en el imaginario social muchas veces aparecen enfrentadas. Como una manera de demostrar que pueden unirse, empresarios de una hormigonera de Río Negro y Neuquén buscan crear un humedal artificial para convertirlo en un sitio de conservación de la biodiversidad con un rol ecológico, científico, educativo y recreativo.

Se trata de la Hormigonera del Interior SRL que se dedica a la extracción, clasificación y lavado de áridos para la fabricación del hormigón que se usa en la construcción. Desde el año 2018, la empresa trabaja en una ex chacra de 127 hectáreas, dentro del ejido de la ciudad de Cervantes. El propietario de la empresa, el ingeniero Eduardo Pili, explicó a Río Negro que al sacar los minerales por debajo del nivel freático se provocó el ingreso de agua subterránea a la cava de explotación y se generó una laguna.

La Secretaría de Minería de Río Negro le exige a la hormigonera que si impacta en el ambiente debe remediar. Generalmente le piden que tapen el pozo con relleno, pero la empresa, junto con Z&B Consultoría Ambiental, desarrollaron el proyecto “El Elefante II” con una propuesta novedosa para el ambiente.

Los humedales proveen de bienes y servicios esenciales para la existencia de la vida, tales como el agua, alimentos y otros componentes que inciden en la calidad de vida de las personas asociadas a ellos.

El primer indicio para llevar adelante el proyecto surgió cuando vieron que la laguna se había convertido en un lugar de alimentación y descanso de una gran diversidad de especies de aves residentes y migratorias. Durante ocho meses realizaron un censo y relevamiento fotográfico de aves con el fotógrafo Paul González.

Consiguieron avistar más de 23 especies en el lugar. Entre ellas se encuentran: patos overos, capuchinos, biguá, pato maicero, cuchara, macacito plateado, gallaretas de escudete rojo, entre otros. La cantidad de individuos de diferentes especies suele ser de bandadas de más de 300 especímenes.

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2,7
metros es la profundidad máxima de la laguna según los estudios batimétricos que se realizaron.

“Las aves que usan el humedal llegaron de manera natural. Los humedales a nivel mundial están desapareciendo, y en vez de tapar esta laguna con relleno, que es lo que hacen todas las canteras, proponemos crear un sitio que haga sinergia entre la actividad minera y la ecología”, relató Pablo Zampatti, quien con Sebastian Bohigues están al frente de la consultora ambiental.

La Convención de Ramsar es un tratado internacional suscrito en 1971 que trabaja a escala mundial en la conservación y uso racional de los humedales. En un informe, detallan que la extensión mundial de los humedales disminuyó entre un 64 y un 71% en el siglo XX y que la pérdida y degradación de los humedales continúan en el mundo. Es por eso que piden a los Estados que detengan e inviertan para detener la pérdida y degradación de los humedales.

Como en el proceso de explotación no se usan sustancias tóxicas, el agua es de calidad, según los integrantes de la consultora. Para confirmarlo, desde octubre realizan un monitoreo mensual de calidad de agua que arroja resultados prometedores por su sanidad.

El proyecto de reconversión ya se presentó en la Secretaría de Minería, y se dio intervención a la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la provincia de Río Negro, quien está evaluando la viabilidad del mismo.

“El predio está a 2 kilómetros al norte del río Negro, o sea que hay mucha agua por debajo. La napa freática está a 2,20 metros. Cuando la máquina retroexcavadora saca el material se genera la laguna por las filtraciones. En general, la gran complicación que tienen las lagunas es el estancamiento del agua y lo que nos asegura la cercanía a la napa freática es un poder de circulación y oxigenación constante”, dijo el consultor Pablo Zampatti.

Desde la empresa sostienen que “en tiempos donde los recursos limitados como los minerales sujetos a extracción y las reservas de agua dulce son tan escasos, encontrar una armonía entre explotación responsable y cuidado del ambiente se vuelve una condición indispensable para las industrias “.

En las etapas de abandono de canteras, se suelen generar espacios de depósito de residuos, o sitios de estancamiento de agua y se suele remediar a través del relleno con el material de desecho, que no suele ser suficiente, por eso llevan material de zonas aledañas, para luego revegetar, y utilizar para fin agrícola.

En este sentido, no es la primera vez que buscan una alternativa mejor que rellenar las cavas con material de descarte. Hace unos años, en la cantera “Elefante I”, a 10 kilómetros de distancia de esta cantera, se llevó adelante la remediación a partir de la revegetación con especies forestales del Delta bonaerense, en convenio con el INTA. Por las condiciones del suelo se prevé que la explotación minera continúe por 15 a 20 años. Por eso el proyecto contempla, a futuro, la creación de un sistema lagunar, en el que los distintos frentes de explotación se conviertan en humedales.

Afirman que el primer paso para comenzar a trabajar está dado. “Las perspectivas son buenas. Se crea un sitio de conservación, que podría ser visitado por escuelas, científicos y observadores de aves”, concluyó Zampatti. Conisderan que se debe trabajar con controles.

Los países realizan un enorme esfuerzo en términos de recursos humanos y económicos con el fin de restaurar humedales y recuperar los bienes y servicios perdidos. En este sentido, existe un consenso amplio y creciente a nivel mundial en cuanto a que los humedales son ecosistemas de importancia crítica por los beneficios económicos, sociales y ambientales que brindan, a pesar de que sólo representan el 5% de la superficie terrestre.

En Argentina, la superficie ocupada por los humedales fue estimada en 600.000 km que representa 21.5% del territorio nacional. Sin embargo, la mayor parte de las acciones de conservación recaen en la creación de áreas protegidas como parques nacionales, sitios Ramsar o Reservas de Biosfera, entre otros.

No existe aún en Argentina un marco regulatorio de políticas que definan un manejo adecuado para estas áreas, y menos para las que no gozan de protección. A su vez, no se cuenta con registros o inventarios de humedales, ni tampoco de los cambios que las actividades humanas producen sobre estos sistemas.

En marzo, hubo una manifestación en el Congreso en Buenos Aires para reclamar por la sanción de una ley de presupuestos mínimos de protección de humedales, entre otras normas de protección ambiental.

Diario Río Negro

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